Capitulo VII

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- Paro en seco. - Creo que deberíamos parar. Sé que tu, tienes las mismas ganas que yo de esto, pero no creo que sea el mejor momento, tu madre puede entrar en cualquier momento.- Se sienta en la cama desanimada.

- Tienes razón, ten pontela.-le ofrezco la camiseta y aunque no tiene sujetador se la pone. La beso.- Tranquila, todo a su tiempo.

- Se recuesta sobre mi pecho y le acaricio el pelo. Al igual que pasó en el césped. Así pasamos toda la noche, abrazados y sin movernos.

A la mañana siguiente Peeta no esta en la cama, oigo voces en el pasillo, Peeta esta hablando con su madre. De mí. Entra en la habitación. - ¿Qué pasaba? - Me pregunta.

- Nada, mi madre que me preguntaba si saldriamos a desayunar, le he dicho que no sé.¿A ti te apetece?

- Me da igual, yo soy la invitada, yo solo recibo ordenes. -Ríe.

- Pues vistase señorita que nos vamos.- digo en un todo medio burlón medio sargento.- Te espero abajo.

- De acuerdo, pero me vendría muy bien saber donde esta mi ropa, mi sargento. - Y busco la mirada de Peeta.

- Repartida por la habitación, ¿te ayudo a buscarla?- Río

- Sí, por favor. - Pero ya he empezado.

- Ten aqui tienes tu camiseta.- se la doy y acto seguido cojo su sujetador de al lado de la cama y no puedo evitar estremecerme al recordar como ayer puso mi mano sobre... bueno sobre su pecho.

- Cuándo me da el sujetador, puedo sentir su mano cálida desabrochándomelo y doy un respingo. - ¿Sabes? - Le pregunto a Peeta.

- Dime.- comento con curiosidad mientras sigo buscando más ropa.

- Aunque ayer no pasará nada, lo pasé genial. Tenemos que repetirlo.

- Claro no lo dudes.- sigo distraido con la ropa y cuando levanto la mirada veo que lleva puesta mi sudadera.

- Me encanta tu sudadera, es simplemente perfecta. - Comenta.

- Quédatela, te la regalo. Total a ti te queda mejor que a mi.- digo y me acerco a ella.- Eres preciosa recién levantada.

- No, no puedo quedármela. Toma. - Me la quito y me visto con mi ropa. Se me había olvidado por completo mis pintas.

- Claro que lo vas a hacer. La cojo y se la pongo con cuidado. Quedatela de verdad, ademas los regalos no se rechazan, ¿no te han enseñado eso jovencita? - me pongo en plan abuelo.

- Yo también te tendré que regalar algo, ¿no? - Nos quedamos pensando por un momento y se me ocurre. - ¡Quédate con mi sujetador! Sé que te gustó. - Lo miro con cara de pilla y el suelta una gran carcajada.

- Para que lo vea mi madre y me diga: - ¡Ya me compraste el regalo del dia de la madre! Solo que es 4 tallas mas pequeño. ¿Me equivoco?

- No sé que talla usa tu madre, Peeta. - Río. - Cambio en sujetador por mi camiseta. - Sé que esto te gustará más. Tú simplemente quedatelo y punto. - Peeta la huele.

- Huele a ti.- suspiro y añado.- Me la quedaré y cuando no estés y te eche de menos la tendré a mi lado.

- Para bien o para mal, ten presente que voy a ser como un chicle, no vas a ser capaz de despegarme de tí. Seguramente te canses y cortes conmigo. - Añado observando, la ahora mia, sudadera de Hollister.

- Créeme que eso es imposible. Te quiero demasiado.- respondo sonrojándome.

- Me besa y le propongo una cosa. - Mis padres hoy tampoco dormirán en casa, los llamaré y les diré que me den mis llaves. Supongo que ya habran llegado de su fiesta de anoche. Como esta noche tampoco hay nadie en mi casa, y estaré sola, ¿te apetece venir a dormir a mi casa? - Pregunta agarrándome las manos.

- ¿Estás proponiendo...?-dejo la pregunta sin acabar porque sé que ella sabe perfectamente a qué me refiero.

- Katniss no hay prisa ¿vale? Te espero el tiempo que haga falta. Y si tú no tienes inconveniente, pues claro que me gustaria dormir contigo. Me encanta despertarme y verte dormida a mi lado, eres tan tierna.

- No, no estoy proponiendo eso. - Río. - Es solo si quieres dormir en mi casa, solo eso, sin nada más, si no, esta noche te echaré mm mucho de menos. - Nos damos un dulce beso y yo termino de vestirme. Después de esto, vamos a desayunar al Droop's.

