Segundas partes nunca fueron buenas

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[Durante dos semanas, la situación fue estresante para los dos jóvenes. Entre hacer planes y llevarlos a cabo, apenas había tiempo para sentarse a comer. Cuando uno se dedicaba a arreglar algo, el otro iniciaba otro proyecto en el ala opuesta de la casa. No obstante, no faltaban las miradas y los roces cada vez que ambos se encontraban en una milésima de segundo]

[El escritor peliazul de ojos amarillos]

[El ilustrador rubio de ojos azules]

[Por mucho que la historia en un futuro pueda querer modificar los sucesos, es indudable que los dos eran algo más que amantes. Desde la propuesta de Xingqiu, pues así se llamaba el escritor, su prometido se había dedicado a ayudar con la construcción de un hogar idílico]

-Creo que con esto damos por finalizada la base de esta casa. [suspiró Xingqiu, cuando terminó de colocar el edredón de su nueva cama. Habían dejado aquello para último lugar ya que los dos habían acordado que los detalles se efectuarían en último lugar] ¿Estás seguro de que mañana tienes que marcharte a Espinadragón, Albedo? No hemos tenido tiempo ni de disfrutar desde aquel día que viniste a buscarme. Tienes que estar cansado. [le dijo el peliazul a su prometido cuando lo vio ajustarse los guantes. Había aprendido que el caballero de Favonius hacía aquel gesto cuando le dolían las articulaciones]

-No puedo seguir alargando mi regreso, Xingqiu. [le respondió calmadamente Albedo] Si bien he intercambiado correspondencia con Timaeus y Sacarosa durante este tiempo y me han asegurado que no ha habido ningún percance, necesito continuar con mis investigaciones. Al menos estaré 3 días ausente. Debo comprobar los registros e iniciar otra línea de experimentación.

[Xingqiu asintió en silencio. Sabía que, aunque ahora vivieran juntos, Albedo tenía una obligación fuera de aquellas cuatro paredes. Ante todo, el Príncipe de la Roca Caliza era el alquimista más brillante de Mondstadt. Sus servicios se requerían en aquella región y ya había estado demasiado tiempo ayudándolo. Era hora de que recuperara el tiempo perdido en el trabajo y también era el momento en que debían descansar el uno del otro. Había sido interesante pasar aquellas semanas ayudándose para darle forma a su hogar. Al menos ahora Albedo tendría una casa a la que volver tras tantas horas trabajando]

-¿Te apetece cenar? Puedo preparar algo de comer. [sugirió Xingqiu] Entiendo que mañana saldrás temprano, por lo que al menos estaría bien que tuvieras algo en el estómago de la noche anterior. [agregó, dando por sentado que Albedo no desayunaría. No solía hacerlo si tenía cosas que hacer. Aquellos días había sido el joven de Liyue quien le tenía que recordar amablemente que tenía que ingerir algo cada cierto tiempo]

-Me parece buena idea. Pero mejor lo preparamos entre los dos. Así terminaremos antes.

[Y es que, en los días anteriores, habían aprendido que, de aquella manera, cocinar era menos tedioso y más rápido. Si bien aún les costaba encontrar comida que fuera del gusto de ambos. Así que experimentaban con nuevas recetas sencillas a ver si conseguían un resultado óptimo. Aquella noche se decantaron por juntar sus conocimientos. A base de pescado y pimienta, Xingqiu elaboró pez tigre a la parrilla mientas que Albedo preparó pescado a la parrilla de Mondstadt]

[Mismos ingredientes. Distintas formas de elaborarlo. Los dos jóvenes se intercambiaron el fruto de su trabajo y probaron la comida. Durante unos minutos comieron en silencio, evaluando los sabores con calma]

-Es increíblemente suave. Muy delicado y agradable. [dijo Xingqiu]

-Evoca a un mar en calma. Es casi como si me transportara al puerto de Liyue. [comentó Albedo]

[Ambos intercambiaron una mirada y rieron. Sin duda había sido un éxito el intercambio. Con gusto acabaron sus respectivos platos mientras Xingqiu le explicaba a Albedo que el pez ticker, el cual había dado origen al pez tigre a la parrilla, estaba saliendo lentamente del proceso de la extinción gracias a los esfuerzos de algunos pocos ciudadanos de Liyue. El alquimista escuchó con genuino interés aquel relato y le pidió a su prometido acudir a ver aquellos animales en algún futuro. Siempre era asombroso ver cómo ciertas especies se recuperaban de estar tan cerca de la muerte]

Cristales en el FulgorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora