Caminaba rumbo al complejo Uchiha como lo venía haciendo desde hace un mes, Sasuke Uchiha fue trasladado hasta su casa en el complejo Uchiha por órdenes de la Hokage al no poder controlar a una Sakura enojada por no ser la encargada del cuidado personal del joven vengador y el acoso constante de Ino en su habitación, por lo que Hinata seguía siendo la única encargada del cuidado del moreno.
La mañana lucia como todas las anteriores, el sol calentando sutilmente la aldea, el viento refrescaba la mañana, las aves sobrevolaban con su singular canto, los niños corrían para llegar a la academia, algunos aldeanos salían al trabajo, otros se entretenían haciendo las compras para ese día, todo estaba relativamente igual que el día anterior.
Sentía el corazón desmoronarse lentamente dentro de ella, lo había visto, había visto al rubio de sus sueños regresar a la aldea con una gran sonrisa en los labios y un brillo singular en sus hermosos ojos color zafiro, quiso ir a recibirlo y tal vez asi Naruto la notara aunque sea un poco pero su timidez no se lo permitió por lo que termino haciendo lo mismo de siempre, lo siguió en completo silencio admirando su sonrisa tan energética que lo caracterizaba, su melena rubia era un poco más larga dándole un toque rebelde a sus ya dramáticos rasgos, su rostro sucio lo hacía ver gracioso y aun así para ella era el hombre más hermosos que había visto en su corta vida, con aquel que quería caminar de la mano toda su vida pero toda esa ilusión se borró al escuchar una simple frase "te juro que es la chica más hermosa que he visto en la vida de veras" le había dicho el rubio con una gran emoción a su compañera de equipo que iba caminando junto a él "lo mismo me decías a mi Naruto" le había contestado la peli rosa fingiendo indignación "creo que ahora si me he enamorado de veras" solo esa frase basto para que sus sueños se vinieran abajo como fichas de dominó.
Había llegado hasta la casa del moreno, entro como siempre, llevo la caja de almuerzo que había llevado para su paciente como todos los días y se adentró al cuarto donde se encontraba recostado, había hecho todo mecánicamente sin decir palabra sin recibir queja, lo había ayudado a comer, lo había dejado en el baño para que se aseara, cuando estuvo listo comenzaron con la sesión para sanar su mallugado cuerpo al ya estar sanas su líneas de chakra, todo eso en completo silencio.
El silencio era parte de su rutina ella no hablaba mucho y si lo hacía tartamudeaba y él tampoco era de las personas que hablaran más que de ser necesario pero por alguna extraña razón había notado algo raro en ella, y no era el hecho de que en todo este mes no hubiera intentado sobrepasarse con él o insinuarse, no ese no era lo que le parecía raro de la Hyuga sino la ausencia del brillo en sus ojos y no era que él la estuviera observando todo este tiempo si no que al estar acostumbrado a estar siempre pendiente de su alrededor, su mente analítica y esa horrible obsesión de siempre estar en guardia lo habían casi obligado a notarlo y hoy no estaba.
Estuvo dispuesto a olvidarlo total no era su asunto, ni siquiera recordaba a la chica y se supone fueron compañeros en la academia, podría recordar a todos, al flojo de Shikamaru, al glotón de Chouji, el molesto de Kiba con su apestoso perro, incluso al silencioso de Shino y como no notar a las insoportables de Ino y Sakura que no dejaban de acosarlo y proclamarlo como suyo, pero a ella no la recordaba, era claro que importante no era a pesar de ser la heredera de uno de los clanes más importantes de la aldea y del mundo shinobi pero solo era una chica más del montón, una más de sus fans y una más a la que mandaría muy lejos, pero vio las lágrimas deslizarse por sus pálidas mejillas y se sintió incomodo, nunca soporto ver a una mujer llorar y no era porque sintiera tristeza por ellas si no que lo irritaba, las hacía ver más débiles, más patéticas, le recordaba cuando veía llorar a su madre por causa de su padre y eso lo ponía de pésimo humor.
-deja de llorar- ordeno en un gruñido, pero ella no dijo nada, no se disculpó como siempre lo hacía, ni siquiera parecía escucharlo-¿Qué sucede?-pregunto más por mero compromiso pensando que así ella dejaría de llorar, porque en realidad no le importaba
-le gusta alguien más- susurro para ella misma pero el agudo oído del espadachín lograron captar aquella frase, iba a preguntar de que hablaba pero recordó las veces que defendió al idiota de Naruto cada que le decía idiota o algún otro insulto y si mal no recordaba Sakura había mencionado algo sobre una chica declarándose al idiota de Naruto durante su pelea contra Pain solo era cuestión de unir cabos sueltos y listo, no hay necesidad de ser un genio aunque podía apostar que el imbécil de Naruto ni enterado.
