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—Espera aquí, necesito ir por un médico, estás enfermo y si no lo llamo ahora no sé si pasarás la noche, David por favor.

—Hoseok quítate esa estúpida idea, no tenemos para pagar un médico, está bien, solo quiero descansar.

—¡No me importa! Voy a ir por un medico, no puedo dejar que te pase algo.

—¡Escucha! No me importa, solo prométeme que te cuidaras y no dejaras que nada te pase. No pude cumplir la promesa de mamá, no pude cuidarte bien, lo siento.

—Callate... Te pondrás bien, iré a preparar té, estarás bien, no puedes dejarme solo.

—Hoseok, ¿Recuerdas cuando nos conocimos? Mamá dijo que eras un niño huérfano que había salido de su país, te odie al principio, mi madre te cuido más a ti por no saber francés, después de un tiempo me di cuenta que eras un niño fantástico y cuando por fin aprendiste a hablar, eras muy educado y amable.

—Por favor no sigas, estarás bien y seguiremos juntos, prometiste cuidarme siempre.

Las lágrimas salían del castaño, su hermano mayor estaba al borde de la muerte y lo único que podía hacer era despedirse.

—Habia varios chicos que te molestaban por ser diferente, tus rasgos asiáticos siempre me gustaron y apesar de que no fuimos hermanos de sangre, desde que llegaste supe que ibas a ser mi mejor amigo y hermano.

—David por favor, no me dejes solo.

—Perdón por no cuidarte hasta el final, pero quiero pedirte un favor.

El mayor saco una carta de un cajón, dándosela de inmediato al castaño.

—Quiero que se la des a Rose, no pude hablar con ella desde la última vez que la vi, se fue de aquí hace un año y se la quería dar en persona,  pero está maldita enfermedad no me lo a permitido, por favor Hobi.

—Lo haré pero por favor, solo no te despidas más, no quiero que me dejes solo.

—Hobi eres bueno en tu trabajo, eres el mejor escritor que e conocido, por favor aún eres muy joven, enamórate y se feliz.
Una cosa más, acuéstate junto a mí, déjame recordar aquellos tiempos cuando éramos niños y dormías a mi lado abrazándome por qué tenías miedo.

Hoseok asintio, llorando sin calma se acostó al lado de su hermano, lo abrazo como si no hubiera un mañana, mostrándole cuanta falta le haría si moría esa misma noche, mostrándole cuánto miedo tenía si quedaba solo.

A sus 19 años, Hoseok no había tenido una vida tan buena, siempre soño con ser un gran escritor pero a la edad de 8 años su familia se fue de Corea, ¿El motivo? La pobreza y la mala vida era el problema del país. En un país totalmente distinto dónde la gente de distinta raza era objetivo de burlas y esclavitud, su familia lo abandonó en un hospital, estaba mal herido y mal nutrido y simplemente su familia lo dejo, pensando que su vida fuera mejor y alguien de buena voluntad le diera la vida que ellos no pudieron.

Una mujer de mediana edad lo vio y aunque a los ojos de los demás era lo peor que pudo hacer se enamoro a simple vista de aquel bello niño postrado en una cama. Lo cuido y alimento y cuando se enteró que no tenía familia decidido adoptarlo como propio, y lo hizo, presentándole a su hijo verdadero, ambos niños al principio no congeniaban pero un año después, se amaron cuál hermanos de sangre fueran.

Aquel niño de 12 años llamado David lo salvaba de cada persona que se burlaba de él por tener rasgos asiáticos.

Aquel día lo recordaran por siempre. 12 de abril de 1889, Conques, Francia. El día en el que fueron presentados como hermanos.

Ahora. 27 de junio de 1900 su hermano había fallecido en sus brazos mientras dormía debido a una enfermedad degenerativa. Una desgraciada enfermedad de corazón la cual los médicos aún no tienen cura.

A la edad de 23 años su hermano falleció sin poder disfrutar de la vida, sin poder ver a su hermano como un escritor reconocido.

—Te amo Hobi, eres el mejor hermano que pude haber deseado, le agradezco mucho a mamá por haberte encontrado.

Fueron las últimas palabras de su hermano antes de cerrar los ojos y descansar siempre.

El castaño todo lo que pudo hacer fue aferrarse al cuerpo de su hermano, llorando sin consuelo alguno. Su corazón desgarrado estaba roto, primero su madre había muerto debido a la misma enfermedad, siendo tan jóvenes dejándolos en un mundo tan demandante.

Ahora su hermano, un hermano el cual amo más que su propia vida, sabia que en Corea tenía hermanos, dos hermanos los cuales no recuerda nombres ni rostros, recuerda aquellas dos figuras borrosas jugar con él en el suelo sucio. Pero aquel hermano, David, era la persona más bondadosa y pura que pudo conocer, y ahora ya no la tenía con él.

Se odiaba por no tener la misma sangre que ellos y no poder sufrir lo mismo que ellos, se odiaba porque sabía que no podía morir ya que no compartía sangre con ellos.

Después de estar llorando varias horas pudo dormir, aún abrazado al cuerpo de su hermano, no queriendo dejar que lo abandonará el igual.

Ya no quería más, dos familias ya lo habían abandonado, se maldijo, tal vez era él quien era el problema, él era el culpable de que todos lo dejarán, de ser así lo mejor sería que muriera.

"Me encantaría tener esa misma enfermedad que ustedes dos" pensó Hoseok.

No le quedaba nada y sabía que siendo escritor no ganaría nada, tenía que encontrar un trabajo real, sus sueños no lo llevarían a ningún lado, pero por ahora solo quería dejar de sentir ese dolor en el pecho debido a la perdida de su hermano.

-J⁷

•Stranger• [VHope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora