Capitulo II

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• Narra Peeta:

-Hola, Katniss. ¿Qué haces aquí?- digo y al ver que parece desagradable añado.- Quiero decir, ¿te has acordado de mi?

-Por supuesto, ¿como no me iba a acordar de ti? -responde viendo como yo sonreía y me devolvió la sonrisa.

- No sé, no suelo importar mucho.- hago sitio en la cama y doy unas palmaditas para que se siente.- Siéntate por favor.

Katniss acepta la petición y contesta. -Pues a mi si me importas. Siempre.

- N..no lo sabia...gracias.-cosigo decir, tartamudeando y sin darme cuenta, le he cogido la mano.- ¿Te irás? No quiero que te quedes aquí obligada o por pena...

Lo miro, y él también me esta mirando. Lo beso y sobran las palabras. Me separo, pero él me coge de la nuca y vuelve a besarme. -Gracias. -dice Katniss.

- Esto,Katniss... Noah...no deberiamos...ya sabes.- comento algo desilusionado aunque todavia siento el calor de sus labios sobre los mios.

-Calla. -Lo vuelve a besar. -Ya no... No importa nada más. -Katniss sigue contándome cerca de mis labios.

Me separo de ella solo unos centímetros, lo justo para que al hablar mis labios toquen los suyos.- Katniss gracias...- la beso.

-¿Por qué? -Dice mientras seguimos intercambiando el aliento.

Pero justo cuando iba a contestar, entra la enfermera y dice:

- Se acabó la hora de las visitas, señorita salga por aqui.- lo dice mientras señala la puerta.

Rápidamente añado.- Katniss, mañana me dan el alta, cuando salga de aqui iré directamente a casa, si quieres pásate por allí y hablamos.- digo para que se sienta mejor.- Te quiero.- pero este solo ha sido un susurro inaudíble.

- De acuerdo, allí estaré, no creo que me dejen volver esta tarde. -dice riendo amargamente. -Y yo a ti, respondió con un susurro.

La oí susurrar que me quería y desde ese instante, es como si dentro de mi se hubiese encendido una chispa, alegria, esperanza, temor... no estoy seguro, pero si hay algo que sé es que desde que me siento así no puedo parar de pensar en ella y sin querer sonrío. Sin darme cuenta pierdo el hilo de mis pensamientos y al igual que el sol en el horizonte, caigo en un profundo sueño, agotado por las emociones de hoy.

Llegué a casa y me eché un rato en la cama. Era tarde. No volví a despertarme en toda la noche. Toda la noche pensé en él, en Peeta y en que era... Era perfecto.

         

              AL DÍA SIGUIENTE

Suena el despertador, las 11 de la mañana, ni me lo pienso, me visto y voy a la casa de Peeta. Llamo al timbre y me abre. Parecía recién levantado, en ropa interior, y con los pelos alborotados.

De repente suena el tiembre, me levanto de la cama y voy a abrir, ya que no hay nadie más en casa. Bajo las escaleras con cuidado y al abrir la puerta, me la encuentro, alli de pie, preciosa, como siempre. Mi primer impulso es besarla pero al ver la sonrisa traviesa de su cara me detengo y pregunto.- ¿Que pasa?- me lanza una mirada de arriba a abajo y se rie, pero a la vez se le ruborizan las mejillas. Me miro y veo que estoy en ropa interior, de repente noto el calor que me sube a las mejillas y lo primero que hago es decirle.- Pasa al comedor, al fondo a la derecha, ahora mismo vuelvo.- Subo las escaleras y apuesto lo que sea a que me está mirando, pero no me giro. Me pongo unos vaqueros, una camiseta de manga corta y una sudadera marrón de Boy (Londres). Bajo y la encuentro sentada en el sofá, trae una bolsa, pero no sé que contiene.

- Suelta una risa. - Antes no estabas mal. - Katniss me mira y noto como me pongo colorado.

- Siento haberte despertado. Aquí te he traído un regalo. Espero que te guste. - La miro y cada vez me ruborizo más. Me besa.

No me has despertado, tranquila.- miento, y digo.- No hacia falta de verdad...- me rasco la nuca y ella sin previo aviso me besa. Al separarnos noto mis mejillas ardiendo y sé de sobra que estoy rojo.- Me encantaria quedarme aqui contigo todo el dia...