-él es una pérdida de tiempo- pensó en voz alta logrando sacar de sus tristes pensamientos a la Hyuga
-usted no lo conoce- contrataco la chica con enfado, se limpió las lágrimas y puso más presión en la costilla rota del moreno logrando que se quejara del dolor-usted no sabe nada
-sé lo suficiente para saber que Naruto es un idiota y tú eres patética
-CALLESE! –grito enojada
-te gusta Naruto- siguió hablando- pero eres tan patética que no te atreves a decírselo y él como el idiota que es no se ha dado cuenta de ello- sintió como la ira de la chica se incrementaba- ahora te quejas de que alguien con más valor ya logro captar su atención y lo único que haces es llorar- sintió una nueva presión en su otra costilla-eso es lo más cobarde que he visto-La chica de ojos violetas se levantó bruscamente tirando la silla en la que se encontraba sentada, el chakra verde que rodeaba sus manos se volvió morado y tomaba la forma de tigres, su línea sucesoria estaba activada y sus labios fuertemente presionados, a paso lento se acercó hasta colocarse a la altura de su cabeza, presiono con fuerzas sus puños y la mesa junto a su cama quedo reducida a escombros- ¿es lo mejor que tienes? Vez no me equivoque eres P-A-T-E-T-I-C-A
La luz del sol estaba a segundos de desaparecer, todo estaba relativamente normal en la aldea, nada fuera de lo normal, pero no para todos.
-lo siento- se disculpó la chica de ojos violetas y cabello negro azulado aun mal herido moreno que no tenía ni fuerzas para respirar, había presionado con coraje cada hueso que el Uchiha tenía lastimado, volvió a cerrar los puntos de chakra que ya había abierto con anterioridad pero esta vez no tuvo la misma delicadeza, NO esta vez se aseguró de provocar el mayor daño posible, pero no solo fue el maltratado cuerpo del Uchiha, la mesa junto a su cama había desaparecido, el closet frente a la cama del moreno ya no contaba con ambas puertas, y la pared que daba al pasillo ahora contaba con un gran agujero en el-pero usted tuvo la culpa
Hinata esperaba algún reclamo del moreno, estaba dispuesta a escucharlo y si él le solicitaba a la Hokage que alguien más ocupara su lugar lo aceptaría, estaba dispuesta a pagar por los daños que causo aunque viendo las daños eso le costaría casi el total de todos sus ahorros.
-¿te sientes mejor?-pregunto con dificultad el vengador, él tenía la idea de que el enojo era mejor sacarlo pero jamás se imaginó que aquella chica que a primera vista se veía delicada y frágil tal como una muñeca de porcelana hiciera tal destrozo, sin duda un combate entre la Hyuga y Sakura sería un espectáculo digno de admirar.
-yo en verdad lo siento mucho- tomo sus cosas y salió corriendo de aquella casa por vergüenza y pena, ella nunca se había comportado de esa forma tan poco decorosa y mal educada, pero él tenía la culpa, jamás debió de hablar de Naruto de esa forma, ella si era la vergüenza andante pero Naruto no era un idiota, si era cierto que jamás se dio cuenta de su enamoramiento pero eso no lo hacía ser estúpido, más bien para ella él se veía inocente.
Siguió caminando por las calles de la aldea sin querer llegar a su casa y que su padre o Hanabi la vieran de esa forma que incluso aun llevaba los las manos en puño, Neji era capaz de ir a castrar al Uchiha si descubría el motivo de su furia.
La noche había caído sobre la aldea y ella se encontraba en la cima de un gran cedro cerca del campo de entrenamiento donde solía reunirse con su equipo, el viento pasaba entre las ramas del gran árbol acariciando sutilmente su pálida piel y despeinando sus lacios cabellos, la ira se había ido hace algunos momentos y la tristeza que oprimía su pecho había disminuido notoriamente.
-Hinata- la voz de su primo se escuchó detrás de ella, supuso que se encontraba en alguna rama cercana-su padre estaba preocupado por usted ya es algo tarde
-Neji- interrumpió la morena
-¿desea algo?-pregunto desconcertado el castallo al ser interrumpido por su tímida prima que se encontraba sentada sobre la rama con la mirada clavada en la luna llena que alumbraba la silenciosa noche-¿sucede algo?
