Capitulo 26

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Maximo

Saben cuándo un fumador quiere dejar de fumar y sufre de abstinencia? Bueno, así tal cual me siento con el sexo.

Después de lo de ayer Val ni siquiera se había acercado a mí. En la mañana la desperté para desayunar y dijo que tenia cosas que hacer y se perdió por el palacio.

Hace ya una hora que estoy mirando los papeles en mi escritorio y aun no logro concentrarme y es por ella, se lleva todos mis pensamientos y mi tiempo.

El sonido de unos nudillos chocando contra la puerta de madera me llega como caído del cielo, necesitaba algo que me sacara de mí transe.

—Adelante—la puerta se abre lentamente y estiró mi cuello para ver a la persona que se adentra. Val asoma la cabeza buscándome y apenas la vi me levante de la silla del escritorio—. Val— esta volteo rápidamente y el principio estaba seria pero cuando me vio sonrió al instante haciendo que yo hiciera lo mismo.

—Sabes que día es mañana?— ni siquiera me saludo, solo soltó la pregunta.

—Es... — me hice el que no sabia cuando en verdad llevaba meses pensando en ese día—. Primero de Octubre?— la sonrisa de Val callo y al Instate solte una carcajada.

—Que te da tanta risa? Eres un imbecil —se encamino a la puerta molesta pero la detuve.

—Mañana, es el día mas feliz de mi vida—la agarre de la cintura y la acerque—. Mañana es el día en el que celebramos tu existencia, tu cumpleaños— le di un pico y me miro contenta.

—Eso significa que me darás un regalo?—parecía una niña chiquita emocionada por los regalos.

—No uno, muchos— se lanzo a mis brazos y empezó a besarme tiernamente—. Pide lo que quieras y lo tendrás—susurre entre besos.

—Lo que quiera?

—Asi es.

—Bueno...— se alejo un poco y me miro traviesa—. Puede que yo me halla traído algo sin que tu te dieras cuenta.

—Que hiciste estaba vez Valeria?

—Mañana se celebra otro día especial. Es el día internacional de la música—mi sonrisa decayó cuando la oí habla de la música porque enseguida supe a qué se refería, había traído el violín—. Y me gustaría que mañana...

—No.

—Max...

—No—me aleje de ella y me sente en el borde de la cama, rápidamente ella se acerco y se arrodillo enfrente mio.

—Max, la música es tu pasión y vale que antes la hallas tenido que reprimir pero ya no mas, ahora puedes hacer lo que quieras y si lo que quieres es tocar el violín hazlo. Ademas, dijiste pe podía pedir lo que quisiese.

—Yo no.., tengo años sin tocar el violín, seguro que ya no toco igual.

—Max, — Val me agarro de las mejillas—. Eres el mejor violinista que conozco y no podría sentirme más honrada de que toques para mi— la mire a los ojos. Un brillo especial, un destello, el llamado esperanza. Cuando lo vi estuve apunto de decirle que sí, que por ella lo haría pero lo que salió de mi boca fue algo diferente.

—Puedes dejar de insistir? No quiero, no me jodas—me levante de la cama y salí de la habitación cerrando de un portazo.

La deje ahí, con las esperanzas rotas y con una imagen de imbecil. Me voltee para abrir la puerta y pedir disculpas pero alguien me detuvo.

THE KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora