Tome el balón, gire mi cabeza y busque con mi mirada al despreciable ser humano que me había golpeado con el balón.
Una chica de cabello rubio cenizo, que por su estatura parecía un umpa lumpa, yo no le calculo más de 1.50.
Me acerque a ella esperando una disculpa.
-Cof, cof- tosí y la fulmine con la mirada.
-Gracias por traernos el balón- dijo con tal falsedad que hacía que mi sangre hirviera.
-Se te olvido "decirme algo"- dije haciendo énfasis en; decirme algo.
No dijo ni una sola palabra y me examino de arriba abajo.
Sentí como alguien me galo del brazo, voltee a ver quién era...
Jenny y a lado suyo estaba Alice.
-Ya déjala- me dijo y la miro con desprecio – dales el balón- continuo.
-No, hasta que me pida perdón- reclame. Alice puso los ojos en blanco.
Me quede rígida sosteniendo el balón y retando a la umpa lumpa con la mirada.
-Annie... por favor- me decía Jenny.
-Okay, pero para la próxima tengan más cuidado- le advertí.
-Como diga "su majestad"- dijo sarcásticamente.
Cerré mis puños y apreté la quijada.
-Ya, tranquila- dijo Alice dándome unas palmadas en la espalda.
El maestro sonó su silbato. Nos dio las indicaciones. Teníamos que hacer equipos de dos para el calentamiento. En cuanto lo dijo yo tome a Jenny del brazo.
-¿Tú y yo?- le propuse.
-Claro- me respondió con una sonrisa de oreja a oreja -ven vamos por una pelota- dijo Jenny jalándome del brazo.
Buscamos la más bonita a la vista y tomamos un lugar en la cancha.
Sentí un golpe en mi brazo seguido de unas risas que se me hicieron familiares. La umpa lumpa y su manada.
Voltee a ver las y como lo suponía sus risas eran dirigidas hacia mía. Estaba hirviendo en mi propia sangre, la rabia que tenía era descomunal.
Donde está el maestro cuando lo necesito. Lo busque con la mirada hasta el último rincón y no estaba.
Tome el maldito balón, camine hacia ellas con la cabeza en alto sosteniendo mi dignidad, dando pasos grandes y firmes.
-Annie, ¡no!- escuche la voz de Alice muy preocupada, y unos pasos que venían a mí.
-No los puedes dar por favor- dijo una chica morena mirando su balón.
-No se los daré.
Sentí como alguien por detrás de mi querían quitármelo a la fuerza. Me aferre al balón con todas las fuerzas que tenía. Alguien más trato de quitármelo y cuando me di cuenta toda la manada de la umpa lumpa ya estaba sobre mí.
Si manada, por qué son unas salvajes.
Alguien me empezó a ser cosquillas y ahí fue cuando me derribaron. Trate de contener la risa y aferrarme al balón, pero no pude, lo iba soltar ya no podía.
-¡NOOO!- escuche decir a Jenny y cuando medí cuenta ya estaba en medio de la pelea sujetando el balón.
Esto ya no era una pelea por el simple balón, era por mi dignidad.
Me volví a agarrar del balón junto a Jenny. La manada era más fuerte que nosotras ya no podíamos y el balón se cayó al suelo y rodo hasta los pies de alguien.
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El chico del que me enamoré
RomanceAnnie es una estudiante de décimo grado, ella es una persona sincera, delgada, con un hermoso cabello marrón, divertida, coqueta, alegre, tímida en ocasiones pero cuando quiere puede ser totalmente atrevida. Alice, la mejor amiga de Annie. Es totalm...