-¿se puede sacar la tristeza del pecho a base de golpes?
-¿perdón?-La chica se quedó en silencio un breve momento perdida en sus pensamientos
-será mejor que regresemos a casa antes de que mi padre mande a medio clan en busca de nosotros si no es que ya lo hiso
El castallo se quedó más confundido primero encontró a su prima en completo silencio y con la mirada perdida, ahora una sonrisa adornaba su níveo rostro para después convertirse en una sonora carcajada de esas que hace mucho no escuchaba y que la hacían ver más linda de lo que ya era.
-¿todo bien?-pregunto a un sin comprender a su pequeña prima
-todo perfecto
La luz del sol entraba por la ventana alumbrado la habitación en la que se encontraba, el cuerpo aun le dolía horrores y sabía que tardaría por lo menos dos semanas poder regenerar los niveles de chakra en su cuerpo, sin embargo se había despertado de buen humor, había soñado con aquel día en el que Sasuke había sacrificado su cuerpo y cuarto para que ella se desahogara, aunque ese día tal vez tardo en darse cuenta se había sentido agradecida con él, quería ver a sus niños ¿Dónde los habría llevado Naruto? Y como si lo hubiera llamado con la mente, el chakra del kyuubi y el rubio se sintieron fuera de su habitación-pasa-pidió antes de que el rubio siquiera tocara.
-buenos días- saludo con entusiasmo el actual Hokage- ¿Cómo te sientes?-pregunto sentándose a los pies de la mujer de rubia cabellera y ojos vendados
-estaría mejor si me dijeras ¿Dónde están mis niños?-pregunto la rubia con una sonrisa
-tranquila- el rubio acaricio su melena rubia, aun no podía creer que estuviera con vida y menos aún con dos hijos de su mejor amigo-están seguros y en el mejor lugar que pudieran estar, de verdad
Durante dos horas estuvieron hablando, recordando viejos momentos, de lo cansado que era el embarazo de Shion y de lo imperativo que era su pequeño Boruto, ninguno de los dos toco el tema del porqué de su muerte o del como termino con dos hijos del moreno, aun Hinata no estaba lista para hablar de ello.
-quisiera quedarme más tiempo pero mis deberes como Hokage me llaman y tengo una aldea que proteger y una familia que mantener- se despidió el rubio - descuida los niños no han de tardar en llegar
-gracias- sonrió la mujer agradecida- Naruto- lo llamo haciendo que detuviera su andar
-¿Qué paso?
-¿puedo golpearte?-pregunto inocentemente la ahora rubia mujer provocando una gota de sudor en la frente del actual Hokage- era una broma Naruto –soltó una ligera carcajada
-no juegues conmigo de esa forma Hinata
-lo siento- se disculpó sin poder detener su risa- jamás haría eso contigo
-por cierto Ino está enterada de todo- se rasco la nuca nervioso- ya sabe cómo es cuando quiere algo, aún tengo dolor de cabeza por haberla tenido en mi mente de veras lo siento no pude contra ella
-no te preocupes- sonrió la mujer en cama- aun no nace alguien que pueda contra Ino- soltó una carcajada al recordar el peculiar carácter de su mejor amiga
El rubio salió de la habitación dejando nuevamente a la Hyuga sola, por eso se negaba a regresar a Konoha por que aquella aldea siempre le traía recuerdos de Sasuke, fue corto el tiempo junto a él y se había quedado grabado en su alma con fuego, un fuego que por más que trato no pudo apagar.
Miraba a través de las vendas el brillante sol que comenzaba a calentar la aldea y sus habitantes, no tenía idea de cuánto había extrañados los días soleados en Konoha hasta ese momento, los días de entrenamiento en el bosque con Shino y Kiba o en la cascada con Kurenai ¿tendría la oportunidad de verlos otra vez?
El sonido de unos pasos apresurados se escuchó por el pasillo para después dejar ver una melena larga rubia que entraba a su habitación con impaciencia
-¿en verdad eres tú?-pregunto la heredera del clan Yamanaka con lágrimas en sus verdes ojos-¿de verdad eres Hinata?-su voz temblaba al igual que su delgado cuerpo.
