Omega Negado || ~Star-Ant~ [Pausada]

[26]

Tras una muy corta votación por cada idea, decidieron hacer un amor prohibido inspirado entre siglos XV y XVI.

— Bueno, ya que estamos hablando de un amor "prohibido" que en este caso sería algo mal visto por la sociedad... ¿Qué les parece si Quill y Scott son los protagonistas? Ya saben, un Alfa y un chico Beta no es muy bien aceptado - el tono que usó Hope al hablar delató sus intenciones, pero, antes de que un algo avergonzado Scott pudiese reprochar todos en el grupo apoyaban la idea.

La campana que indicaba el final del descanso no tardó en sonar, haciendo que el grupo se dispersara, dejando solos a Scott y Hope mientras se encaminaban a su salón, aunque claro, antes de irse, Quill volvió a besar suavemente a su novio, esperando que lo fuera a ver entrenar a la salida. 

— Hope...

— Ya sé lo que vas a decir Scott, pero nadie lo sabe, y por lo visto no quieres que lo sepan, además, no le veo el problema, Peter es tu novio ¿no?

Por más que Hope ya conocía la respuesta, quería que Scott lo dijese, admitiera en vos alta que aquel Alfa finalmente era su pareja, pero en cambio solo recibió una risa algo suave y apenada y más silencio, pues se habían que tenido que separar, ya que ya estaban en el salón y, por preferencias e intereses, se sentaban un poco lejos el uno del otro.

Las horas pasaron rápidamente para cierto castaño, quien, ni bien terminaron las clases, la voz de su mejor amiga le recordó que debía reunirse con los profesores al mando del proyecto y presentarle una lista con los nombres de las personas que iban a participar, agradeciendo que la azabache se hubiese encargado de eso mientras él estaba perdido en sus ensoñaciones, aunque en verdad estaba creando el guion en su cabeza.

Al salir del salón donde se encontraba solamente su profesor Charles recibiendo las listas de manera amable, llamó a sus padres para informarles que estaría con Hope en el colegio y tardaría un poco en llegar a casa, agradeciendo que fuese su madre quien respondió, pues así también pudo usar el nombre de Peter como un apoyo, ya que sabía que a su madre le había caído muy bien... Además no era del todo mentira, si estaría con Peter... O algo por el estilo.

— Recuérdame. - empezó Hope con un tono algo aburrido, pues nunca fue muy fan del futbol. — ¿Por qué estoy aquí?

— Porque me estás acompañando Hope, además... - su tono se tornó un poco pícaro al momento de señalar discretamente con la mirada hacia otra zona de las bancas. — Tú podrás observar a Gamora mientras yo estoy aquí observando a Peter entrenar.

Y con esas simples palabras, consiguió que Hope no se quejara nuevamente, pues estaba muy concentrada en cosas como "¿Será que debo hablarle?" "Creo que es muy raro si solo... La observo" "¡Me volteó a ver!" y más por el estilo.

Pasaron el tiempo burlándose el uno del otro, aunque claro, Scott no le perdía el rastro a su querido rubio, al menos hasta que entró a los vestidores, donde ya no pudo observarlo más, y solo podía esperar afuera de estos para hablar con él.

— ¿Y?

— ¿Y qué? 

— ¿Descubriste si Gamora sabe leer mentes? - soltó Scott con un tono de burla para empezar a reír de su propio chiste, además de que había conseguido avergonzar un poco a Hope.

Antes de que la azabache pudiese volver a hablar, una suave voz sonó detrás suyo, en un breve saludo, haciendo que voltease encontrándose de frente con Gamora.

— Hola Hope, y Scott. 

— Hola Gamora ¿cómo estás? - Scott correspondió el saludo rápidamente, intentando contener la risa.

— Bien, bien, hey, Hope, querría saber si mañana te gustaría ir conmigo al cine o algo, ya sabes, como amigas. - preguntó la morena con una sonrisa, aunque la última palabra que soltó se sintió como un golpe en el pecho de Hope.

— ¿Podemos acompañarlas? - la animada voz de Peter resonó detrás de Scott conforme lo abrazaba por la espalda, causando que un escalofrío recorriera el cuerpo del menor.

— Pet, no sé si mis padres me dejen ir, ya sabes, con lo que sucedió en la última fiesta...

— Sí, yo también dudo poder salir... - secundó Hope con una pequeña mueca apartando la mirada.

— ¿Y si va Scott no hay posibilidades de que te dejen ir a ti? - a pesar de que su mejor amigo acababa de llegar, la atención de Gamora seguía centrada sobre aquella Omega. — Ya sabes, el típico amigo palanca de "si va él tú también puedes ir"

— Es probable...

— Yo puedo ayudar con ese permiso, le agradé a la mamá de Scottie, ¿verdad? Tal vez yo pueda pedirle personalmente que deje salir a Scott y él pueda pedir que dejen salir a Hope. 

Por unos segundos, Hope y Scott se quedaron en silencio, observándose el uno al otro, como si pudieran saber de verdad lo que pensaba el otro, ya que no decían ninguna palabra pero se entendían a la perfección.

— Bien, bien, podríamos intentarlo, pero el verdadero problema... - detuvo sus palabras por unos segundos para suspirar. — Serán mi padre y el de Hope

Nuevamente se quedaron en silencio, pero Peter, con una sonrisa y demasiado optimismo volvió a hablar. — Bueno, entonces no perdamos tiempo, entre más temprano mejor, después empiezan los reclamos por la hora ¿verdad?

Poco después, Hope, Scott y Peter emprendieron camino al lugar donde vivían los primeros, aunque, claro, teniendo en cuenta que Hope es más inteligente que Scott, ella no perdió el tiempo y le pidió su número a Gamora para "informarle lo que dijesen sus padres" aunque, bueno, si era una de las razones.

Conforme caminaban, intentaron mantener una conversación entre los tres, pero, claramente, era un poco incómodo para Hope, ya que se trataba de su mejor amigo y la pareja de este, así que decidió dejarlos hablar solos y que fueran tan melosos como quisieran.

No tardaron mucho más en llegar a la casa de Scott, donde, con una distancia prudente entre la reciente pareja, y con la compañía de Hope, tocaron la puerta, esperando a que esta se abriera, y, para su buena suerte, fue la madre de Scott quien abrió.

— Scottie, cariño, que bien que estás aquí, y veo que traes visitas, Peter ¿cómo has estado?

— Buenas tardes, yo he estado muy bien, ¿y usted? - saludó el Alfa de manera cordial y con una gran sonrisa.

— Bien cariño, vengan, pasen, no se queden ahí de pie. - ofreció la mujer apartándose de la puerta.

— No, ma, tranquila es solo que...

— Disculpe el atrevimiento, pero quería pedirle personalmente el permiso para salir el día de mañana con su hijo. - interrumpió el rubio con una sonrisa, manteniéndose expectante ante la repuesta, justo como los otros dos.