La muerte y yo.

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Hay que aceptar como viene, quizás el mañana no te llegue. Si los que te rodean se caen, y vos sentís que nunca vas a tropezar, no dejes pasar la oportunidad de saludar una vez más a quienes quizás no vuelvas a visitar. ¡Ríe! ¡Ríe! ¡Ríe! Ríe, no dejes de reír.

  Quizás eso algún día te ayude a sobrevivir, quizás dejes un buen recuerdo de ti. Y si los demás desaparecen recuerda lo mejor de ellos, recuerda lo mejor de ti, y quizás ese día tengas un recuerdo feliz.

Historias de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora