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-¡Haremos de Manberg un lugar mejor, lo traeremos nuevamente a la gloria! --Jschlatt soltó en un grito, siendo proclamado por la gente que se encontraba bajo el-- ¡Adiós L'Manberg, hola Manberg!

Jschlatt concluyó son su pequeño speech para luego retroceder, mientras tanto, un joven lo miraba desde atrás, Quackity, también conocido como Alex, el es un chico de complexión delgada, tenía una piel delicada, cabello oscuro, ojos grandes, una hermosa sonrisa, el era un chico lindo, lo contrario al hombre que se encontraba ahora caminando al lado suyo para retirarse, Jschlatt, o Schlatt es alguien que tan solo con verlo, podrías sentir como su mirada te atraviesa con fuerza, tenía un bigote corto, tenía las patillas largas (sin exagerar) y ojos amarillos, a parte este soltaba un poco atractivo olor a alcohol, ya que el chico siempre se encontraba tomando, siendo este uno de sus mayores defectos.

Alex siempre se encontraba a su lado como un perrito faldero, siguiéndolo a todos lados, buscando estar con el en todo momento, no quería ni podía separarse de SU hombre, claro, Schlatt sabía de la existencia de aquel chiquillo mas... se lo pasaba por el culo, mientras Alex hacía lo que fuera por ser notado por su amor platónico, este solo lo utilizaba para que le traiga más bebidas directamente a su mano, ya que este no era fan de hacer las cosas por su cuenta, y claramente aquel chiquillo le hacía caso.

-Schlatt, oye ¿harás algo hoy en la noche? --Alex preguntó mientras caminaba al lado del mayor, siempre con una hermosa sonrisa en su rostro.-- Sé que estás un poco ocupado con eso de hacer de L'Manberg un lugar mej-

-Manberg, Quackity, no más L'Manberg. --Lo interrumpió Schlatt, siendo un poco agresivo en su forma de hablar hacia el pequeño--

-Si, lo lamento, bueno sé que estas algo ocupado con eso de hacer Manberg un mejor lugar pero, tal vez deberías tomar un pequeño descanso y aquí estoy por si quieres ir a tomar algo, sé que te gusta tomar, así que pensé que podríamos ir juntos.

-No tomo con niñitos.

-OH, vamos, tengo diecinueve y tu veintiuno, no hay una gran diferencia.

Tan pronto Alex terminó de decir eso, Schlatt lo tomó de la mandíbula y lo obligó a verlo a los ojos, soltó una pequeña carcajada y apretó su mano con una gran fuerza, tan solo con la intención de lastimar al mas joven.

-Creo que alguien no entiende que es un no. --Dijo el mayor mientras examinaba al chico que ahora tenía sus manos sobre las suyas, queriendo retirarlas de su rostro por el dolor que le causaba.-- Ahora, Alex, vuelves a molestarme y te cortaré la lengua.

El mas joven tan solo asintió, aquella acción por parte del mayor tan solo hizo que su corazón se agitara mas dentro de su pecho, esa adrenalina que le provocaba el mayor, era su sensación favorita en todo el mundo y necesitaba mas de eso, siendo este un terco, tomó del brazo al mayor y lo apartó como pudo, demostrando que no se iba a dejar pisotear por el.

-Por desgracia, mi querido amigo, yo no me rindo para nada fácil ¿Qué no recuerdas porqué estoy aquí? --Respondió Alex mientras miraba al mayor de cerca, sus miradas estaban prendidas en fuego, estaban hechos el uno para el otro y Alex lo sabía mas que bien, nadie podría hacerlo cambiar de opinión-- Te veré en la cantina a las ocho, no hay excusa para faltar.

Schlatt seguía con una expresión neutra, tan solo observando como aquel chico se iba lentamente de aquel lugar, notando como las piernas del chiquillo no dejaban de temblar, era más que obvio que Alex tenía miedo, demasiado miedo de lo que Schlatt podría hacerle por haberle hablado así, ya que nadie podía hablarle así, seguramente este se encargaría de torturarlo hasta dejarlo casi muerto, dejarlo descansar y volver a torturarlo y así hasta que el mismo se quite la vida.

Pero por ahora, solo se verían para tomar un poco.

.

Alex ya se encontraba sentado en una de as mesitas que estaban en aquel bar, estaba vestido como generalmente lo hacía, con una beanie (la cual nunca se quitaba) una sudadera, unos pantalones y unos tenis, estaba demasiado cómodo a decir verdad , la música no dejaba de resonar por todos lados, habían personas bailando a su alrededor, tan solo disfrutando de aquel ambiente, llegó un chico con la bebida que había pedido Alex, un mojito con alcohol, el tomó el baso y agradeció al chico, comenzó a tomarla y al ser un poco intolerante a aquellas bebidas, su vista cada vez se hacía más pesada, creyó que iba a morir tan pronto el silencio se hizo presente alrededor de el, la gente miraba al hombre que había llegado al bar, caminó hacia donde estaba Alex y se sentó.

-Oh, pequeño, a penas inicia nuestra noche.

Babooshka.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora