𝐀𝐋𝐂𝐀𝐍𝐙𝐀𝐌𝐄 ┊ Nahoya Kawata. ☑

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𝐀𝐋𝐂𝐀𝐍𝐙𝐀𝐌𝐄

Terminando ya las clases salí de paseo en motocicleta como lo solía hacer, así para despejarme luego de un largo día de clases, pasé por varias calles, observando todo a mi alrededor, estacioné en un parque, allí pude ver a una niña llorar, me preocupé así que, apagando la motocicleta, bajé y me acerqué.

— ¿Estás bien? — Pregunté, colocándome de rodillas, fue ahí donde noté que tenía un raspón.

— N-No... — Dijo la niña entre sollozos. — ¿Q-Quién eres? 

— Soy Lena, ¿y tú? — Pregunté, acariciando su cabeza para que estuviera más tranquila.

— S-Soy Mana... Mana Mitsuya. — Se presentó, secándose sus lágrimas.

— ¿Mitsuya? — Ladeé la mirada, ella asintió.

Con que esta niña era su hermana pero ¿donde estaba él?, este era un acto irresponsable.

— Ven pequeña. — La cargué en mis brazos, llevándola a un banco, ahí la senté. — ¿Venías con alguien?

Como el banco quedaba cerca de mi moto, me apresuré a sacar algunas cosas debajo del asiento de atrás, volviendo con la pequeña, me encargué de limpiarle la herida.

— A-Ay... — Se quejó Mana. — E-Estaba con mi hermano y hermana pero... M-Me perdí... 

Medité en su respuesta unos segundos, no estaba para nada bien que una niña tan pequeña como ella estuviera sola por la zona, tuve suerte haberla encontrado. Terminé por limpiar su herida y coloqué una curita.

— Me quedaré contigo, pequeña, hasta que regrese tu hermano, si no viene, yo misma te llevaré a casa ¿si? — Intenté tranquilizarla.

En cambio, ella sonrió dulcemente, su sonrisa daba la misma calidez como cuando Mitsuya lo hacía, ambas nos quedamos charlando de cualquier cosa, sentadas en el banco hasta que oímos un grito.

— ¡Mana! — Esa voz le pertenecía a Mitsuya.

— ¡Hermano! 

La pequeña se levantó y corrió hasta él, giré la mirada para verlo ahora más cerca, este me vio con curiosidad.

— Hola, Mitsuya. — Saludé.

— Lena, no esperaba verte por aquí. — Dijo mientras tomaba la mano de la pequeña que anteriormente se había perdido.

— ¿Tú eres la novia de mi hermano? — Preguntó supuse que era la hermana aunque estaba más alta que Mana.

— No pequeña, solo soy una conocida de tu hermano. — Le sonreí dulcemente antes de volver a ver a Mitsuya. — Y contestando tu pregunta. Pasaba por la zona en motocicleta, vi a tu hermanita herida, además de que es peligroso que esté por aquí así que me encargué del raspón y me quedé acompañándola. 

— Lo agradezco bastante. — Suspiró aliviado, echándole un vistazo a la herida. — Nos habíamos detenido a comprar dulces, fue en ese momento que perdí a Mana, me coloqué nervioso al no verla y me puse a buscar. 

— Ha sido suerte que la encuentre. — Me levanté, bajando la mirada hacía la niña que no conocía. — ¿Cómo te llamas pequeña?

— ¡No estoy pequeña! Estoy grande, soy Luna Mitsuya. — Se presentó, aquello me hizo esbozar una pequeña sonrisa.

— Mitsuya, le has enseñado bien a tus hermanas. — Elevé la mirada hacía él. — Bien debo irme.

— Yo debo llevar a mis hermanas a casa, ¿Aceptarías una salida más tarde? — Preguntó, tomándome de sorpresa.

— ¿He? ¿Una cita? No lo vi venir Mitsuya. — Me burlé.

El chico rió nervioso. — Por favor tómalo como agradecimiento por cuidar de mi hermana. 

— Esta bien. — Acepté sonriendo, saqué mi móvil y se lo di. — Registra tu número.

Él asintió, tomando mi móvil, anotó su número, guardándolo, luego me lo devolvió.

｡｡｡

Volví a casa para alistarme, había quedado con Mitsuya en 1 hora, aún me sorprendía el tema de la salida pero no podía quejarme, siempre supe que Mitsuya era un buen chico, creo que es él único con el que puedo tener una conversación fluida sin sentirme incomoda ante las preguntas. Aproveché el momento para enviarle la dirección de donde vivía por mensaje y así para que no se le complique llegar.

No me cambié de ropa, puesto que la que llevaba estaba limpia, se trataba de unos vaqueros negros, más una blusa que combinaban a la perfección, tan solo tomé mi cabello en una coleta alta, llegando la hora escuché el motor de motocicleta fuera de casa, así que salí con las llaves.

— Hola. — Saludé nuevamente. 

— Hola. — Sonrió dulcemente.

— Esto... Mitsuya ¿Prefieres llevarme o llevo mi motocicleta? — Pregunté más que nada para comodidad.

— Yo te llevo, tranquila. — Se ofreció.

Me limité asentir, guardé las llevas y móvil en los bolsillos de mi chaqueta, los cuales, tenían cierre, así no se me caería nada, sin más, subí atrás de Mitsuya con cuidado, dejando descansar mis manos en los hombros de él.

— Estoy lista. — Murmuré, este asintió como respuesta y arrancó.