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La oscuridad en la que se encontraba Wilbur se fue desvaneciendo poco a poco, sus ojos nuevamente se abrieron, las cosas habían pasado algo rápido, hace algunos minutos juraba estar muerto pero acababa de abrir los ojos como si nada hubiera pasado, a su lado se encontraba Quackity, observándolo de manera temerosa, no tenía idea de que mierda había pasado pero oficialmente tenía miedo de aquel chiquillo.

-Cuando Jschlatt estaba vivo, solía mostrarme cosas geniales --habló Alex, mirándolo directamente a los ojos-- El me enseñó tanto a matar como a revivir personas, tenía un libro... uno que le dio a Dream, en ese libro habían cosas espeluznantes, guerras, destrucción, muerte.

Wilbur tragó en seco, haciéndose hacia atrás mientras escuchaba la dulce voz de Alex.

-Wilbur, logré cambiar la historia, te salvé... salvé a todos ¿a que costo? No puedo ver de un ojo y entregué muchas almas, y todo fue gracias a Schlatt. El nos va a salvar a todos de la desgracia, el está entre nosotros y nos llevará a un lugar mejor, Soot, podremos ser felices en un mundo lejos de la crueldad, solo necesito matarlos... matarlos a todos, pero tranquilo, tu me vas a ayudar.

Alex comenzó a acercarse lentamente a aquel chico frente a el, lo tomó de las manos y lo abrazó con mucha fuerza, sentía que lloraría en cualquier momento, los recuerdos de Jschlatt, cuantas personas perdieron la vida por culpa de el, como sus manos estaban manchadas de sangre por querer complacer al chico incorrecto, pero hey, había aprendido algo, no todo el mundo buscará lo mejor para el, solo para si mismos, la gente te usara y se harán los que no saben de que hables, hagas lo que hagas, siempre serás la marioneta de la persona que mas amas, siempre serás la marioneta de aquellos que creías tus amigos.

La única forma de librarte de eso, era demostrar que no eres una presa fácil, y Alex no era una presa fácil, no.

Alex era un Dios, y no se quedaría callado.

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Babooshka.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora