2| 𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒 ━ teen wolf

37 | PROBLEMS IN HEAVEN

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.⃗. 🍂 [ CAPÍTULO TREINTA
Y SIETE ] 𑁍ࠜೄ ･ﾟˊˎ
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©ᴍᴀᴅᴇʙʏsʜᴀᴡɴᴍɪsᴄʜɪᴇғ

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TAL Y COMO LO HABÍA PROMETIDO, ALANNA SE QUEDÓ EN LAS GRADAS EL RESTO DEL PARTIDO, lo que significó ver cómo el miedo y la ansiedad de Liam se podían ver reflejados en la manera en que jugaba. Hubo un momento en el que el beta de Scott se quedó simplemente parado en medio del campo y no hizo el intento de arrebatar la pelota o derribar al chico de Devenford que iba hacia él.

Aquella distracción y desconcierto por parte de Liam sólo hizo que la frustración y rabia de Finstock aumentase más. Y Alanna tampoco podía culparlo; el equipo de Devenford ya había anotado cinco veces y el marcador de su propia preparatoria seguía en cero. Devenford los estaba destrozando en el campo.

Por eso, después de que finalizó el partido, Alanna había esperado por lo menos unos treinta minutos antes de escabullirse por los vestidores de hombres en busca de Liam. Lo encontró sentado y jugueteando con la red de su palo de lacrosse, perdido en sus pensamientos hasta que levantó su cabeza y vio parada a la chica en frente de él.

—¿Quieres ir por unos helados? —propuso ella, sonriéndole ligeramente, para luego tomar asiento a su lado.

—No hice ningún punto —le recordó el beta haciendo un movimiento desinteresado con sus hombros.

—Pero no atacaste a nadie —indicó Alanna. Y a decir verdad, aquello era un gran logro si consideraban que en menos de veinticuatro horas iba a salir la luna llena. Aun así, Liam no dijo nada, por lo que Alanna soltó un suspiro y volvió a hablar—. ¿Qué sucede? Brett tuvo que derribarte para que espabiles.

—No lo sé —respondió mirando hacia el frente—. Los veo por todos lados.

—¿A quiénes?

—Los berserkers. En medio de los pasillos, mientras entreno, cuando me voy a dormir. Y casi siempre matando a alguien cerca —confesó con la cabeza gacha—. Y ahora Scott no apare...

—Oye, Stiles ya fue a averiguar, está allá junto a su padre, Helena y Blair —lo interrumpió Alanna suavemente—. Aún no nos escriben, así que no debe de ser tan grave como parece.

—¿Y si al final resulta siéndolo?

—Entonces encontraremos una manera de solucionarlo, como siempre hacemos —contestó con simpleza. La verdad es que no sabía a quien trataba de convencer con aquello; si a Liam, o a ella misma—. ¿Te ayudaría saber que yo también tengo alucinaciones de vez en cuando?