- ¿Y por qué no puedes? ¡Ah! Dime porque ayer me distes las gracias cuando estábamos en el hospital. - Veo que Peeta entristece. - ¿Qu... Qué pasa? ¿He dicho algo?

- Si puedo, pero aqui no. Porque mis padres regresarán a la hora del almuerzo, si quieres podemos salir a comer nosotros dos...-dejo la propuesta en el aire.- ¿De verdad quieres saberlo?- digo algo nervioso.

- Claro, te lo iba a proponer.  Si algún día lo necesitas, puedes dormir en mi casa.

- Sonrío levemente.

- Sí, venga, dime por qué.

- Suena tentador lo de dormir en tu casa... - digo y pongo una cara algo pervertida, solo para picarla y lo consigo ya que se pone roja nada más acabar la frase.- Pues a ver...- empiezo y comienzo a juguetear con mis manos. - Gracias por existir Katniss, por ser la chica más bonita del mundo, por acordarte de mí cuando estaba en el hospital, por el simple hecho de ir a verme, por besarme y hacerme sentir que por fin tenia a la chica de mis sueños tan cerca, gracias por ser tan dulce y gracias por mil cosas más.

Acabo de decir eso y antes de darle tiempo para reaccionar, la beso suavemente en los labios.

- Se quedó paralizada. Nos miramos durante 2 minutos en silencio, sin decirnos nada. Se acerca a mi oreja y me susurra.

- Gracias por liberarme de la pesadilla en la que me encontraba. - Algunas lágrimas se resbalaron por mis mejillas. Con el dedo índice y el pulgar agarre, suavemente, la barbilla de Peeta y lo besé. Tan profundo que me pudo transmitir todos sus sentimientos, tan dulcemente que deseé que ese momento fuera eterno. Posé mi mano en su nuca y mis labios contra los suyos.

- Hey, nena, no llores. Alguien tan hermosa no tiene que llorar, ¿vale?- e limpio las lagrimas que resbalan por su cara, suavemente, la miro a los ojos y le digo.- Escúchame, ese capullo no se va a volver a acercar a ti y menos a hacerte daño, no mientras yo esté aqui.Me puede mandar al hospital todas las veces que quiera, pero a ti no te vuelve a hacer daño.- la abrazo y respiro el aroma de su pelo, nos quedamos así un par de minutos, sintiendo el ritmo de los latidos de nuestros corazones acompasados. Cada vez me cuesta más no quererla. Porque sé que esta relación puede ser muy bonita pero algo dañina. Nos separamos y la primera en hablar es ella, antes de hacerlo coje la bolsa y la pone en su regazo, ya veo su contenido. Es un colgante de cuero negro que acaba en un medallón en el que están grabadas nuestras iniciales: P+K rodeadas por un corazón y a la vuelta pone: 'Te quiero, nunca lo olvides.'

- Peeta yo... Estoy enamorada de ti, y no me apetece privarme del sencillo placer de decir la verdad. Estoy enamorada de ti, y se que el amor es solo un grito en el vacío, que es inevitable el olvido, que estamos todos condenados y que llegará el día en que nuestros esfuerzos volverán al polvo. Y se que el sol engullirá la única tierra que vamos a tener, y estoy enamorada de ti.

Esto es para ti, yo tengo uno igual. -Dice sacándose su colgante de debajo de la camiseta.

- Katniss.... si tú supieras... llevo enamorado de ti ocho largos años... y ha merecido la pena. Creí que nunca te fijarias en mi, no sé soy un chico del montón, no soy como Noah, o como otros chicos del instituto, ellos si que merecen la pena. Pero tú te has enamorado de mi, aun sin conocerme mucho. Y ¿sabes que?- digo muy animado.- te haré la chica más feliz del mundo.

- Me puse blanca, y me lo notó. - ----    ¿Ocho años?

-Ocho. - Respondí.

- No... No sé que decir. No eres del montón. Pero tienes razón, no eres como Noah o como los demás. - Peeta borró la sonrisa de la cara. - Tú no eres un capullo. - Le besé y sonreí en sus labios. - Ya me has hecho la más feliz. - Se puso el colgante y fuimos a dar un paseo. El me empezó a contar una hirstoria antigua, de como se enamoró de mi.

Hold me idiotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora