Sandra
No sabía que coño me pasaba. Nunca estaba nerviosa al inicio de curso. De hecho, más bien lo contrario. Solía pasarme los primeros días presente de cuerpo y ausente de mente, pensando en todo lo que había hecho aquel verano... Pero esta vez no era así, y mira que había sido el mejor verano de mi vida.
Sara y yo sacamos unas notas inesperadamente buenas. Yo siempre había sido muy buena estudiante, pero de notable y algún que otro sobresaliente. Aquel trimestre me lo saqué con matrícula de honor. Y Sara... ella nunca había estudiado demasiado. Aprobaba con cincos raspados y alguna que otra vez sacaba más de un seis. Biología se nos daba fatal, menos mal que este año me la había quitado de encima... y ese trimestre saqué un nueve. No se ni cómo lo hice, pero el caso es que las dos sacamos muy buenas notas y nuestras madres, que por cierto son muy amigas, nos dejaron hacer muchísimas cosas este verano. Fuimos a la discoteca de un amigo de mi madre casi a diario, comimos mucho fuera, salimos con nuestros amigos y visitamos a mi familia paterna (sin comentarios), fuimos a la playa y conocí Sevilla y Málaga, que eran las dos ciudades andaluzas que me faltaba por visitar; nos fuimos a dormir a la playa con nuestros amigos de allí, y mogollón de cosas más... Lo pasamos súper bien, para que mentir.
La noche antes de venirme aquí, Sara se quedó en mi casa a dormir, y acabamos las dos llorando recordando los buenos momentos. Y los malos también.
- No sabes cuanto te voy a echar de menos...- me dijo entre lágrimas- Ya sé que es tu sueño, pero no te podrías haber ido en un año, tío.
- Ya sabes que es una beca, no puedo elegir cuando me la dan- Dije yo intentándome auto convencer de que todo saldría como esperábamos- Además, así tendrás una excusa para venir a Londres de vez en cuando, ¿no?- A Sara y a mí nos encantaba viajar. Nuestras madres desde chicas habían estado en la misma pandilla y con el tiempo, se volvieron inseparables, y las dos son unas enamoradas del turismo; así que de tales palos, tales astillas.
- Ya ves. Cuando seas una pianista súper mega famosa y conocida- hizo una pausa- no te olvides de mí.
- Sabes perfectamente que no voy a poder hacer eso- Le dije yo- Además, te voy a estar llamando cada dos por tres porque eres una capulla que no hace más que meterse en líos y me tengo que asegurar de que no te partas en cráneo- Dije.
- ¿Perdón? Eso tú. Si la lías en España, no me quiero ni imaginar en Inglaterra. Además, te orientas como el culo y lo sabes.
- Dijo la que no sabía ni dónde estaba el centro comercial después de ir tres años al mismo.
De repente nos estábamos riendo las dos como locas en medio de mi habitación. La iba a echar tanto de menos...
Sarita...
Eso es lo que tiene septiembre. Esta muy guay mirar atrás y repasar día por día todo lo que has hecho este verano, pero también te da mucha nostalgia pensar que hasta el año que viene no podrás volver a ver a la gente de la playa, ducharte todos los días por tener salitre o cloro en el pelo, echarte crema de sol, que te piquen los mosquitos, pasar calor... Son cosas que parecen insignificantes, incluso molestas cuando lo estas viviendo o sintiendo, pero luego te das cuenta de que los pequeños detalles son los que marcan la diferencia.
Trato de no pensar mucho en julio y agosto, y trato de centrarme en el ahora. Además, todo pasa rápido, y dentro de poco estaré de vuelta en casa y además triste porque ya no estaré aquí, así que voy a tratar de disfrutar esta oportunidad lo máximo que pueda.
Rondaban las 5 de la mañana, pero yo no podía dormir más. Estaba muy nerviosa. O emocionada. No lo sé bien la verdad, el caso es que no podía dormir. Cogí el iPad y me puse un capítulo de la serie que empecé en el avión, aunque no estaba concentrada ni si quiera en eso. No podía parar de pensar en que hoy tenía las pruebas para entrar en el conservatorio. Era un sueño que tenía que cumplir. Fuese lo que fuese. Costase lo que costase. Pensé en tocar un poco el piano, pero habían dos cosas que me lo impedían. La primera, que Meg estaba dormida y no podía hacer ruido, y la segunda, que tampoco tenía el piano en la habitación. Tenía que bajar a la sala de música, y era demasiado temprano como para estar liándola recién llegada; así que reprimí las ganas e intenté volver a dormirme.
Antes de que me diese cuenta, ya me había sonado el despertador. Aquí la gente se despierta tempranísimo, y yo no estoy acostumbrada a dormir tan poco.
Recordé que hoy llegaba la amiga de Megan. Sinceramente espero caerle bien, porque si no tendríamos un problema...
Desperté a mi amiga y me dijo que me vistiera mientras ella se duchaba. A la media hora nos dirigimos Megan y yo a la primera planta. Allí, Bethany estaba con su acostumbrada sonrisa sirviendo cafés, pasteles, frutas, tostadas... Ese día se me antojó una tostada y un vaso de leche, y Megan pidió lo de siempre.
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La Estudiante De Intercambio
SonstigesSandra es una estudiante de intercambio que se va a estudiar a Londres durante nueve meses. Aunque estudiar fuera haya sido su sueño durante muchos años, pronto descubrirá que las cosas son diferentes a como se imaginaba, pero que, probablemente, es...