Capitulo 14

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Valeria

Estaba en la puerta del despacho de Máximo, miraba la puerta pensando en si entrar o no. Ayer después de mi conversación con Lorcan, se me había metido la idea en la cabeza de que las voces eran reales, tal vez las voces eran reales, o solo era yo que no quería sentirme culpable por no prestarle atención.

—Valeria?— me sobresalte al escuchar la voz de Stark atrás mío, el me miraba con extrañes. 

Stark ha sido toda la vida el mejor amigo de mi hermano, su familia y la mía han sido muy cercanas desde siempre, su familia es una de las más importantes de Europa, el y Máximo de consideran hermanos y cabe admitir que al principio yo también lo consideré un hermano, hasta que me di cuenta de que me gustaba. Estuve "flechada" por el, todavía es un chico muy guapo pero nos distanciamos, el y Máximo se fueron 4 años a un internado, se fueron a los 15, yo tan sólo tenía 11 cuando se fueron y Lorcan ni siquiera había nacido. Después, cuando volvieron ya no era lo mismo, yo ya tenía 15 años y había conocido a Connan. Me había cautivado su vibra de "Badboy", a pesar de ser super borde con todo el mundo a mi me trataba diferente, el era diferente.

—Estás bien?— volvió a preguntar a lo que yo solo asentí— y porque no entras? Pasa algo?--Su voz sono extraña como si tratara de descubrir algo.

—No, yo solo quería decirle algo a Max.

—Bien, entonces te pediré por favor que lo hagas primero que yo, lo que tengo que hablar con el tomará tiempo.

—Claro, gracias— habría la puerta del despacho y antes de entrar me dirigí a el— solo será un minuto.

Entre a la oficina y cómo de costumbre Max estaba centrado en su escritorio lleno de papeles.

—Stark si no es importante no me interrumpas— dijo si siquiera levantar la mirada.

—Si quieres me puedo ir— al oír mi voz levantó la cabeza tan rápido como pudo.

—No— se levantó de la silla y se acercó a mi, una vez cara a cara acunó mi cara con sus manos— tú simplemente tienes que llamarme y dejarte todo por ti— beso la punta de mi nariz y luego se separó— que necesitas hermosa?

—Hablé con Can y no se, dijo algo que llamó mi atención— el alzo una ceja interrogante— creo que las voces no están en su cabeza, creo que son reales.

El se quedó callado y aun con su mirada interrogante pero lugo la suavizó y me miro con cariño— ven— me llevo hasta uno de los muebles de su oficina y me sentó en sus piernas, yo recosté mi cabeza en su hombro mientras el me acariciaba las piernas y el cuero cabelludo— se que crees que es tu culpa que el casi se suicidara, se que le prometiste que estarías con el, pero no por eso eres culpable, el necesita ayuda y se la daremos.

Me separe inmediatamente de él y me levante— no es por culpabilidad, es cierto.

— Valeria, el esta mal, acéptalo.— el también se levantó del sillón y alzó la voz.

—Yo se que la voz existe. Creo que es una amenaza, te acuerdas de la carta que recibimos? La amenaza? Creo que lo de las voces también es una amenaza, Can dice que la oye de entre las paredes.

Suspiro cansado— y tienes pruebas? Dijo no puedo hacer mover a todos los de seguridad solo por una creencia tuya, dijo necesito pruebas.

— Max se que es cierto, tienes que creerme.— en verdad lo creía, algo me decía que era real.

—Bien, eligiere a personas de confianzas y ellos...- lo interrumpí antes de que terminara.

—Quiero hacerlo yo.

— Tú sola?, ni hablar, si es real y es una amenaza lo último que haré es ponerte en riesgo.— sin querer se me escapó una sonrisa, el enserio se preocupaba por mi.

— Si me dejas eligire a personas que me ayuden. Será como mi propio escuadrón suicida— dije haciendo referencia a la película. El solo río, por Dios, se veía hermoso cuando reía.

— Bien, tendrás tu escuadrón suicida.— me lance sobre el haciendo que de tambaleara un poco pero al final logro mantener el equilibrio. Le bese, ni siquiera se porque lo hice pero lo besé. Al principio el se quedó sorprendido pero yo luego me beso otra vez. Empezó a dar vueltas conmigo mientras reíamos, parecía una verdadera película pero por alguna razón me acorde de que Stark estaba afuera esperando.

—Stark están afuera, quiere hablar contigo.— me separe de el pero aun con una sonrisa.— ya me voy— dije, pero antes de siquiera dar un paso el me detuvo.

—Solo prométeme que te cuidarás y que si en algún momento necesitas algo solo dímelo, te aseguro que lo tendrás.— fue entonces que me acorde porque estaba con el, el tiene a Connan, el me retiene aquí.

—Como libertad, una vida? Me darás eso Max? Lo tendré alguna vez?.

—No me pidas eso, por favor.

—Entonces no hagas promesas que no puedes cumplir— abrí la puerta y sin dejarlo hablé la cerré a mi espalda, al frente estaba Stark leyendo unos papeles.— todo tuyo— el levantó una mirada y me dedico una sonrisa extraña.

El entro a el despacho y yo me dirigí a mi habitación para llamar a Helios.

Llamada:
Yo: Hola, necesito tu ayuda.
Helios: sabes a veces me pregunto que harías sin mi.
Yo: Helios es en serio.
Helios: estoy dentro, que necesitas.
Yo: te conté lo de mi hermano, creo que las voces son reales, y necesito saberlo, se que mi hermano no esta loco. Creo que lo de las voces tiene que ver con la amenaza.
-hubo un silencio del otro lado de la línea-
Yo: estás conmigo?
Helios: Siempre.

Fin de la llamada

Esa era una de las tantas diferencias entre Helios y Max. Max siempre me apoyaría y Helios siempre me creería.

......

Ya tenía las personas para mi "Escuadrón Suicida".

Helios y los anarquistas.

A pesar de contar con su ayuda también necesitaba un par de personas que me ayudaran dentro del palacio o por lo menos no personas con problemas con la ley, por eso Euterpe y Mila estaban en una mesa del jardín tratando de asimilar toda la situación.

—Entonces quieres que seamos un "escudarón suicida" —dijo Mila haciendo comillas con los dedos en las últimas dos palabras.

—Exacto.

—Bien estamos dentro, pero solo somos tres— claro que no sabían sobre los anarquistas— no tienes más gente?

—Ustedes son las primeras, tengo que pensar en otras. Sugerencias?— les pregunté a ambas.

—Sabes creo qué hay alguien— Mila y yo miramos a Euterpe interrogativa.— se hacen llamar los anarquistas.

Mi cara se volvió un poema. 

Mierda.

Mierda

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