Un muro en trizas
Estaba roto. Miraba fijamente lo que se encontraba en frente de sus narices, sin observar. Sus pupilas estaban, simplemente, apagadas. Su ceño era suficiente para saber que se sentía muerto, a pesar de estar llevando a cabo el ciclo biológico que garantiza la vida.
Las lágrimas traicionaron su convencimiento interior; resonaban en una tela delgada que sólo cubría parte de la zona vestida. Su corazón había vuelto a su estado de rompecabezas disuelto.
Aquella noche fue un dolor coincidencial. Antes de que se reprodujera la pesadilla en carne propia, la decepción consiguió acceder a las entradas que conectan con el lado aventurero del organismo. En ese instante, cruzó por su mente la idea de que, quien no había aprovechado su compañía, con un personal aprecio, mientras pudo...no lo haría después de ese marco del día. Quería darle una lección a esos que juraban tener todo bajo control. Si la tortura era mutua, la injusticia cesaría.
La garganta ardió y raspó con sequedad. Sus paredes estaban apretando, impidiendo que la cordura fluyera normalmente. Por poco y el sujeto le negaba la entrada al oxígeno. Mañana ya no estaría ahí como de costumbre. Si alguna vez se camuflaron sentimientos, todo se disiparía con el tiempo que marcaba su inicio inmediatamente.
Era hora.
Causó heridas en su pecho. Todo picaba.
Su vista cedió. El sueño apenas advertía. El vacío hizo acto de presencia. Las silenciosas súplicas se emitían con cansancio.
Tal vez...la solución era acechar ilusiones y adaptarse a la sofocación. Supuso que entrenar al cuerpo para recibir cualquier punzada, era satisfactorio para su situación.
Era un bizco con un rostro muerto. Ya no importaba, estaba solo.
Quedaba escuchar los silbidos del leve viento. Se venía una guerra, y el soldado protagonista estaba listo para batallar esfuerzo o atasco.
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ᎪᏞᎷᏆ́ᎷᏆᏟᎪ
DiversosEstelares mundos propios de la fantasía placentera. Las cajitas pertenecientes a cada interior se pueden comprender relativamente. Por concepto más allá de lo superficial, dichas cajitas son incapaces de percibirse por el ojo que tanto nos miente in...