13 de marzo de 1930
Mis dedos se colaban por los libros que se ubican en la pequeña estantería a un costado de la ventana, viendo en dirección a la puerta.
El reloj marcaba las 3:00 pm . Yeontan saltaba de un lugar a otro, una vez cansado de tanto ajetreo, se acostó cansado a un lado de la puerta.
Mi vista se dirigió por unos momentos hacia aquella ventana, mi cabeza se llenaba de recuerdos de todos estos últimos días, de como ya había pasado un mes desde que la conocí y de cómo dio un giro radical e inesperado a mi vida.
Ella me ha enseñado y me ha llenado de experiencias hermosas e inigualables que nunca creí que quepan en mi, aferrándose en cada uno de mis huesos, haciendo una estadía en mi pecho, no sabía que ese momento llegaría tan pronto.
—Hola,— saludó en voz baja mientras entraba a la habitación en pasos lentos— Oh, ¡Yeontan!— el mencionado se lanzó a ella y la contraria lo recibió con gusto.
La de cabellos oscuros abrazaba al pomerania cálidamente, este solo se limitaba a jadear y mover su pequeña colita de lado a lado.
—Hola... T/N — la mencionada me miró con una pequeña sonrisa —pensé... pensé que hoy no vendrías... —tomé un libro de francés.
—Sí, sobre eso... perdón por no haber venido ayer— se acercó lentamente con sus manos entrelazadas detrás de su espalda, la analicé con una sonrisa —me... ataco un repentino dolor de cabeza... una migraña... muy dolorosa— soltó en cabizbaja.
—Oh... no te preocupes,—me senté en uno de los muebles—¿ya estas mejor? mi tono de voz pasó de uno calmado a uno preocupado.
—Ehh... si... no fue tan grave —sonrió siguiendo mi acción.
—Por cierto—deje escapar una pequeña risa, la de pelos oscuros me miraba confundida—,creo que esta vez te excediste con el polvo—opiné al notar la palidez de la contraria en su cara, ella llevo sus dos manos a su rostro, sus mejillas comenzaban a sonrosarse.
—Tienes razón, soy nueva utilizando este producto—soltó una pequeña risa nerviosa.
—Ya me dí cuenta—molesté—¿sabes hablar francés?— pregunté haciendo a un lado el libro que hace rato portaba en mis manos
—Greta Garbo a-t-elle présenté son premier film sonore?— preguntó fluidamente la de ojos mielosos.
—Em... no sé que fue lo que me preguntaste pero te creo, sé que tiene que ver con la actriz Greta, pero... en sí, en sí, me tienes perdido entre los idiomas—bromee y nuestras risas se ligaron.
—¿Sabías que Greta Garbo ya estreno su película?— negué rotundamente— me gustaría verla contigo... pero es en Estados Unidos...— hizo un mohín.
—A mi igual... ¿pero que podemos-—
—Escapémonos a Estados Unidos— propuso T/N parándose de un salto de su silla.
—Ehh... ¿Estados...— tragué duro— Unidos...?— la contraria asintió con una sonrisa.
—No lo sé... mi madre— tomó mis mejillas.
— Si no estas listo, comprendo, pero cuando lo estés— dejó un casto beso en mis labios— no dudes en decirme, ¿está bien?— la miré pensativo.
— Creo... que esta bien...— dirigí mi mirada al suelo.
— Quisiera explorar el mundo... o aunque sea, ir de viaje a Londres o a los Estados Unidos...— mencionó la de cabellos oscuros volviendo a tomar asiento.
—¡Pronto!... te lo prometo— alcé mi dedo meñique, la contraria rió ante mi acción— ¿qué sucede?— la miré confuso.
—Eso no es para niños— juguetona lo entrelazo con el suyo— ahora es una promesa, y no la puedes romper— amenazó.
—Mi madre me enseñó que una promesa jamas se rom...— miré su rostro confundido, ella frunció el ceño por mi repentina pausa— tu- tu nariz...— la señalé para luego ir en busca del botiquín— tu nariz esta... esta sangrando—finalmente logré decir una vez teniendo una esponjosa gasa en mis manos.
—¿Uh?—toco con su dedo la parte mencionada de su cara para luego alejarlo de esta y observarlo— me sucede a menudo...— murmuró.
—¿Es algo de lo que me tenga que preocupar?— estaba, muy preocupado, ni siquiera sé porque lo pregunte, si era obvio.
—No, no te preocupes... suele pasarme desde que tengo memoria— sonrió de manera forzosa.
—¿Me escondes algo?—interrogué con un semblante serio mientras limpiaba debajo de su nariz y un poco en su labio posterior pequeños rastros de sangre.
—No lo creo... aunque sí...— bajó su cabeza, con los nervios a punta tomé sus hombros, me estaba comenzando a aterrar.
La contraria tomo el cuello de mi camisa para acercarme hacía ella y estampar nuestros labios—Escondo... mis ganas de besarte todo el tiempo— confesó entre nuestros labios, nuestras respiraciones estaban ligándose y nuestros pulmones tratando de tomar un poco de aire.
Tomé sus mejillas y la besé, siendo yo el que dominaba el beso, esté se fue profundizando poco a poco...
—¡Ah! Tannie~— lloriqueé cuando el mencionado dejo de lamer mi tobillo. Por primera vez era yo quien iniciaba un beso y ella que lo seguía dejándose llevar, uno en donde yo llevaba todo controlado...pero el cachorro lo tuvo que arruinar.
—Pequeño travieso— T/N tomó a Yeontan y comenzó a repartir pequeñas caricias divertidas en este.— Ahora que recuerdo... hay una sandía en la nevera, ¿qué dices si hacemos una competencia?, quién se la coma primero... gana— la de ojos mielosos salió corriendo de la habitación con el cachorro en las manos para dirigirse a la cocina y tomar aquella fruta.
Ya hace menos de una semana, completo totalmente la casa, claro, esta no estaba totalmente en ruinas, pero ahora se podía sentir la vida que ella emanaba, cuando llegamos era una pequeña casa gris con blanco, varias quemaduras que la acompañaban y unas que otras partes rotas, como las ventanas y escaleras y lo único que se encontraba en pequeñas condiciones era nuestra habitación.
Sí algún día nos llegamos a casar...—si, ya estoy pensando en unir lazos con T/N...— tomaremos esta casa como la nuestra, más de lo que ya es.
—¿Preparado?— preguntó la de cabellos azabaches con una gran rebanada de sandía en sus manos.
—Más que listo. —y comenzamos a devorar aquella fruta sin piedad alguna, solo podía haber un ganador.
"Diste un gran giro a mi mundo, gracias a ti mis días dejaron de ser monótonos a unos brillantes."
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❝ 𝒯𝒽ℯ ℳℯ𝓁ℴ𝒹𝓎 𝒪𝒻 𝒪𝓊𝓇 ℒℴ𝓋ℯ ❞ Kɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ & ʏᴏᴜ
أدب الهواة- ¿Me seguirás amando hasta que tu corazón deje de latir? - Hasta que mi cuerpo deje de sentir, boca de hablar, mis ojos dejen de mirar y hasta que mis oídos dejen de oír. Prometo que te seguiré amando hasta mi último respirar, en donde mi corazón...