Capitulo 30

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Valeria

"No me gusta dormir aquí porque no estoy contigo"

Lo odiaba, realmente quería matar a Máximo. Todo esto es muy injusto. Dejarme y luego decirme que no podía domir en su antigua cama porque no estaba conmigo?

No baje a desayunar, estaba muy molesta como para verlo.

Te prometo que serán las mejores semanas de tu vida, solo tienes que confiar en mí.

Eso fue lo que me dijo antes de ir a Hillsborough.

Y lo peor de todo esto es que me volvieron a traicionar, Stark lo hizo, yo confié en el, ciegamente y le pedí, le rogue que no me dejara sola paro no le importo

"Eres la una persona en la que confió ahora, no me defraudes, por favor"

Estaba tan molesta y tan triste, me sentía sola otra vez, justo como aquella vez que salí del hospital.

Salí de mi habitación fui a la habitación de Lorcan. Lorcan había estado triste, demasiado triste, estaba preocupada.

Entre a su habitación y me lleve una sorpresa encontrando a Maximo.

—Necesito que comas y que hables conmigo—Max trataba de hablar con Lorcan pero él bajaba la cabeza, no quería verlo a los ojos.

—Can Can, que sucede?—me acerque a ellos y me olvide por completo de Max.

Lorcan había crecido, estaba más alto y cada día se aprecia mas a Maximo, verlo hacia sido como ver a el Maximo de quince años, igual de perdido, confundido y triste.

Mire a Maximo asusta y el me miro a mi igual.

—Lorcan, mírame—tome las manos de Lorcan y este me miro triste.

—Tengo jaqueca, tengo muchos cambios de humor y...—la voz de Lorcan se quebró y mi pulso se disparo— y las voces, no se...no se apagan—Lorcan tenia la voz quebrada pero no lloraba, no lloraba y pude sentir como Max trago grueso atrás mío.

—Que quieres hacer?—pregunte antes de que Max dijera algo.— Correr, comer? Quieres gritar? Haremos lo que quieras—mis manos temblaban pero los recuerdos de cuando le paso a Max invadieron mi mente y sabia exactamente qué hacer.

—Quiero... golpear algo.—Max estaba petrificado a mi lado, no se movía, no respiraba, era como un cadaver.

—Esta bien—respondí con una sonrisa.—Te vas a cambiar he iremos a golpear un par de cosas.

Salí de la habitación y lleve a Max conmigo.

—El...—Max estaba mal pero no era el momento de perder la cabeza.

—Se qué hacer, calmate—mire hacia los lados y llame a un guardia.—Necesito ver a Kaden y a Blas, ahora!—demande.

El guardia se fue a buscarlos rápidamente y mire a Max.

—Vamos, necesitas tomar algo.—lleva a Max hasta el comedor donde le pedí un relajante.

—Como es que sabes que hacer?—pregunto Max.

—El es como tu—respondi simple.

—Eso es malo—dijo inmediatamente.

—Es malo si no sabe controlarse, pero yo lo ayudare.

—Como?—bramo.

—Si algo he aprendido de los chicos Prussets es que puedes tenerlos en tu mano con una sonrisa.— Max soltó una risa débil y le dieron su relajante.

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