Todo se detuvo 23

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Después de que el funeral termino y todos se retiraron del cementerio yo me quede ahí, le pedí a Alfred que me dejara solo ahí y lo hizo. Necesitaba un momento, sentía la culpa hacer pesar mi cuerpo, mi conciencia remorderse y mi corazón partirse, había acabado con la vida de mi hijo, de Richard y sus hijos, mis nietos. No era alguien que llorara, pero en ese momento sentía mis ojos picar ante ante la impotencia de hacerlo, por que deseaba hacerlo, pero mi espíritu y mi necedad de mostrarme inquebrantable me lo impedía.

Mis manos ahora estaban manchadas de su sangre y de esos pequeños seres.

— Bruce

— Clark — lleve una de mis manos a mi rostro para pasarlo por el y limpiar cualquier rastro de humedad en mis ojos e intentar borrar esa triste expresión de mi rostro.

— Lo lamento, Richard era un buen chico, un gran héroe — dijo quedando detrás de mi a tan solo pocos centímetros.

— Es mi culpa... es mi culpa que él este ahí — dije agachando un poco mi cabeza y sintiendo el inmenso nudo en mi garganta al decir esas palabras, por que así era, esa era la verdad, y es que la verdad duele, quema, lastima y devasta todo a nuestro alrededor.

— Eso no es cierto, tú intentaste salvarlo, pero...

Me volteé para poder verlo y tomarlo del abrigo negro que usaba — ¡Es mi culpa Clark! ¡Es mía! ¡Yo le puse esa capa en los hombros y metí esos ideales en su cabeza! ¡Yo le dije que podía ser un héroe, pero no le mencione los riesgos, el peligro! ¡Era un niño, un pequeño que lo había perdido todo! ¡Yo lo puse ahí! — grite, y las lagrimas finalmente cayeron por mis mejillas — era mi hijo... — pegue mi rostro a su pecho y en ese momento sentía sus brazos abrazar mi cuerpo, dándome confort y soporte y en ese momento bajo la lluvia cubriendo mis lagrimas, llore, me desahogue frente al hombre con quien nunca creí hacerlo.

Por que me sentía perdido y la culpa no me dejaría nunca, aquel remordimiento de no haber hecho nada, por que cuando mi arma corto su soga no fui yo quien se lanzo al vacío para intentar salvarlo, no fui yo quien intento atraparlo, sino él, yo simplemente me quede inmóvil y no hice nada. Y eso volvió a ocurrir cuando estábamos por traerlo aquí, yo debía llevar los ataúdes blancos, pero me paralice y Jasón lo hizo. Sus palabras resonaban en mi cabeza.

— Escondes algo Bruce y yo lo descubriré. Y puedo prometerte que no me detendré hasta cumplir mis palabras —

Las cosas que dijo en su discurso, eran ciertas yo no tenía el más mínimo derecho de estar ahí, sino aquel hombre que le había dado su deseo a mi hijo. Ahora había sido yo quien le arrebato todo en un segundo, y la culpa estaba ahí, mirándome fijamente, carcomiéndome lentamente, disfrutando de como en algun punto podría comenzar a retorcerme y doblegarme por ella. No debía ceder ante ella, era Batman y las personas me necesitaban, no podía quebrarme.

No debía hacerlo. Batman no podía hacerlo, pero si Bruce Wayne y en ese momento era él, y podía mostrarme vulnerable.

Ese día Clark no dijo nada, solo se quedo ahí, en silenció sin soltarme. Y yo me escondía, como el cobarde que era en ese momento al no querer afrontar la verdad, después de un tiempo mi cuerpo se sentía débil y mis ojos pesados por lo irritados y lo cansados del llanto, en algun momento debía dormirme y él me trajo a la mansión pues desperté horas después en mi cama. Baje al comedor y no había nadie más que Alfred esperándome con la cena, sus ojos al igual que los míos estaba un poco rojizos y el semblante abatido.


El crimen en Gotham siempre había sido una variante constante, pero nunca antes había sido nulo, siempre ocurrían pequeños crímenes o algunos incidentes, pero ahora parecía ser que los criminales se esfumaron. Durante un semana entera no ocurrió nada y eso mantenía más alertados a las personas, por que eso podía significar que estaban tramando algo grande, busque al Guasón en los escondites que conocía, pero nada, en Arkaham no había de igual manera incidentes, todos los criminares y reos no mostraban gran actitud y parecía que estaban sumidos en una extraña sintonía pacifica.

Cuando el carrusel se detuvo... [SLADIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora