IX. Diluvio

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Sabrina

No sé cuánto tiempo pasó desde que Clint se fue, pero sé que es tarde porque el Sol está comenzando a ocultarse. Me levanté de mi asiento aún empapada y caminé hacia el pequeño elevador del balcón, es momento de volver a la Torre. Bajé hasta la salida del lugar y ubiqué rápidamente la Torre, por lo que comencé a caminar hacia ella.

La lluvia no ha parado por alguna razón, pero no se convierte en tormenta, lo cual ahora agradezco demasiado. No sabía que la Torre estaba tan alejada del centro comercial, tendré que caminar bastante. Lamentablemente, la lluvia comenzó a empeorar, por lo que traté de acelerar mi paso.

-Huh, que raro.

De pronto, gotas de agua dejaban de caer del cielo donde estaba parada.

-Parecía que necesitabas ayuda.

Giré asustada a mi lado, lista para golpear a quien fuera que estaba ahí. Me relajé un poco al ver que era un chico de no más de dieciséis, castaño y tenía una pequeña sonrisa, sin olvidar el paraguas que tenía en la mano, cubriendo a ambos.

-Lo siento, no quise asustarte.

-Está bien, sólo no creo que sea muy normal que de pronto un extraño aparezca y coloque un paraguas sobre ti, asustándote.

-Lo siento, lucías bastante agobiada por algo y estás vagando sola por las calles, así que creí que al menos quitaría un poco de agobio de tu mente.

Sonreí un poco. Nunca creí que aún hubiera gente amable.

-Gracias.

-No es nada- sonrió- ¿Puedo saber a dónde vas? No es como que me interese para secuestrarte o que sea para algo malo, no me malentiendas, sólo no creo que sea buena que alguien tan linda ande por allí sola.

Me sonrojé por lo último.

-Es decir, son calles peligrosas y no es que no crea que no puedas defenderte, sólo que eres una chica, claro que el hecho de que seas una chica no significa que no puedas defenderte, sólo que eres bonita y... Ay, Dios, debería callarme ya.

Reí, ahora él estaba sonrojado y bastante nervioso. Me agrada este chico.

-Está bien, gracias, uh...

-Peter, soy Peter.

-Gracias, Peter.

-Es un placer- sonrió- Mi tía May siempre dice que hay que ser gentiles con los demás.

Sonreí.

-Mi madre solía decirme lo mismo.

-Entonces es sabia.

-Sí, lo es, siempre lo fue.

-Bueno, uh...

-Sabrina.

-Sabrina, ¿hacia dónde vas?

Me detuve a pensar si era una buena idea decir la verdad o no, no parece un mal chico, pero sí es cierto que tenemos muchos problemas ahora como para confiar en cualquiera. 

-Oh, iré hacia el trabajo de mi tío, debía haber llegado allá hace un par de horas.

-Puedo acompañarte, si gustas, es decir, no tienes ningún paraguas y no parece que vaya a dejar de llover pronto.

-No creo que sea una buena idea.

-Insisto, esto no parece parar en un buen rato y creo que ya estás lo suficientemente empapada.

Lo pensé un poco, se supone que no debo hablar con extraños, pero, el hecho de que Peter me acompañe no significa que tenga que decirle a los demás.

-Bien, gracias, Peter.

-Es un placer, Sabrina- sonrió.

Espero que les haya gustado mucho <3.

Los hijos perdidos de Steve Rogers || Avengers✋🏻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora