•Stranger• [VHope]

3.

Taehyung.

El llevar siglos en esta enorme casa era demasiado aburrido, mis hermanos jamás me dejaban salir, siempre me traian comida hasta aquí, pero jamás podía salir, esa era la primera regla de la casa.

Yo no podía salir debido a que no tenía la edad o madurez para salir. Eran puras estupideces, ya ni siquiera llevaba la cuenta de cuántos años tenía, serían unos ¿700? ¿800 tal vez?
Ni siquiera lo recuerdo.

Mis hermanos me dijeron que nosotros siempre sufrimos de una maldición y que solo si encontramos a la persona correcta saldremos de esto, un pacto para salir de este sufrimiento.

Jamás lo haríamos era obvio, una persona pura y noble era lo que ellos buscaban, en el mundo humano no existía eso, todos eran unas bestias, todos con el corazón podrido.

O eso pensaba yo, hasta que lo ví.

Cuando lo ví si cuerpo sintió un escalofrío tan fuerte que pensé que era mentira.

Por fin había encontrado a la persona ideal para que mis hermanos y yo dejáramos de sufrir está maldición que tanto nos daño.

Aquel ser tan magnífico e inocente que estaba postrado ante mi en una cama, sus ojos permanecían cerrados, sus heridas tan marcadas en su cuerpo y rostro. Era lo que estábamos buscando.

La maldición no solo nos convertía en demonios, o eso nos decían las personas, al ser convertidos en esto se nos otorgaba un don único, jamás se repetían.

¿El mío? Jamás me gustó, apesar de no tener corazón que latiera dentro de mi, aún mantenía el recuerdo que algunas emociones antes de ser en lo que soy.

Mi don era ver el pasado de las personas con solo tocarlas, cuando aún no me acostumbraba tocaba por accidente a algunas personas, veía en algunas sufrimiento y desdicha, en otras felicidad y alegría.

Pero en este niño solo ví sufrimiento y dolor, un dolor tan grande que traspaso hasta llegar a mi pecho. Era un alma pura en lamento.

Salí de aquel hospital, hasta llegar a la mansión dónde estaban mis hermano, me había escapado pero esto había resultado en una maravilla, había encontrado la suerte.

—¡Escuchen! Acabo de encontrar algo maravilloso...

Mis palabras se vieron interrumpidas por una bofetada en mi rostro, mi hermano mayor me había recibido con un golpe.

—¿Cómo diablos escapaste? Claramente te dijimos que no salieras hasta que estuvieras listo, ¿Y si alguien te descubría? La gente te hubiera matado sin piedad.

Mi hermano Kim SeokJin siempre me cuido, junto con mi otro hermano Park Jimin, ambos siempre me trataban como un inútil, pero esta vez les estaba mostrando que ya no lo era, ya había madurado lo suficiente para salir.

—Lo siento, estaba aburrido aquí, ustedes no estaban en la mansión y decidí ir a ver.

—¿Ver? ¿Que querías ver?

—Nada en específico pero encontré algo que nos beneficiará a ambos.

—¿Que encontraste, Taehyung?

—Encontre un alma pura, encontré a alguien que nos puede sacar de esto, encontré a alguien que puede acabar con nuestro sufrimiento.

Mis dos hermanos me miraron con asombro, al parecer ninguno de los dos me creía.

—¿De que hablas? ¿Cómo que la encontraste?

—Miraba entre la gente enferma del hospital y vi a un niño, estaba realmente enfermo, lo toque para saber sobre él, su pasado es tan triste y lastimoso, era perfecto.

Ambos me miraban mal, parecían enojados.

—No te equivoques Taehyung, no nos aprovechamos de niños, si queremos a alguien tiene que ser un adulto, jamás un niño.

—¿Que? ¿Acaso no querían salir de esto? ¿No querían dejar de vivir eternamente?

—Escucha, me agrada la idea de que hayas encontrado a alguien pero jamás tocamos a los ninos y lo sabes..

—¿Y si esperamos a que crezca?

La idea de Jimin no sonaba nada mal.

—Jimin, no. Yo también quiero dejar esto pero no, encontraremos a alguien más.

—Por favor Jin, llevamos ya cien años creyendo lo mismo, la fe cada vez se pierde más, el niño puede crecer y cuando sea un adulto lo usaremos, solo hay que asegurarnos que crezca siendo un alma pura.

—¿Y como piensan hacer eso?

—Yo lo cuidare, yo lo encontré y yo lo cuidare.

—Taehyung, no. Será un error, un gran error si lo hacemos.

Yo no estaba en posición de negarme, la idea de descansar en paz y para siempre me calmaba. Quería lo mismo que todos alguna vez esperamos, la muerte y descansar en paz.

Ninguno de mis dos hermanos se negó, los tres acordamos que yo lo cuidaría, y así lo hice.

Al día siguiente que fui al hospital aquel niño no estaba, se había ido, me mantuve buscándolo por varios días hasta que por fin lo encontré, un bello niño adoptado por una familia de dos personas, una mujer viuda y su hijo.

Era perfecto, lo cuidaría hasta que cumpliera la edad de 20 años, gracias a ver su pasado pudo saber su edad, ocho años, aún tenía tiempo.

Sería lo mejor que me pudiera pasar, o eso creí hasta que el día llegó.

-J⁷