𝐀𝐋𝐂𝐀𝐍𝐙𝐀𝐌𝐄 ┊ Nahoya Kawata. ☑

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𝐀𝐋𝐂𝐀𝐍𝐙𝐀𝐌𝐄

Me regresé a casa, dejando mi moto en el garage, preparé mi cena, aún sin quitarme de la cabeza la expresión molesta de Smiley, la pelea amistosa había salido bien, terminando por ganar sin embargo, estaba segura que él buscaría la revancha en algún momento.

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— Mira nada más Smiley, esa chica si que te dio una paliza. — Dijo Draken, viendo al mencionado.

— Tks esa chica no se contiene con los golpes. — Una vena resaltaba en la mejilla de Smiley. — Pediré la revancha.

— Mejor no, saldrás peor. ¿La chica te sigue pareciendo linda? — Preguntó Angry.

— No, ha logrado colmar mi paciencia. — Gruñó, yéndose a su moto.

Los demás quedaron en silencio observando a los gemelos subirse a sus motos y prepararse para irse, pues, Smiley estaba sangrando, debía tratar aquello.

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Al día siguiente, me levanté antes de que sonara la alarma, me apresuré por alistarme, desayuné y después de un rato me fui al instituto, por suerte no quedaba tan lejos desde mi casa, tomando atajos llegaría más rápido.

En un rato llegué, yéndome rápido a mi salón, no quería toparme con ningún conocido, en especial los gemelos, de cierto modo me sentía mal por haber golpeado a Smiley, bueno, me había pedido una pelea amistosa, sin embargo, había ocupado 80% de mi fuerza, debí contenerme un poco más.

— Buenos días. — Apareció Lisa en el salón. 

— Buenos días. — Saludé, acomodándome en la mesa para dormir un poco.

— Llegaste temprano, ¿Estás bien? — Preguntó.

— Si, solo que me desperté antes de la alarma, me dio tiempo. — Respondí sin moverme.

— Ya, recuerda no dormir en clases, ahora viene la maestra de química, sabes como es. — Advirtió.

— Rayos... Seguro me echará otra vez. — Me quejé.

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— Como tarea, deben responder estos 15 ejercicios, lo deben traer la próxima clase. ¿Escuchó señorita Hattori? — Ante aquello, la clase se giró para verme.

— Si, maestra. — Contesté entre-dientes

La campana sonó, así que la maestra tomó sus cosas y se marchó, por fin pude estirarme, maldiciendo en el proceso por lo que había ocurrido, Lisa simplemente se reía. Pasé el receso completo conversando con ella, no tuve ganas de salir, Lisa decidió hacerme compañía hasta que terminara el receso.

Luego de un rato, la campana volvió a sonar, suspiré y comencé a sacar mis cosas de la siguiente clase.

— Buenos días, señoritas, jóvenes. — Entró el profesor.

— ¡Buenos días! — Saludó la mayoría.

— He... Señorita Hattori necesito que entregue estos papeles a la enfermera, es urgente que los revise y si puedes decirle que me busque. — Se acercó el maestro, dándome dos libros gruesos y una pila de hojas.

— Esta bien. — Miré de mala gana a Lisa.

— Tu puedes. — Susurró para animarme.

Salí del salón, cargando con lo que debía entregar, pasé por los pasillos, girando en uno y llegando por fin a mi destino, como pude abrí la puerta, pidiendo permiso, la única persona dentro del cuarto era Smiley, la persona que no quería ver, la enfermera no estaba. 

— ¿La enfermera dónde fue? — Pregunté, creo que él tampoco quería verme, tenía una sonrisa pero podía sentir que no estaba contento de toparse conmigo.

— Salió donde el director. — Respondió.

Cerré la puerta atrás de mi y me acerqué a un mesón que había, allí dejé lo que cargaba, sintiéndome aliviada, los libros gruesos si que pesaban.

— ¿Qué te pasó? — Pregunté curiosa.

— Un accidente, ¿Te preocupa? — Preguntó.

Me giré y me acerqué a él, notando sus nudillos sangrando, aprovechando de que la enfermera no estaba, busqué el botiquín.

— Se podría decir que si. — Respondí sin interés.

Abrí la cajita, tomando lo necesario, humedecí el algodón con el alcohol, luego acercándome bastante, tomé su mano, empezando a dar pequeños toques.

— Ay, ay... — Se quejó. — ¿Por qué lo haces? 

— Tómalo como una disculpa por la paliza de ayer. — Dije sin verlo, solo sentí su mirada potente sobre mi.

— Mmh la aceptaré. — Murmuró.

Terminando de limpiar su mano, lo mismo hice con la otra pero con un algodón diferente.

— Deberías tener más cuidado, no te metas en tantos problemas. — Regañé.

— Derramó basura sobre Angry. — Mencionó.

— Ha entonces si se merecía la paliza. — Esta vez elevé la mirada y ambos reímos por mis palabras.

Ciertamente este chico apodado Smiley llamaba mi atención, tenía curiosidad y ganas de saber más de él, algo raro que jamás sentí por alguien.