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A veces las cosas no pasan como un cree, y eso hoy lo descubrió Alex al notar la esbelta figura de Schlatt frente a el,  sus mejillas estaban rojas por el alcohol consumido (como antes mencionaba, Alex era poco tolerante a este) Schlatt lo miró con una sonrisa de satisfacción >>este de verdad no aguanta nada<< se burló el mayor en su cabeza, pensando en lo patético aunque algo tierno que se veía el menor con la cabeza gacha en aquella mesa.

-Pensé que no... ibas a venir. --Alex se quedó quieto unos minutos, pero luego dirigió su mirada a los ojos amarillentos de Schlatt, quien lo examinaba con un aire de asco-- Yo ya me iba a ir.

-¿Por qué me perdería la oportunidad de ver a la persona con menos aguante al alcohol en este mundo? --El mayor soltó una carcajada para luego pedir una bebida, siendo una de las más fuertes que tenían ahí. --

La gente los miraba como si estuvieran esperando a que pelearan, pues, un ebrio y Schlatt en la misma mesa no daba buenas señales, al contrario, daba señales de peleas y gritos, tal vez una muerte segura para el pobre chiquillo que llevaba puesta la gorra azul. La gente conocía la cara de Alex, pues este siempre se encontraba al lado de Schlatt, pero nadie sabía su nombre, ya que este siempre se refería a Alex como Quackity delante del publico,  no solía referirse a el por su nombre a menos de que fuera a regañarlo o como solía hacer, levantarle la mano.

- Yo sí puedo soportar, solo que llegaste cuando ya me tomé demasiadas copas.

-OH, vamos, Quackity, sé que solo te tomaste un mojito. --Nuevamente soltó una carcajada, tal vez no fue mala idea venir con su pequeño amigo a beber un poco.-- Se te nota en la cara que de verdad no puedes ni con un poco de alcohol, sigues siendo ese niño pequeño e idiota que solo quiere impresionar a la gente fingiendo ser alguien que no es.

Aquellas palabras dieron en el blanco para que Quackity se levantara de su asiento y se acercara lentamente al chico que se encontraba bebiendo a su lado >>¿y este quien se cree? habla como si me conociera<< Alex apretaba la mandíbula mientras miraba atentamente a Schlatt, quería lanzarse a golpear su rostro de manera frenética,  pero aunque no pudiera pensar con claridad, sabía que aquello era una pésima idea, ponerle la mano encima podría ser el fin para el, para sus amigos, para cualquiera que alguna vez fui apreciado por Alex, o tal vez solo decida cortarle la mano de una manera sangrienta, y Dios, Alex no le importaba perder la mano si era para defender su orgullo y dignidad.

A penas iba a levantar la mano cuando el contrario lo detuvo en seco mientras este iba a dejar caer la palma de su mano sobre el rostro de aquel hombre que tanto quería, sus ojos se abrieron en grande y sintió como Schlatt apretaba su muñeca cada vez mas fuerte, haciendo que el menor soltara una que otra lagrima, seguramente ese agarre le dejaría un moretón muy marcado, pero ya no importaba, seguramente le cortaría la mano antes de que el moretón llegara a  su máximo esplendor.

- Vuelve a levantarme la mano, Alex, y te irá muy pero muy mal, juro que te cortare la mano y luego a ti te cortaré en pequeños pedacitos y se los daré de comer a un perro.-- Schlatt amenazó al pobre chiquillo que no dejaba de llorar por la manera tan brusca del mayor para agarrar su mano, era demasiado doloroso  y el era muy frágil, aunque por alguna razón no podía dejar de sonreír, se veía tan pequeño y frágil, tenía ganas de quebrarlo. -- ¿Entendiste?

El menor asintió de manera frenética mientras sentía como  su mano era libre del violento agarre, rápidamente alejó su mano del chico y su llanto era acallado por la otra mano, genial, ahora había quedado en ridículo frente al mayor, había quedado en ridículo frente al chico al cual debería impresionar, pero tal vez eso lo olvide mañana y tan solo culpará al alcohol.

- l-lo maneto tanto, Schlatt, por favor, perdóname. --el menor susurró por lo bajo, con miedo de que el mayor volviera a hacer algún movimiento violento en contra de el.--

A partir de aquella escena que habían armado Jschlatt se la pasó de trago en trago, mientas Alex tan solo lloraba en completo silencio, notando como en su mano cada vez se notaba mas aquel moretón que le había provocado el mayor, y mierda, dolía demasiado, llevaba al menos una hora llorando por el dolor punzante en su muñeca y Schlatt lo único que hacía era mirarlo y platicarle de una que otra cosa, siempre con una bebida en mano y cada vez balbuceando más idioteces.

La noche transcurrió y ambos chicos se fueron a sus respectivas viviendas, cada uno con pensamientos distintos en su cabeza, tal vez Schlatt podría sacar provecho de los sentimientos de Alex, tal vez... podría amarlo.

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Babooshka.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora