Capítulo 13

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"Otra noche"


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"Otra noche"

Recuerdo que había pasado una semana que estábamos en el rancho de mi abuelo. En esa semana me entere de más cosas sobre Carlos, el hecho de que su mamá se murió cuando él tenía 15 años, también el que había entrado al colegio militar, pero lo expulsaron de. Y que conoció a mi hermano desde los siete años en un campamento para hijos de militares a los que yo nunca iba. Ahora entiendo porque Juan jamás quería perderse uno, porque iba a ver su mejor amigo, jamás nos contó nada de ti hasta hace poco. Y no se si agradecerlo o no. Me hubiese ahorrado el hecho de fijarme en ti.

—¿Iras a entrenar? —le pregunto mi padre mientras yo metía mi arma a la mochila.

—No soy bueno disparando.

Dijo, pero al final mi madre termino convenciéndolo. Fue entonces que los cuatro nos fuimos al campo. No parecía tan entusiasmado.

—¿Si sabes cómo disparar? —me pregunto con mucha inseguridad mientras miraba los objetivos. Ladee un poco mi cabeza, me puse en posición de disparo, tome aire y agarre con firmeza el rifle, inhalé y exhale, solo sentí como por la fuerza del disparo me hacia un poco hacia tras y el sonido de este dando con el objetivo.

—¡Muy bien Emma! —me felicito mi padre, mientras le enseñaba a Elsy como hacerlo de manera correcta. Seguí haciéndolo hasta que mis objetivos desaparecieran, a veces tenía la necesidad de saber la sensación de cómo es dispararle a una persona. Siempre tenía esa sensación cuando disparaba, pero esa vez fue la excepción ya que al verlo fallar en cada uno de los disparos fue horrible, fue como cáncer visual, o sea eras el hijo de uno de los más grandes oficiales de todo el ejército mexicano. Hasta siento que Juan quería dispararle por lo mal que lo estaba haciendo, hasta Elsy de tan solo doce años lo estaba haciendo mejor que él.

—¡Ya sé porque te votaron del colegio! —pensé en voz alta, Elsy que estaba bebiendo agua se aguantó las ganas de escupirla y de reír, Juan solo me dio un codazo para que me callara, mi padre me fulmino con la mirada.

—No es que no sepas, solo que tienes una mala técnica.

Mi padre le explico poco a poco, y Carlos le presto la atención debida y después de ver como fracasaba por fin de mil años logro darle al objetivo, salto y abrazo a mi padre. Pude notar mucha felicidad en su cara, todo iba genial hasta que escuché el rechinar de unos caballos. Me di la vuelta y vi como mi mamá venia con algunos de los trabajadores de mi abuelo montando. Lo cual significaba que llevábamos dos horas afuera.

—¿Ya van a ir a cortar los mangos? —pregunte mientras acomodaba las cosas en mi mochila.

—Van a ir. —anuncio mi madre. —Menos Elsy. —ella sonríe victoriosa, pero sé que no sirve de nada quejarme aparte en la casa me iba aburrir.

—Vamos pues. —dijo mi padre trepándose al caballo.

—¿Y mi bicicleta? —pregunte.

Mi mama se llevó la mano a la frente, lo que significaba que se le había olvidado.

—¡Se me olvido cariño!

—Pues súbete al caballo. —menciona lo obvio.

—No sabe montar. —menciona en tono burlón Juan hacia Carlos.

—Doña perfección sabe disparar, pero no montar. —se burló y le enseñe el dedo de en medio, mis padres me regañaron, y es que me daban algo de miedo los caballos.

Meses a Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora