11-Angel Celoso

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Castiel sabía que Dean Winchester era especial. 

Había visto su alma resplandeciente en el infierno y la forma en que salvaba siempre a la gente y resolvía casos. Era muy inteligente y brillante.

Castiel lo entregó todo por él, para seguirlo, como un faro, aprendiendo sobre el libre albedrío y las costumbres humanas. Había sido muy difícil pero emocionante al mismo tiempo.

Pero había esa pequeña cosa que Castiel no podía explicar… una sensación muy molesta, una sensación inquietante en su estómago, cada vez que veía a Dean Winchester tratando de iniciar un proceso de apareamiento con una hembra humana. Simplemente no podía evitar aparecer frente a él y a la dama para frustrar sutilmente el éxito de la reunión.

Dean se enojaba cada vez, y el ángel era regañado por asustar a la pobre mujer que tendría que lidiar con el hecho de que un tipo raro había aparecido en frente a ella de la nada por el resto de su vida.

Y lo estaba haciendo de nuevo hoy. Dean estaba con una hermosa morena, sonriéndole sugestivamente, bebiendo un whisky seco en un bar. Dean mirándola con su encantador guiño, todo era perfecto.

Todo menos el ángel con su gabardina que había aparecido detrás de él.

La chica gritó tan fuerte que todos en ese bar se estremecieron. Dean simplemente puso los ojos en blanco porque sabía la causa del desastre.

- ¡¡¡Un… un… fantasma !!!- Gritó la chica de nuevo, tomó su bolso y salió corriendo de allí.

- ¿Por qué todos piensan que soy un fantasma?- preguntó Castiel, inclinando la cabeza hacia un lado.

Dean se dio la vuelta en su silla para mirarlo mientras fingía una sonrisa:

- ¿Por qué sigues haciendo esto? ¿Qué te hice?

Cas parpadeó desconcertado, pero luego usó su honestidad habitual:

- Estaba a punto de hablar contigo sobre eso - El ángel parpadeó y miró a las personas que lo miraban con desconcierto: - Tal vez necesitemos más privacidad -  Decidió, poniendo un dedo en la frente de Dean,  desapareciendo. Todos en el bar gritaron aterrorizados.

Una vez afuera, solo, en medio de un parque en algún lugar oscuro, Dean sintió que le temblaban las rodillas.

- Odio cuando haces esto sin decírmelo-  El cazador extendió una mano hacia un árbol para estabilizarse.

- Tengo que hablar contigo, Dean. Necesito que dejes de cotejar a hembras en el bar- El ángel pidió esto con la solemnidad habitual en su voz y una expresión en blanco en su rostro.

Destiel One Shot Collection (Volumen IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora