❝ 𝒯𝒽ℯ ℳℯ𝓁ℴ𝒹𝓎 𝒪𝒻 𝒪𝓊𝓇 ℒℴ𝓋ℯ ❞ Kɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ & ʏᴏᴜ

𝙸𝚇

3 de Abril de 1930

Nos ubicabamos recostados de un mueble de la sala de la casa ya completamente terminada, que incluso parecía nuestra. T/n acariciaba mi cabello mientras leía un libro, de repente me acordé de muchos de los sueños que he tenido, cerré el libro y lo coloqué en la pequeña mesita a nuestro lado.

— ¿Sabes?— capté su atención.

— No soy adivina TaeTae— sonrojado solté una pequeña risa nasal, su mirada incrédula me parecía tierna.

— Lo sé... uhm. Últimamente tengo sueños raros...— musité mirando a la nada, sus finos dedos continuaban con temblorosas caricias en mi cabeza.

Muchas, muchas cosas me han parecido un poco fuera de lugar, su repentina palidez, el hecho de que haya bajado de peso y aunque quiera tratar de ocultarlo me he dado cuenta, la manera tan rápida de cansarse, y ahora desde hace unos cuantos días sus dedos han comenzado a temblar. ¿Saben cuántas veces le he insistido en que fuese a ver un médico?, muchas. ¿Qué me dice?, excusas... 'Tranquilo Tae, debe ser algo temporal' ,'En unos días se me quitará', 'Relájate cariño no es para tanto'. 

Deje de insistir cuando fuimos al doctor, este le dijo que tomara unos medicamentos y... listo, supongo... ¿esta bien que me preocupe demasiado?.

— Suelo soñar qué... que tu te vas de mi lado— sus caricias pararon y carraspeó su garganta, yo la miré, estaba nerviosa, o eso creía yo...

— Son solo sueños Tae— susurró audible esbozando una sonrisa un poco vacía, cabizbajo tome sus manos y deje pequeños besos en ellas.

— No quiero que me dejes T/n— sus manos dieron lugar en mi mejilla, al levantar mi mentón encontré sus ojos brillosos, esos que al mirarlos podrían describir su alma entera.

— Te amo— soltó para luego acercarse a mí, presionando sus labios junto a los míos pude sentir los resecos que estaban, y aunque estuviesen así me encantaba besarle, todo de ella me encantaba.

— Yo... yo también te amo— acaricié su mejilla y volvimos a juntar nuestros labios, estos encajaban a la perfección el uno con el otro y los suaves movimientos le daban un toque delicado. Al separarnos por falta de aire juntamos nuestras frentes— Esta noche pasaré por ti—  susurré y sin rechistar asintió.

[...]

Inhalaba y exhalaba de la forma más profunda que podía, tome un poco de dinero y me dirigí a comprar unas flores.

— Buenas noches joven Kim— saludó la señora con una sonrisa

— Buenas noches señora Lis, ¿cómo le va?— pregunté cordialmente

— Muy bien joven, gracias por preguntar...— amplió su sonrisa hasta achicar sus ojos— ¿Y tú?¿a dónde te diriges tan apuesto?— me miró de pies a cabeza.

— ¿Usted cree?— asintió provocando que soltara una pequeña risa— Iré a una salida con una mujer muy hermosa, la invité a cenar...— adentré mis manos en mis bolsillos.