               AL DIA SIGUIENTE

Vamos a desayunar a Droop's, cuando llegamos a la puerta me doy cuenta de que Katniss se tensa y acto seguido veo a Noah. Está amoratado y tiene la nariz de un color extraño entre morado y verde. No le sentó bien la pelea. Nos sentamos en la cafeteris y Noah no se molesta ni en hablarnos, veo que por fin se ha dado cuenta de que no tiene nada que hacer.- Katniss tranquila, no va a pasar nada.

- Qué mal le sentó la pelea, ¿no? -Dije todavía un poco tensa.

- Supongo.- digo intentando tranquilizarla.- No se atreverá a venir. Asi que relajate. ¿Luego vamos a dar una vuelta? - pregunto y espero que ella me responda.

- Claro. - Todavía seguía un poco asustada, pero me aseguré que Noah estuviera pendiente de nosotros para que nos viera. Aproveche el momento justo, y cuando nos estaba mirando, besé a Peeta. Él me sujeto la cabeza y siguió besándome. Peeta, entendió que Noah estaba mirando, se separó un poco y me susurró con una sonrisa.

Nos besamos y soy cosciente de que Noah nos está mirando. Pero no me importa. Acabamos de desayunar y nos vamos. Noah se levanta y viene detras nuestra. Paso a Katniss delante y me tenso.

- ¿Qué pasa por qué vas tú det...? - Joder, Peeta, que viene, Peeta. - Me pongo muy nerviosa y me paro, mirando a Noah a los ojos.

- Catnip, Catnip... - Remolonea Noah. - No me llames así, para ti, nunca, nunca más volvere a ser Catnip. - ¡Apártate! - Grita Noah, y me empuja, yo caigo al suelo. Peeta se mete y veo que Noah se prepara para dar su conocido puño; 'El cuchillo', lo llama él. Me levanto, pero Noah ya ha levantado su puño, me meto al medio y me da en el pómulo. Caigo al suelo. Lo último que recuerdo es a Peeta pegándole con todas sus fuerzas y estando a mi lado, llorando, diciéndome que todo iba a estar bien. Después de eso, no hay mas recuerdos en mi memoria.

Noah la golpea y Katniss cae al suelo. Desde ese momento solo me concentré en pegar a Noah. Cuando me doy cuenta mi puño ha acertado en su nariz, esta vez se la he roto. Él está tan centrado en el dolor de su nariz que no ve el puño que le acabo de pegar en la garganta. Cae al suelo y le pateo el costado. Cuando veo que no se intenta levantar, cojo a Katniss en brazos y antes de irme digo.- Como te vuelvas a acercar a ella cabrón te juro que te mando al hospital.- Me la llevo de alli y sin darme cuenta empiezo a llorar. - Katniss despierta, cielo...- susurro.

- Oigo a Peeta, entreabro los ojos intentando distinguirle. Después del golpe que me he dado en la cabeza, me cuesta fijar la vista. - ¿A dónde vamos? - Me incorporo poco a poco para no marearme sobre los brazos de Peeta.

Abre los ojos y de golpe siento alivio por saber que se ha despertado. Intenta incorporarse pero no la dejo, esta demasiado aturdida para andar.- Eh, no te levantes. Yo te llevo a casa. ¿Tienes las llaves verdad? - pregunto e intento que me responda.

- Sí, están en el bolsillo de la chaqueta. - Responde. - Él me lleva a mi casa, no hay nadie, vamos a mi habitación, me deja en la cama y hace ademán de irse. - Peeta. - El me mira y responde. - ¿Sí? - Con una medio sonrisa soy capaz de decir. - ¿Te quedas conmigo?

- Hmm... claro. Siempre.- Me tumbo con ella y le acaricio el pelo.- ¿Te duele mucho?

- Creo que tengo un bulto en la cabeza, pero el ojo esta bien. Un poco morado e hinchado, pero nada más.

- ¿Y tú? Estás... ¿Estás bien?

- Voy a por hielo, en un momento estoy contigo. Yo estoy bien, cuando me cabreo Noah no puede conmigo, se va a acordar de mi cada vez que se mire al espejo, le he roto la nariz.- digo y esbozo una leve sonrisa de suficiencia.

Río, empiezo sonriendo y acabo a carcajadas, junto a Peeta. - Gracias. - Pero el ya ha salido de la habitación, así que creo que no me ha oído.

Bajo las escaleras y busco la cocina. Una vez que la encuentro voy a la nevera y saco varios cubitos de hielo que meto en una bolsa. Las envuelvo en un trapo para amortiguar el frio y subo. Me siento en la cama a su lado y le pongo el hielo con mucho cuidado en el moratón. Pongo algo de música y suena 'Wicked Games' de The Weekend. Y ella sonrie.

Hold me idiotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora