Se quiebra mi alma (OtaYuri)

Capítulo 17. Karma

Me llené de rabia, me llené de dolor, aunque no tenía derecho a hacerlo, pero aún así, siendo el embustero que era, aún siendo un idiota, comencé a alzar la voz - el solo era un ciego que no valía nada!!, caminaba por el mundo causando lastima!, el no merece el amor de Viktor!!, el no debió quitarme lo que me pertenece!!.

- Te pertenece?, crees que puedes irte con otro alfa el día de tu boda, sin recibir castigo?, no me hagas reír Yuri, qué esperabas?, qué Viktor te esperaría para siempre?!.

- Viktor es mi destinado!!, mi alfa!!, Yuuri es un ladrón!!.

- Ladrón?, no te mordiste la lengua?, quién se fue con su alfa y todo su dinero?, quién es el ladrón?!.

- Ese maldito omega!!, ese omega inservible!, ese ser lamentable, ese omega sin chiste!!.

- Basta!! - sentí algo frío ser arrojado a mi cara, ella se levantó furiosa, me arrojó aquella tizana fría que había pedido, los pedazos de frutilla estaban esparcidos en mi cabello - ese omega al que tanto criticas, es ahora el omega de aquel alfa que tu abandonaste, qué se siente Yuri?, regresar para darte cuenta, que te quedaste sin nada?!, por cierto, esa horrible lesión en tu cuello se parece a las que Yuuri se hacía, cuando sentía lo que ustedes dos hacían a sus espaldas, se llama auto lesión, tu lobo sufre, que ironía, ve a un medico, necesitas ayuda, no se te olvide que un lobo que sufre también te puede llevar a la muerte - sus pasos resonaron, el mesero se acercó a mí - esta usted bien? - me preguntó, no, no estoy bien, soy un idiota que abandonó todo por un espejismo, al que la realidad golpeó en la cara, soy un idiota que escapó con un alfa, al que no amaba, soy un tonto que tenía la felicidad en las manos y que la vida estaba atenta para castigarlo.

Miré la fotografía en mi celular, aquella donde el y yo estábamos con nuestros trajes de boda, el se miraba sonriente, era la prueba de lo que pudo haber sido, era mi alfa, ese niño que tenía cargando en sus brazos, debió ser mío, era un imbécil, comencé a golpear el celular en la mesa, era un omega que lo tenía todo y que se había quedado sin nada.

La gente me veía atentos, atentos a la desgracia que me perseguía, Viktor debería estar esperando por mi regreso, debería estar lleno de sufrimiento por no estar a mi lado, y lo encontré feliz, feliz al lado de aquel omega ciego al que tanto desprecie, aquel al que no le tenía consideración.

Pensar en ese niño dolía, pensar incluso en lo que tuvo que pasar entre ellos para que fuera concebido, incluso más, imaginar sus manos recorriendo su piel, su aroma mezclado con el suyo, sus labios besando los del azabache, celos, rabia, dolor, todo se mezclaba haciéndome incluso más difícil respirar.

Mi lobo golpeaba mi pecho, estaba enojado conmigo, lo sabía bastante bien, me abracé a mi abuelo en cuanto llegué a casa - lo sabes, cierto? - me decía con un tono de tristeza.

- El era mío abuelo... El era mi alfa... Porqué está con el?, porqué me ha hecho esto?!, el debía esperarme... Porqué no lo hizo?!.

- Yuri, mi Yuri... Te lo advertí... Te lo dije... Te dije que te arrepentirias por eso, aun así no hiciste caso... El moriría sin ti, tu lo sabias y aun así te fuiste sin mirar atrás, aunque este enojado con el, por haber hecho su vida sin ti, se que es estúpido reclamar, porque fuiste tu quien lo alejó, fuiste tu mismo quien de alguna manera los unió, lo lamento tanto, de verdad lo lamento, porque ni tu ni yo tenemos cara para juzgarlo.

- Lo viste abuelo?, ese niño tiene sus ojos... Ese niño... Ese niño...

- Basta!!, por Dios... Qué ganas torturandote?!.

- No!!, no!!, abuelo, hablaré con Otabek!!, el vendrá y se lo llevará!!, se llevará a Yuuri!, Viktor volverá!.

- Se aman... Lo siento tanto... - los días pasaban, logré hablar con Otabek, me llamaba mentiroso, el pensaba que era una idea mía para tratar de lastimarlo, que era una mentira, que Yuuri estaría en aquella casa donde lo dejó, pero no fue así.

El al igual que yo los vio juntos, la familia que habían hecho, la manera en la que se miraban, aquel niño que se sujetaba a sus brazos, las personas que habíamos lastimado, las personas que habíamos dejado atrás, se habían conocido, se habían enamorado, se habían enlazado, y dolió, para el dolió incluso más, porque Yuuri se había transformado en un omega seguro, que incluso lo había amenazado con meterlo a la cárcel, por robo y abandono, si volvía a meterse con su familia, era un omega lleno de valor que no le importaría nada con tal de proteger a su cachorro, con tal de proteger a su alfa, ese alfa que ya no era Otabek Altin, ese alfa que ahora se llamaba Viktor Nikiforov.

No los reconociamos, ellos ya no eran los mismos, que años atrás habíamos dejado, dónde se les fue el amor?, dónde se escondió el brillo en su mirada que nos dedicaban?, dónde está todo ese amor que nos tenían?, cuando se les esfumó el amor?.

Otabek lloraba de rabia, después de hablar con el, para el hablar con su omega de nuevo, verlo del brazo de otro alfa era un dolor agudo, y más al enterarse que cuando cortó el lazo, el azabache estaba en gestación, su cuerpo no soportó el lazo roto, así que se sentía culpable, no sólo dejó a un omega en la calle, también había ocasionado el aborto espontáneo de su propio hijo, ese hijo que jamás vio la luz, ese ser que era el más inocente de todos.

El lloraba frente mío, lo había acompañado a aquel departamento donde vivían ellos dos, observaba todo desde lejos, tenía la fe o esperanza de que Yuuri al verlo, corriera a los brazos de Otabek, pero no fue así, ahora éramos unos tontos, llorando juntos, en un parque de la ciudad, abatidos por nuestros errores, estúpidos y tontos errores.