"Mi buen amor.
Parece fácil para ti.
Alejarte para luego exigir.
Que te quiera como si nada.
Después de todo lo que tuve que pasar.
Las terapias, los amores de mentira, más mentiras.
Y ahora quieres que sea tu amiga.
Pues, amigo, dime como borro est...
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Takemichi
De pude salvarla, la vi morir enfrente de mío y no pude hacer absolutamente nada.
Es fuerte ver a Naoto llorar y frustrarse, quería llorar y lo más probable es que me rompa en cualquier momento, pero iba a seguir porque Hinata merece una larga vida
Pero ver que tenía el collar que le regalé cuando joven me rompió y es verdad que voy a seguir adelante, pero tengo permitido llorar.
—Si eso significa que puedo salvar a Hina, ¡Haré cualquier cosa imprudente que sea necesaria!
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20 de octubre del 2017 Omnisciente.
—¡Número 248! Visitantes.
Ken suspiro para guardar el libro que estaba leyendo, se levantó un poco entusiasmado ya que sabía que iba a ver a su fiel compañera. Por mucho que le gritara, que se descargara con ella y le dijiera que se merecía esto, que lo dejara solo, ella siempre volvía con esa sonrisa que lo hacía sentir miserable por hacerla vivir todo esto.
Más fue su sorpresa a ver que el que estaba sentado esperándolo era "Takemicchi". Estaba cambiado, pero se notaba que era el mismo chico debilucho con una gran determinación.
—Ha pasado mucho tiempo, Takemicchi. Me alegro que estés bien— le dio una pequeña y disimulada sonrisa.
Takemicchi sintió muchas ganas de llorar. ¿Cómo el gran Draken podía estar condenado a muerte? ¿Cómo llegó un ser noble y "correcto" a estar así?
Sin querer Ken se sintió un poco vacío al darse cuenta que ella no lo había venido a ver. La última vez que vino él se desquitó con ella injustamente y antes de poder disculparme por su gran error ella salió llorando de ahí. Le había escrito una carta expresando todo lo que siente, en ese pedazo de papel le dijo hasta su más oscuro pensamiento, pero no pudo entregársela. Es el tercer día de visita que ella no viene, siempre él la espera, pero al final del día no la ve. No quería perder a la única persona que le quedaba, no quería ser como sus compañeros de prisión que mueren solos y sin amor. Era curioso, porque no quería perderla, pero hacía de todo para que ella se alejara.
