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la noche caía sobre aquellas tierras, las estrellas comenzaron a asomarse de una manera lenta pero en todo momento mostrando la belleza característica que tienen, Quackity las observaba mientras su mano reposaba en la mano fría de  Wilbur, el frío comenzó a hacerse presente. Tan solo habían pasado unas dos horas desde que Alex había terminado con la vida de su mejor amigo, este seguía acariciando su mano con una pequeña sonrisa en su rostro, nunca soltó una sola lagrima.

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-Por favor, Alex, déjanos pasar. --Wilbur se encontraba en la entrada de Las Nevadas, junto con su hijo y Tommy.

-Ya te dije que no, Wilbur, vete antes de que envíe a Charlie a patearles el trasero a los tres.-- respondió Quackity con una sonrisa ladina en su rostro, había extrañado tanto el ver a aquellos chicos ahí, aunque hace casi un año no le había dirigido la palabra a Tommy, no desde lo de Sapnap y Karl. -- Es muy salvaje, se los va comer.

Quackity miró a su amigo, quien estaba sentado en el suelo, jugando con aquella rana que Alex le había capturado hace un par de horas, este era muy fácil de entretener .

-Vamos, cariño, juro que ni Tommy ni Fundy romperán algo, yo sí romperé algo y ese algo es tu cu-- El mayor fue interrumpido después de que Quackity se lanzara sobre el, le cubrió la boca y comenzó a golpear su pecho-- 

-¡Wilbur Soot, hay niños aquí, cochino de mierda! -- gritó Alex, mirando a los demas chiquillos.

Wilbur comenzó a reír a carcajadas, extrañaba a su mejor amigo.

Desde aquel día, ahora todos ellos vivían dentro de Las Nevadas, teniendo aventuras cada día, a cada momento, por desgracia, aquel chico triste que los miraba desde lo lejos, acabaría con ello.

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Alex ahora se encontraba frente a Wilbur, recitando unas cuantas palabras en voz alta, eran casi las tres de la mañana y estaba completamente oscuro en aquel lugar, las estrellas ahora se veían cubiertas por las nubes, era todo un ambiente mas oscuro. Quackity colocó su mano sobre la mejilla de Wilbur y sonrío de oreja a oreja, besó su frente y dio unos pasos para atrás.

Quackity trareaba una melodía desconocida mientras miraba el cuerpo deformado de su amigo, tenía ganas de vomitar por el horrible dolor pero algo dentro de el no se lo permitia, verdaderamnete le encantaba esta sensacion.

En eso, Wilbur abrió los ojos.










































Babooshka.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora