Capítulo 11

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- ¡No Rosé!, ¡No me rendiré hasta encontrarla!, no lo haré - Sollozó - Sé que ella está en algún lugar de esta ciudad, pasando frío, hambre tal vez, sé que ella aún sigue aquí, puedo sentirlo - Dijo en un susurro, abrazando a su amiga.

- Oh Lisa... - Rosé acarició su cabello, seguida de Jisoo, quien acarició la espalda de Lisa.

- Lisa, debes dejarla ir, probablemente ella nunca volverá, lo hizo por tu bien, ella sabe que puede lastimarte y no quiere hacerlo, deberías de estar feliz porque eso es amor de verdad - Trató de consolarla Jisoo, pero inmediatamente, Lisa se despegó del pecho de Rosé y la miró.

- ¡¿y a mí de que me sirve saber que lo hizo por amor verdadero?!, no la tengo conmigo para darle el amor que se merece de vuelta. Solo... Quiero abrazarla y decirle que la amo - Miró a sus amigas con esos ojitos llorosos qué ambas odiaban ver.

- Lisa... - Habló Jisoo, pero en seguida fue interrumpida por Lisa.

- Jisoo, Rosé, por favor, ayúdenme a encontrarla, la necesito, necesito saber si ella está bien, si no tiene frío o si está viviendo bien - Suplicó.

Ambas amigas se miraron y no tuvieron más remedio qué aceptar.

Habían pasado dos semanas desde que Jennie se fue, Lisa seguía queriendo encontrarla, pero por más que se desvelara caminado por las calles de noche, no conseguía encontrar a esa chica que amaba.

Lisa siempre qué salía de noche, lograba sentir esa sensación de ser protegida, de ser vista por alguien desde lo lejos y aunque tenía la esperanza de que fuera ella, jamás la vio por ningún lado.

Lo que Lisa no sabía, es que Jennie la seguía desde las sombras, jamás la dejó sola, siempre estaba ahí en el techo de algún edificio viéndola caminar y sonriendo cada vez que Lisa se tropezaba con algún objeto en su camino.

Sigue siendo torpe...

Jennie amaba a Lisa y era por eso que no podía estar con ella. Jennie era un ser inperfecto, que mataba personas para poder sobrevivir, Lisa no merecía eso.

Jennie dejaría a Lisa ser feliz con alguien más pero era incapaz de dejarla sola por las calles, de dejarla indefensa, seguirla no causaría ningún problema ¿o sí?.

Aunque Jennie estaba cada vez peor, no paraba de asegurarse de que Lisa estuviera bien.

×××××

Era una noche fría, como siempre, Lisa regresaba a casa después de un largo día buscando y no encontrarla por ninguna lado.
La nieve se hacía camino entre las calles, casi era navidad y Lisa no podía evitar pensar en cuanto le encantaría estar con Jennie ese día y darle probablemente su primer regalo de navidad.

Caminaba lentamente, viendo como sus pies aplastaban la nieve blanca. Las calles estaban solitarias como la mayor parte de las veces, así que confiada, comenzó a saltar en la nieve, hundiéndose por completo.

Rió demasiado fuerte, su voz salió con una pequeña carcajada, viendo como sus piernas estaban totalmente dentro de la nieve.

Jennie la veía de lejos, sonriendo por las ocurrencias de Lisa. La amaba tanto.

Lisa dejó sus risas a un lado y caminó hacía su casa, ni siquiera se había dado cuenta de que ya estaba a unas cuantas casas de llegar a la suya.

Jennie como siempre la siguió, asegurándose de que esta llegara con bien a su destino.
Caminó con cautela, siguiendo los pasos de Lisa a lo lejos, con cuidado de que no la viera.

Lisa sacó las llaves de su casa de su bolsillo, buscó la correcta y la introdujo en la cerradura, cuando de pronto, escuchó los pasos de alguien, se giró y ahí estaba ella, la chica de piel pálida y rasgos felinos.

Abrió los ojos como platos al verla ahí, parada viéndola con sus ojos de gato.

- Jennie - Susurró.

En cuanto habló, Jennie trató de correr, pero Lisa decidió qué no la dejaría ir de nuevo, esta vez luchará por ella.

- ¡Jennie, espera! - Exclamó corriendo hacía ella.

Jennie corrió pero la mano de Lisa en su muñeca la detuvo.
Bajó la cabeza y evitó ver los ojos de Lisa, sabía que si lo hacía, no podría irse de nuevo.

- Jennie, mírame - La mano suave de Lisa tomó la mejilla fría de aquella chica.

Jennie subió la mirada y vio esos ojos qué tanto extrañaba mirar de la cerca, contemplar ese color miel en sus pupilas, sentir su tacto rozando su piel, su aliento fresco chocando en su rostro y esos labios qué sabían tan bien.

- N-No puedo creer que seas tú - Sonrió soltando una lágrima.

- Lisa, déjame ir - Susurró Jennie, luchando consigo misma para no quedarse ahí.

- Jennie, mírame, dime que no me amas, dime que no sufres por esto también, si lo dices mirándome a los ojos... Entonces, te dejaré ir - Habló con la voz entrecortada, esperando una respuesta qué no le rompiera el corazón.

- Lisa, no soy buena para ti, entiendelo, tu y yo no vamos por caminos iguales, ni siquiera similares, no estamos destinadas a estar juntas - Explicó.

- Jennie, sé que tú eres diferente, lo sé y ¡maldita sea!, desearía qué no fueras necesaria para mi vida, desearía poder vivir sin ti pero simplemente no puedo - Acarició el cabello de Jennie, ganándose un suspiro por parte de esta - Cuando haces caras como esas, cuando me regalas tus suspiros y pucheros, me haces sentir viva y me haces pensar que eres la cosa más perfecta de este mundo tan imperfecto, tu y solo tu me haces despegar los pies del suelo, me haces volar. De verdad te amo Jennie - Y sin más, los labios de ambas se juntaron.

Un beso lleno de ternura, de pureza y de verdadero amor, se amaban y aunque ambas sabían que el futuro no sería nada fácil, ambas querían enfrentarlo juntas, amarse hasta el final y después saber que pasaba, por ahora solo importaba el echo de que estaban ahí, disfrutando de esos besos, de la boca de la otra, probando canda rincón de sus lenguas. Amándose hasta el final de los tiempos.

✞︎𝔳𝔞𝔪𝔭𝔦𝔯𝔢✞︎ ( Reescribiendo )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora