Primero de todo: Lo siento por apenas escribir, he estado ajetreadísima con la escuela y me quería tomar un tiempo para descansar en las vacaciones... Vuelvo con más fuerza e ideas, y espero que con más tiempo para poder escribir.También he tardado más porque he corregido algunos capítulos, están ya publicados. Bueno, ahora si que sí os dejo con el capítulo, espero que os guste! ;))
________________Sandra
Megan y yo nos dirigimos hacia el aula de filosofía, que era lo que teníamos a primera hora. Odiaba filosofía. Al principio pensaba que iba a ser una pasada, igual que en Merlí, pero no fue así. La profesora era una mujer mayor de cara alargada, bastante delgada, rubia y con muchas arrugas. Parecía que estaba allí porque la obligaban (que seguramente).
Siempre he pensado que hay que hacer lo que a uno le gusta. Con eso no me refiero a que no recojas tu cuarto o que no estudies, lo digo en general. Si tu te sacas una carrera que no te apasiona, que no te gusta estudiar, que te aburre o que simplemente estudias porque no hay otra cosa que se te ocurra, nunca jamás te va a gustar trabajar. Hay gente que no tiene oportunidades de trabajar en lo que ama realmente, pero la gente que la tiene y no la aprovecha me desquicia.
Yo voy a estudiar lo que más me gusta hacer en el mundo. Música. Yo cuando rozo la yema de mis dedos con las teclas de ese instrumento que parece sacado de un cuento siento de todo. Cuando toco los primeros acordes de una partitura en piano para mí desaparece el mundo, hay una magia inexplicable, hay electricidad, una conexión entre ese sonido y yo que detiene el tiempo. Es increíble. No se como se genera eso, y se que no a todo el mundo le pasa, pero yo me siento muy afortunada de poder sentir esa conexión, porque es lo que me mantiene viva, lo que hace que siempre quiera seguir adelante pase lo que pase. Es mi aire, mi gasolina. Un sentimiento que permanece ahí siempre, aunque no lo toque. Como cuando te enamoras. Yo siento eso con mi piano.
No os pasa que de repente así por las buenas os acordáis de esa persona, de la que no puedes dejar de pensar, que con solo escuchar su nombre te da un vuelco el corazón, esos mini infartos que se llaman cuando estas cerca de ella o te habla o para los que tienen mucha mucha suerte, los besos de estas. Pues eso siento yo cada vez que toco el piano. Esa complicidad, verlo todo más bonito, con más color. Eso es enamorarse. No que te mole una persona, te guste o te atraiga. Que te enamores de ella. Ahora nadie quiere tener nada serio con nadie, pero eso es mil veces mejor que enrollarte con uno/a en una fiesta y al día siguiente repetirlo.
Hay gente que no tiene la suerte de enamorarse. Hay gente que lo que no tiene es la valentía y el coraje suficiente para afrontar ese sentimiento, porque es verdad que da miedo. Da miedo porque para ser felices muchas veces nos aferramos a una persona o a una sensación. Para ser felices muchas veces hay que dejarse llevar. Esa sensación de calidez que te da esa persona cuando estas enamorado, esa felicidad cuando sale bien y ese sufrimiento al salir mal... Al final eso lo reparte la suerte. O el destino, ¿quién sabe?
- ¡Ey! ¿San? ¡Sandra!- Dijo Megan zarandeándome haciéndome volver a la realidad.
- ¿Qué pasa?- Pregunté yo inocentemente.
Al parecer Meg había tenido esta profesora un año atrás y era muy estricta. Me avisó que no me podía perder ni un segundo de su clase y que no era bueno que ella me viese distraída.
Joder pues empezábamos bien. Soy la persona más distraída del mundo.
Agradecí a Megan por su consejo y volví a centrarme en la lección lo más que pude.
Cuando salimos de esa horrible clase nos dirigimos al aula de química. No era mi asignatura favorita pero me habían dicho que en ese colegio era una pasada. Era la primera vez que Megan y yo dábamos química en el High Land y me sentí bien por eso. Por una vez no era yo la única que no tenía ni idea de nada. Según Will y Cameron -que eran un año mayor que nosotras- era muy fácil sacar nota con química. Decían que la profesora era un cielo. Bueno, eso fue lo que le dijeron a Meg, porque yo no había hablado casi nada con ellos, sobretodo con Will, porque a Cameron desgraciadamente le había conocido bastante antes.
Entramos en el aula y supe que Will y Cam no se equivocaban. Esa profesora soltaba unas buenas vibras impresionantes. Me cayó muy bien desde el principio. Era todo lo contrario a la de filosofía, a esta se le notaba en la mirada que disfrutaba segundo a segundo de lo que hacía. Se notaba cuando un docente amaba explicar o estaba ahí por cobrar el mes y tener el mismo tiempo de vacaciones que los alumnos.
Nos explicó propiedades de algunos elementos de la química y empezó un experimento que tenía que dejar fermentando la noche entera. Me gustó mucho que hubiera hecho experimentos para explicar y consiguió que me gustara la clase y que la entendiera, y mira que yo y la química no éramos mejores amigas. Esto sí que es una profesora en condiciones.
La tercera hora pasó volando, y Megan y yo no podíamos parar de hablar de lo mucho que nos había gustado la clase anterior. Nos tocó arte, así que pudimos hablar mientras hacíamos un proyecto que consistía en moldear una figura con arcilla juntas.
Me alegré muchísimo al saber que Meg y yo habíamos caído en casi todas las clases juntas. En las únicas que estaba sola era en música -yo tenía un nivel superior que el de Megan-, en lengua porque consideraron que a mí no me hacía falta ir a clases tan básicas y era una pérdida de tiempo y en lugar de eso me dieron de tres horas libres a la semana para repasar o tomarme un descanso junto con los otros becados; y nos pusieron a todos una hora semanal de repaso de inglés para llegar a dominar el idioma.
Yo me manejaba muy bien el inglés. Sacaba siempre sobresalientes y tenía un nivel B2, y estaba más que acostumbrada a cantar en inglés. El plan era que en ese año del High Land aprovechase para sacarme otra titulación.
Después de explicarnos algunos detalles más a los becados tocó el timbre, y eso significa que era la hora de comer.
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La Estudiante De Intercambio
RandomSandra es una estudiante de intercambio que se va a estudiar a Londres durante nueve meses. Aunque estudiar fuera haya sido su sueño durante muchos años, pronto descubrirá que las cosas son diferentes a como se imaginaba, pero que, probablemente, es...