-lo siento mucho Ino- se disculpó Hinata tratando de contener su llanto-no quería causar problemas
Esperaba los grito y reclamos de la rubia, que le reprochara su cobardía y la regañara por no confiar en ella, pero en cambio la joven médico corrió hasta ella y rodeo su cuello con sus brazos soltando más lágrimas de alegría al ver de nuevo a su mejor amiga... a su casi hermana.
-¿pero cómo?-pregunto observándola de cerca-tu apariencia no es la misma ¿Qué paso?-se limpió las lágrimas con las mangas de su blanca bata y se sentó junto a ella tomando su mano entre la suya.
-es una larga historia- la mujer de ojos vendados acaricio la mano de su amiga, el plan era venir a Konoha y esconder a sus hijos aquí sin que ninguno de sus amigos con excepción de Naruto se enteraran y una vez vencido Toneri se volverían a marchar dejando a los muertos enterrados, pero era bueno que pudiera ver y hablar de nuevo con su amiga-¿quieres verla?-pregunto arriesgando mucho
-¿es posible?-pregunto confundida la rubia, recibiendo un si como respuesta- ¿Cómo?
-claro- Hinata se quitó el collar no sin antes indicarle a Shiro que pusiera de nuevo el campo de energía para evitar más sorpresas, su negra cabellera y ojos opalinos se dejaron ver e Ino tuvo que contener de nuevo sus lágrimas al verla-Shiro haz que ella lo vea por favor.
Los ojos del gato cambiaron de verde a negro y mirando fijamente a la rubia le envolvió en los recuerdos de su ama, le extraña relación con el azabache, su primer beso con él y la primera noche en la que sus cuerpos se hicieron uno, el descubrimiento de su embarazo, la plática con el consejo, las palabras de Sasuke aquel día de lluvia, su supuesta muerte, su llegada a Takigakure y todo hasta el día de hoy pasaron como una película para la rubia que no dejaba de derramar lágrimas al ver por todo lo que había tenido que pasar su amiga todo este tiempo.
-pudiste ahorrar ciertos detalles- comento la rubia rompiendo el silencio que se había formado después de ver sus recuerdos gracias al gato que ahora dormía sobre las piernas de su amiga aun manteniendo el campo de energía-siempre supe que Sasuke seria puro fuego en la cama pero no imagine a que punto-el rostro de la pelinegra se puso roja y comenzó a jugar con la sabana que cubría sus piernas
-aun no puedo controlar que tanto pueden ver los demás...lo siento- se disculpó con vergüenza de que su amiga viera ese momento tan privado.
-sigues siendo la misma- la rubia volvió a abrazar a la poseedora del Byakugan, que correspondió el abrazo
-te equivocas-susurro Hinata con tristeza- ya no soy la misma de antes- se separó de su amiga y llevo su mano a su pecho como queriendo tapar una herida profunda
-¿Por qué la venda si el collar los cambia?-pregunto la rubia queriendo cambiar un poco el ambiente triste que se posó sobre ellas
-el collar no oculta las venas al activar el Byakugan, por eso necesito cubrirlas de esa forma nadie las nota
-vi por lo que pasaste- comenzó a hablar la rubia con voz calmada y de forma comprensiva- más sin embargo no puedo saber lo que sentiste en esos momentos, pero sé que eres más fuerte de lo que crees y que un amor tan grande como el que sentiste por el idiota de Sasuke no desaparece nunca- Hinata quiso contradecirla pero la rubia no la dejo hablar- lo sé porque es el mismo que yo siento por Sai, también sé que ese maldito Uchiha merece ser castrado pero nunca le diste la oportunidad de explicar por qué dijo lo que dijo.
-¿me equivoque entonces?-pregunto con tristeza la de mirada opalina
-eso no lo sé-respondió sincera la rubia mostrando nuevamente su sonrisa- lo que sí sé es que pagaras muy caro el haberme engañado
-estoy segura de ello
-tus lindos niños no deben de tardar iré por ellos- la Yamanaka se levantó, aliso su impecable vestido y acomodo su bata para comenzará caminar con dirección a la salida- Hinata- llamo la rubia desde la puerta- me alegra que estés de vuelta
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LA PUERTA DE LA LUNA
FanfictionLuna de plata Reflejo del mar color carmesí Cómplice de un recuerdo, Del anhelo por un cálido beso Envuelta por un abrigo de sombras. Luna bañada de sangre Abrázame de esperanza Muéstrame de nuevo esa luz violeta Muéstrame aquel amor que me arrancas...