━𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐎

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: 🎠- ͙۪۪̥˚ ┊❛ [ _PRÓLOGO_ ]❜┊˚ ͙۪۪̥◌
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©ᴍᴀᴅᴇʙʏsʜᴀᴡɴᴍɪsᴄʜɪᴇғ

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Debía ser ya medianoche, incluso un poco más tarde, cuando, tratando de conciliar el sueño, escuchó unos ruidos extraños que parecían provenir de la planta inferior.

Frunció su ceño, al principio suponiendo que se trataba de su hermano mayor, por lo que sólo esperó a que cesaran, sin embargo eso nunca sucedió. Por más que esperó, nunca hubo silencio.

Soltó el peluche de elefante que su padre le había regalado semanas atrás y el cual se encontraba abrazando hasta ese momento, y luego quitó las sábanas que la cubrían, levantándose de su cama y saliendo de su habitación, temerosa al lograr diferenciar gritos y sonidos de cosas rompiéndose.

La ojiazul caminó sigilosamente por el pasillo que raramente se encontraba iluminado a esas horas de la noche. Por un momento, dudó en que si era buena idea seguir caminando para descubrir porqué tanto alboroto. Aún así, puso una mano en la baranda de madera y comenzó a bajar con lentitud los escalones, tratando de agudizar todo lo posible su oído para así darse una idea de lo que la podía estar esperando.

Una vez que llegó al primer piso, se percató de los pedazos de vidrio que habían en el suelo. Diferenció uno de los floreros roto a unos pocos metros de donde ella estaba. Se puso más nerviosa cuando logró reconocer la voz de su madre junta con la de una completa extraña. Ambas voces venían de la habitación que su padre solía usar como oficina

Sintió cómo su pulso se aceleraba con cada paso que daba, y hasta creyó que su corazón se le iba a salir de su pecho al diferenciar sangre en las paredes y lo que parecían ser unos cuantos casquillos en el suelo. Apretó sus labios en un intento de no entrar en pánico y respiró profundo para mantener la calma.

Llegó finalmente a la puerta cerrada que daba al estudio de su casa y llevó una mano hacia el picaporte de ella, siendo incapaz de escuchar la charla que parecían tener los adultos al otro lado. Quizás era el pánico del momento, o los nervios, o el miedo de que sus padres se encontrasen en una situación de vida o muerte. O quizás era todo eso junto. Empujó la puerta con lentitud y para su sorpresa, no se encontraba bajo cerrojo como esperaba.

Fue cuando su mente procesó lo que estaba sucediendo que deseó no haber presenciado la imagen en frente de sus ojos.

Comenzó a retroceder con lentitud sin quitar sus orbes azules de sus padres tirados en el suelo y suplicando por sus vidas, ambos con rastros de sangre en sus cuerpos y bañados en lo que parecía ser gasolina. Tomó una gran bocanada de aire al sentir que no podía respirar, que su respiración se volvía errática y sus latidos iban mucho más rápido de lo normal.

Su espalda chocó finalmente con la pared detrás suyo y ella intentó mantenerse de pie todo el tiempo posible, diciéndose internamente que debía hacer algo en vez de quedarse estática en su lugar. Pero por más que intentó calmarse, no lo logró.

Su mirada subió hacia la mujer joven que no debía pasar los treinta años, y quien se encontraba a tan sólo unos metros de sus padres, con una sonrisa de arrogancia. Sacó una caja de cerillos de su abrigo y la agitó como si fuese una especie de trofeo en aquel momento, sin dejar de sonreír y disfrutando del sentimiento de desesperación de los padres de la niña, ambos con sus manos y pies amarrados con una soga.

Y sin más, dio tres pasos hacia atrás y les arrojó un fósforo prendido.

La menor gritó con horror al ver cómo sus padres eran quemados vivos y la atacante lo presenciaba sin ningún sentimiento de culpa. No entendía cómo es que la mujer no se había dado cuenta de su presencia considerando que estaba a unos metros suyo y que había lanzado el grito más desgarrador de su vida, pero tampoco le importó tanto.

Pegó su espalda lo más que pudo a la pared, totalmente horrorizada sin dejar de observar a sus padres. De reojo, pudo ser capaz de reconocer la melena de la mujer que abandonaba la casa, saliendo a través de una ventana y sin importarle en lo absoluto los gritos de auxilio que daban los otros adultos.

Escuchó otros gritos cerca suyo, ajenos a los de ella y a los que daban sus progenitores en la habitación. Se vió obligada a despegar su vista de la horrosa escena al sentir su cuerpo siendo sacudido ligeramente y otra voz preocupada diciendo su nombre.

Y entonces, todo a su alrededor había desaparecido por completo.

La estancia en frente suyo estaba vacía y ordenada, sin rastros de destrucción y mucho menos fuego. El suelo estaba totalmente limpio; no habían casquillos, ni vidrios rotos, y mucho menos sangre. Sus padres no se encontraban amarrados ni en llamas como ella había visto segundos atrás. Los cuadros familiares tirados se encontraban perfectamente en el lugar de siempre. No había rastros de la mujer desconocida para ella y tampoco del cerillo que había tirado al suelo.

En cambio, las manos de su madre se encontraban en sus hombros en un intento de hacerla volver a la realidad. Su padre se encontraba observando con cierta lástima el jarrón roto a poca distancia de ellos, y su hermano mayor se encontraba bajando las escaleras con confusión y a la vez un poco adormilado por haberse despertado a aquellas horas de la noche.

Y ella se encontraba aún con su espalda pegada en la pared, con su respiración aigtada y una fina capa de sudor por todo su cuerpo, sin poder comprender qué es lo que estaba pasando.

—Inhala, exhala —le repetía su madre en frente suyo, sin quitar sus ojos de ella—. Cariño, respira hondo, estás bien. Estoy aquí contigo, ¿sí? Sólo respira.

La niña hizo caso a sus órdenes, y tomó una gran bocanada de aire por su nariz, para luego dejarla escapar con lentitud por su boca. Hizo aquello repetidas veces hasta que finalmente ya se encontraba calmada y todo rastro de angustia y desesperación se había ido por completo de ella. Miró por última vez a cada familiar a su alrededor para asegurarse que se encontraban bien, y se dejó caer al suelo.

Había sido una pesadilla, sólo una simple pesadilla que la había hecho caminar dormida por toda la casa al creer que era algo real.

O al menos, eso era lo que ella pensaba.

2| 𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒 ━ teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora