2. "Draken"

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Mi cabello siempre me da su buena batalla en las mañanas

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Mi cabello siempre me da su buena batalla en las mañanas.

—¡A desayunar!

Voy hacia la cocina y veo a Chiasa tratando de abrir una botella, pero no lo logra.

—Pasamela— la abro y le doy una sonrisa.

—Come que en cualquier momento Draken te viene a buscar— asiento y trato de comer rápido.

Chiasa es la mujer más amable que conozco en mi vida. Siempre fue buena conmigo, en un principio pensé que era amiga de mi madre, pero no era así. Recuerdo que la primera vez que me vio fue en la comisaría y lloró para después abrazarme. Siempre fue muy consciente de que tan solo era una niña y que no merecía vivir eso.

Cuando mi madre me abandonó ella hizo de figura materna y se lo agradezco con todo mi ser. Viví en el prostíbulo hasta los trece años porque Chiasa había encontrado un mejor trabajo y me dio la oportunidad de irme con ella. La tomé sin pensarlo y no me arrepiento.

—Te deje el almuerzo listo, por favor, no me vengas a traer un gato callejero— la miro y asiento.

—No te preocupes.

Escucho la motocicleta de Draken y me voy a cepillar los dientes rápidamente.

Draken y yo hemos crecidos como grandes amigos. Estamos juntos desde que somos unos mocosos, con el tiempo nuestra relación se hizo más fuerte y más pura.

He visto todos sus triunfos como también he visto todas sus penas y siempre he estado ahí. Los dos contra el mundo. Lo he acompañado en cada locura y siendo honesta no me arrepiento. Desde que llegué a este lugar mucho tiempo me sentí muy sola, y a veces me sigo sintiendo así, pero él siempre a estado ahí para mí. Con sus abrazos todos incómodos que me da para que no me sienta sola y caiga de nuevo a esa etapa.

—Adiós, mami— beso su mejilla y bajo corriendo.

Veo a mi pelado favorito y sonrío demás al verlo.

—Te tardas demasiado.

—No me tardé casi nada, no te quejes.

—Te queda bien ese peinado— me sonrojo sin querer y le sonrío.

—Gracias. ¿Estudiaste para tu examen?— suspira y asiente.

—Solo repase— lo miro mal.

—La escuela es importante— asiente— ¿Quieres ser pandillero toda la vida? Vas a necesitar comer, Ken.

—No te preocupes, Nia. Todavía queda mucho para eso. Vamos.

Siempre he estado preocupada por su futuro. He apoyado con todo mi corazón su pandilla, me llevo muy bien con todas los chicos, pero sin querer me preocupa que no pueda tener un futuro mejor. Tal vez solo pienso demasiado, pero no quiero verlo mal, no lo soportaría.

Encontrarnos (Draken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora