Por primer vez me sentía segura, no sé como podía sentirme de tal manera ¿Esto es el amor? ¿Así se siente? Joder, no lo sé pero se siente increíble.
Sus labios son suaves y se mueven sobre los míos con tranquilidad, como si se conocieran a la perfección. Nos separamos por la falta de aire, ambos respirando un agitados por la falta de aire por lo que mis mejillas tomaron color rosa.
-Yalik- Su voz me ayudó a salir de ese pequeño trance en mi cabeza.
-Lo siento, pero debo irme-
-No, lo siento... No debí besarte pero no pude evitarlo al tenerte tan cerca, entiendo si quieres irte pero está un poco lejos, deja que te lle...-
-Me gustó, Lucas- Lo interrumpí antes de que continuara hablando viendo como en su rostro se adornaba una sonrisa.
-A mi también, bastante diría yo- Tomó mis manos acercándose a mi.
-Lucas ¿Te puedo contar un secreto?-
-Claro, puedes confiar en mi, Cedeño- Me hace dar una vuelta al ritmo de la música lenta que comenzaba a sonar.
-Nunca había besado a alguien- Dije con algo de pena mientras me sonrojaba más y más viendo en su rostro una reacción de sorpresa.
-Yo... No tenia idea de eso, si hubiera sabido lo hubiera hecho de una manera mas especial para ti, algo que jamás olvidaras- Suspiró profundamente para luego poner sus manos en mi cintura.
-Tranquilo, para mi fue fue especial y lindo, bueno, éste ya que en el anterior te quería matar-
Ambos reímos ante lo dicho y cuando la canción terminó nos separamos para él tomar su celular. Nos sentamos en el sofá mientras él me envolvía entre sus brazos.
-Lucas ¿Por qué estás actuando así conmigo?, quiero decir, nunca te he visto actuar así con otra chica de la universidad-
-Por que tú eres diferente, Yalik, contigo me siento bien y tranquilo, me haces sentir tanta paz, eres como mi lugar seguro- No pude ocultar una sonrisa al escuchar sus palabras me veía a los ojos. No pude evitarlo y uní nuestros labios en un beso suave sintiéndome tranquila entre sus brazos.
Pasamos todo el tiempo que nos quedaba hasta cumplir el horario de la universidad en aquella cabaña hablando de cualquier tontera que pensáramos.
Obviamente no podía llevarme a mi casa para evitar más golpes hacia mi por parte de mi padre por lo que preferí que me dejara en la universidad y de ahí caminar hacia mi casa.
-Bien, gracias por hoy y por traerme, Lucas- Me quité el cinturón para tomar mi mochila del asiento trasero del auto.
-De nada ¿Y ni un beso de despedida, Cedeño?- Lo veo sonreír con algo de picardía.
-Umm, se me hace que eso no se va a poder- Ambos no pudimos reír ante lo dicho.
-Por favor, Cedeño, te lo ruego-
-No lo puedo creer, Lucas Martinerlli rogando por un beso, definitivamente será el fin del mundo- Finjo sorpresa poniendo una de mis manos en mi pecho.
-Hey, no es cualquier beso, es un beso de Yalik Cedeño, no puedes culparme-
-Tonto- Golpeé su brazo riendo ambos.
-Eres muy violenta, Cedeño- Sonríe pícaro acercando su rostro al mío.
-Ni se te ocurra, Martinelli- Puse mi mano en su frente para empujarlo con cuidado.
-Al menos tenia que arriesgarme a intentarlo- Hace un puchero para cerrar sus ojos unos segundos.
-Debo irme-
Me acomodé para abrir la puerta del auto pero todo se detuvo al sentir su mano en mi muñeca jalándome hacia él, al sentir su labios sobre los míos no pude evitar cerrar los ojos dejándome llevar por el suave y corto beso.
-Te veo mañana, Cedeño- Susurró en mis labios para luego separase de mi.
-Adiós, Lucas- Bajé del auto sintiendo mis mejillas arder.
Caminé hasta llegar a mi casa donde al entrar fui recibida con las típicas preguntas sobre el tema de la universidad por parte de mis padres como era costumbre. Por dentro pedía al universo que no hubiera rastro alguno de mi querida sesión de besos con Lucas, me iría realmente mal si mi padre se enteraba.
Era capaz de llevarme con médico para que me hicieran pruebas y así cerciorarse que todavía era virgen o pura como lo llaman ellos.
Terminando mi corta e incomoda conversación con mis padres fui a mi habitación tal vez algo feliz o emocionada.
¿Por qué me sentía así?
¿Sentía algo por Lucas?
¿Me gustaba Lucas Martinelli?
Quería pensar que no ya que nunca me había gustado algún chico, al menos eso estaba totalmente prohibido para mi.
Era realmente molesto cumplir con todas esas creencias que a mi parecer eran estúpidas, el obligar a una mujer a estar con un hombre y verla como una sirvienta o una maquina de bebés, hacia que mi sangre hirviera de solo pensar que yo tendría una vida así.
Para mis padres casi todo era un tabú, veían todo de manera atroz so no se apegaba o cumplía con sus creencias.
No imaginaba los golpes que recibiría se se enteraban que estuve con un hombre en una cabaña en medio de la nada completamente solos.
Sé que mi padre era capaz de mandarme con unas monjas y me encerraría en una torre como Rapunzel hasta encontrar el esposo adecuado para mi.
Vaya vida de mierda me esperaba.
O yo pensaba eso.
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I got the cure, sweeties.
love U.
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Mi ultimo recuerdo
Ficção AdolescenteSolo escribía posada en aquella cama cada momento desde que llegó aquél chico, seria su ultimo y mejor recuerdo...