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El amor era algo dañino, era algo doloroso, bueno, Schlatt tal vez nunca había sentido aquello pero sabía que era algo muy peligroso para el y cualquiera a su alrededor, ya todos sabían de lo agresivo que era Schlatt y nadie se lo quería imaginar con el corazón roto y decepcionado, aunque el puede tener a quien el quiera, nadie nunca satisface sus exigentes caprichos, ninguna chica ha podido estar junto con el por más de una semana pero Schlatt tampoco le tomaba demasiada importancia a ello, siendo que el obviamente se veía a si mismo como un Dios inalcanzable, el era todo lo que el mundo necesitaba y debía tener.

Nadie nunca se había enamorado de Schlatt, el creció y morirá solo, o eso al menos quiere el, quedarse solo y no tener que soportar a otra persona, el no quiere algún día necesitar a otra persona para ser feliz, el era mas que feliz con tan solo una botella y la oscuridad que rodeaba su habitación cada que la noche caía por su ventana, el era feliz con eso, el era... feliz.

Nunca creyó que alguien estaría haciendo lo que ahora Alex se encontraba haciendo en este momento, el mas chico se encontraba frente a el con un pequeño peluche de una linda cabra (ya que Jschlatt era hibrido de una de estas) y una pequeña cara que parecía tener la marca de unos labios sobre esta.

-Schlatt, me gustas.

El mayor se quedó congelado, mirando directamente a Alex, quien ahora lloraba como si el mañana no fuera a llegar, como si supiera que Schlatt lo mataría después de esta confesión.

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-Alex ¡Alex, ya despiértate!  --George gritaba mientras removía el cuerpo de Alex, quien despertaba poco a poco-- Schlatt lleva esperándote diez malditos minutos, si no te levantas en este momento nos va a castrar a ambos.

Alex inmediatamente despertó después de escuchar a su amigo llamarlo de manera desesperada, no entendía que hacia George ahí, mucho menos entendía que hacía que hacía Jschlatt en su casa, se sentó en la cama mientras colocaba su mano en su frente mientras intentaba recordar que había sucedido antes ¿pasó algo con Schlatt? Su sonrisa se agrandó aunque el moretón en su mano le recordó lo que había sucedido, claro... tal vez Schlatt nunca más querrá verlo, de verdad que nunca.

-George... ¿crees que Schlatt me quiera matar?

-Mira, mi querido pedazo de idiota, no tengo idea de lo que sucede, yo solo vine por mi sudadera que me quitaste.

Alex sonrió de oreja a oreja y abrazó a su amigo, tenía en su cabeza muchas cosas pero los animo que tenia  por saber si algo mas sucedió después de aquella pelea lo estaban consumiendo, necesitaba saber si por fin Schlatt sabía de los sentimientos que tanto escondía, tal vez lo dijo mientras estaba ebrio, tal vez no, tal vez algo más pasó y el iba a descubrirlo, se levantó de golpe de la cama buscando una pequeña caja que tenía en su armario desde hace casi tres meses, George miraba toda la escena algo confundido pero Quackity lo sacó casi a patadas de la habitación, minutos después salió rompiendo la tención que había entre Schlatt y George, pues estos dos se odiaban un poquito (mucho) Alex le entregó la sudadera  a George y luego caminó hacia la puerta, George seguía igual de perdido que desde un principio, pero tan pronto Alex abrió la puerta y lo miró este pudo entender que ya debía irse, así que eso hizo; se retiró pero con un pésimo sabor de boca, algo malo iba a pasar.

Alex miró a Schlatt, quien acomodaba la corbata de su mismo traje frente a uno de los espejos que ahí se encontraban, para luego notar la mirada pesada del menor sobre el así que tan solo se dio la vuelta, encontrándose con los ojos ilusionados del chiquillo junto con esa caja que ahora se encontraba contra su pecho, extrañado la tomó y abrió, había un peluche dentro, uno muy lindo e igualmente había una carta, oh mierda.

-Schlatt, me- 

El menor fue interrumpido por la palma de la mano de Schlatt contra su mejilla, haciendo que este cayera al suelo de golpe, dejando a un Alex confundido, pero fue cuestión de segundos para que cerrara sus ojos, Schlatt lo miraba muy asustado ¿Qué mierda estaba pasando? ¿Por qué aquel sueño que tuvo se estaba repitiendo de la nada? Schlatt tenía miedo de que el menor de verdad estuviera enamorado el, no iba a dejar que eso sucediera, así que tomó aquella caja y salió corriendo ahí, necesitaba tomar algo y desaparecer aunque sea unos días.

Alex no debía sentir algo por Schlatt, o esto arruinaría a ambos.

  

Babooshka.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora