Hold me idiot

Capitulo XIII

Oigo mi nombre por megafonía, analizo un momento la voz y es la de Katniss, mis siguientes palabras son.- Ha venido a por mi.- tras decirlo comienzo a andar en dirección a información al cliente. Llego a tiempo, está sentada con las manos tapandole la cara, no sé si de frustración o porque está llorando. Yo apostaría por la primera, ya que cuando llora siempre se esconde detrás de sus rodillas. - Katniss, has...has venido.- respondo y lo unico que consigo hacer es acercarme a ella y abrazarla.

- Peeta. - Susurro. Le devuelvo el abrazo y le doy un beso. Ese fijo que estaría en una lista Top 10 de nuestros besos. - Lo siento mucho. - Sigo llorando.

- Yo...yo también. Soy un imbecil, de verdad que lo siento, te quiero mucho, muchísimo.- La beso apasionadamente, durante varios minutos, hasta que nos separamos y mantenemos nuestras frentes pegadas.Ella comienza a hablar.

- Lo siento mucho, Peeta. He sido una estúpida. Y eso que dije de que a lo mejor deberíamos darnos un tiempo... - No puedo reprimir las lágrimas. - Lo siento, de verdad.

- Vale, te creo ven aqui.- la abrazo tan fuerte que me da miedo cortarle la respiracion.- Katniss te amo.- digo en un susurro.

- Asiento. - Peeta me coge de la mano y volvemos al hotel. Una vez allí decido que debe contarme esos problemas familiares que no me ha contado anteriormente. - Peeta, necesito que seas sincero conmigo. ¿Qué pasa en tu familia?

- Cuando estemos solos en la habitación te lo cuento, pero por favor no me hables de eso hasta entonces, ¿vale?- digo y veo que ella asiente.

- Ya solo nos quedaban subir unos cuantos peldaños para llegar a nuestra habitación. Abro la puerta con la tarjeta y la pongo en el interruptor. - Pues ya estamos aquí. - Comento todavía demasiado triste.

- A ver...¿te importa venir aqui conmigo? - digo y me meto en la cama.

- No contesto. Simplemente entro en la cama, a su lado.

Una vez que me siento 'seguro' comienzo a contarle la historia de mi hermano y lo de mi padre por encima. Ella lo unico que hace es asentir y cuando acabo, comienza a decirme:

- Siento haberte juzgado sin haber conocido todo esto. Le doy un dulce beso y el me lo devuelve. - Lo he pasado realmente mal hoy, Peeta.

- Yo también lo siento, la he pagado contigo sin tener culpa alguna, lo siento.- Rozo sus labios al hablar y la abrazo siento su calor junto al mío. Ojalá este momento nunca se acabe.

- Ya es muy tarde así que lo siguiente que hacemos es ponernos el pijama y dormir, abrazados. Eso es lo que más me gusta. - Buenas noches, cariño. - Le digo antes de cerrar los ojos.

- Buenas noches.- respondo y sin querer bostezo. Nos dormimos nada más cerrar los ojos.

- Cuando me desperté eran las 9:30. No suelo dormir mucho. Peeta seguía durmiendo así que decidí salir a comprar algo especial para desayunar, se la debía por la de ayer. Fui a una pastelería a unos 2 kilómetros del hotel y compré una tarta de chocolate, de estas que le gustan a Peeta. Cuando regresé Peeta estaba sentado al filo de la cama bostezando. - ¡Sorpresa! - Grite bajito soltando el bolso.

-¿Pero...? ¿Es mi cumpleaños y no me he acordado? ¿El tuyo? -digo confuso.

- Levante una ceja y lo mire riéndome. - ¿Tiene que pasar algo para que le traiga una tarta de chocolate y galleta a mi chico? - Le acaricie la cara

- No sé, supongo.- la miro inocente.- Bueno, pues adelante, ven aqui, la vas a estrenar tú.- sonrío.

- ¿Yo? No, no esto es para tí. Además esto engorda bastante y me tienen que entrar los pantalones. - Me acaricio la barriga.