𝐀𝐋𝐂𝐀𝐍𝐙𝐀𝐌𝐄 ┊ Nahoya Kawata. ☑

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𝐀𝐋𝐂𝐀𝐍𝐙𝐀𝐌𝐄

— Hola linda. — Saludó Kaito en cuanto llegué.

— Hola, Kai, te ves bien. — Le sonreí, sentándome a su lado.

— Ya lo ves, he estado entrenando. — Confesó.

— Eso me alegra. — Pausé levemente, cambiando a un semblante serio. — A lo que venía...

— Lo sé. — Interrumpió Kaito. — Es Makoto, ¿no?

— ¿Cómo lo sabes? — Pregunté.

— Tengo un espía en esa pandilla, cada tanto me da informe completo de lo que sucede y bueno, sé todo lo que ha estado buscándote ese tipo. — Explicó.

— Que astuto. — Elogié. — Suerte que Makoto no se ha dado cuenta de aquello.

— Es arriesgado pero vale la pena, así lo mantengo vigilado. ¿Y bien? ¿Qué quieres hacer? — Preguntó.

— ¿Es posible realizar una alianza con la pandilla ToMan? — Pregunté directa.

— ¿Alianza entre Darks y ToMan? ¿Estás segura? — Preguntó.

— Si, conozco a los chicos de ToMan, son justos, son buenos, podemos confiar. — Responder.

— Si lo dices tu, confiaré, sé que siempre eres cuidadosa con las amistades. — Sonrió levemente.

— Necesitamos tomar las riendas del asunto y enfrentarlos, ¿Qué información hay? — Pregunté.

— Actualmente, Rayo está compuesto por 300 integrantes y Makoto tiene ya mano derecha, es un tipo fuerte, no debemos confiarnos. —  Explicó Kaito.

— Creo que tenemos el mismo número, en la ToMan hay 100 miembros más nosotros creo que hacemos los 300. — Kaito asintió. — Nos encargaremos de ellos y tomaremos el liderazgo.

— Estoy de tu lado, Akane-chan. — Aceptó.

— Bien, si llegas a tener otra información me la haces saber, yo iré con el líder de la ToMan para colocarnos de acuerdo y presentar la alianza, ¿Me acompañarás? — Pregunté.

— No es necesario, yo colocaré al tanto a nuestra pandilla, tu te encargas del resto, quiero que esta vez nos dirijas, ¿Está bien? — Me quedó viendo.

Sentí emoción ante aquellas palabras, sonreí amplio aceptando aquello.

｡｡｡

Me regresé a casa ya en el anochecer, entre más tarde hacía, menos vehículos rondaban por la zona, me detuve en un semáforo, en eso recibí una llamada, me pareció extraño así que contesté.

— Hola Lena. — Reconocí la voz de la otra línea.

— Smiley, que sorpresa, ¿todo bien? — Pregunté.

— Si, ¿estás en casa? — Preguntó.

— De hecho voy de camino ¿Por qué? — Pregunté al ver que me daba verde, poco a poco me moví hacía el costado.

— ¿Dónde? Iré por ti. — Dijo

— Estoy en moto Smiley. — Sonreí levemente ante su preocupación. 

— Oh ¿Gustas dar un paseo nocturno? — Preguntó.

— Me encantaría, estoy en la calle principal, número xxxx, te espero. — Indiqué antes de colgar.

Guardando el móvil, terminé por estacionar correctamente y apagar el motor, solté un pequeño bostezo mientras me estiraba. Transcurrieron algunos minutos de espera hasta que oí el motor de una motocicleta acercarse, al lograr divisar noté que era Smiley, pronto este estacionó a un lado mío.

— Lo siento si tardé. — Sonrió levemente.

— No te preocupes. — Le sonreí levemente.

— ¿Vamos? — Asentí.

｡｡｡

Pasaron varios minutos desde que iniciamos el viaje, iba siguiendo a Smiley desde atrás, el camino era largo, no me di ni cuenta cuando ya estábamos fuera de la ciudad, unos metros más adelante, nos estacionamos, apagando a la vez el motor, curiosamente observé a mi alrededor, aquella zona estaba desolada, Smiley en silencio me hizo una seña para que le siguiera.

Llegamos a una especie de faro, adentrándonos allí creí que haría frío pero no, por dentro estaba cálido, subimos hasta la cima hasta toparnos con un mirador, sorprendida me acerqué.

— Esto es genial, Smiley... — Elogie.

— Este lugar estaba abandonado, lo he pillado el otro día, creí que te gustaría, me alegra que así sea. — Explicó Smiley.

Sentía emoción recorrerme, lugares así me gustaban, me asomé por el mirador, observando lo lindo del paisaje nocturno, reí levemente y giré hacía él.

— Lo agradezco, es un detalle muy lindo de tu parte, Smiley. — Confesé.

Sin pensarlo, lo abracé, rodeando mis brazos alrededor de su cuello, este por su parte abrazó mi cintura, apegandome más, la calidez de ambos cuerpos era inexplicables, no quería separarme la verdad, me sentía cómoda.