encuentro en el fuego

EPILOGO

Ocho años después...

—¡Sug, Britt, apúrense! ¡Dale amor, que llegamos tarde!— gritó Santana desde abajo.

—¡Ya va!— respondió Britt riendo y alzando a su hija para bajarla de la cama.

—Mamá, ya tengo casi ocho, no hace falta que me bajes a upa, estoy grande— respondió revoleando los ojos.

—Siempre vas a ser mi bebé— le dio un beso en la cabeza— Baja así tu mami no nos extraña mucho a ambas.

Hoy la familia López-Pierce estaba invitada al cumpleaños número dieciocho de Nicolás, y a su vez a su graduación, ya que se celebraba el mismo día.

Ahora se estaban por dirigir a la escuela de su ahijado, y ambas estaban muy nerviosas.

Si bien ya eran unidas al chico, al pasar los años, lo hicieron mucho más, ya que sus hijas y él se quieren como hermanos.

Nicolás siempre las llama hermanitas y ellas, hermano mayor.

Cuando Sugar nació hace un poco más de siete años, el chico estuvo muy emocionado al igual que cuando se enteró del embarazo de Brittany, que se largó a llorar de felicidad. Y por supuesto se comportó de igual manera cuando nació Valerie hace cuatro años.

—¿Mami, por qué tenes la boca abierta?— preguntó Valerie mirando a Santana.

—Déjala Val, no ves que está mirando a mamá— respondió Sugar riendo.

Santana se rio por lo dicho por sus hijas, y es que tenían razón. Después de tantos años, la rubia seguía provocando la misma sensación en la latina, y la hacía quedarse embobada como desde el primer día.

Britt llegó a su lado, sin darse cuenta de cómo la miraba su esposa por estar pensando en lo orgullosa que estaba de Nicolás.

Cuando se dio cuenta de cómo la miraba Santana y de cómo sus hijas miraban a su mami, frunció el ceño.

—¿Tengo algo en la cara?— le preguntó a su esposa bromeando.

—Sos hermosa, mujer— respondió tomando su mano y dándole un beso en los nudillos— Me volves completamente loca.

—Lo mismo digo, morena— le guiño un ojo y alzó a su hija menor en brazos para irse hacia la escuela.

La ceremonia fue muy emocionante para todos los presentes, y las Brittana, junto a Marisa estuvieron llorando todo lo que duró.

Ver a Nicolás hecho todo un hombre las emocionó a las tres y las llenó de orgullo.

Cuando el chico las vio desde el escenario les sonrió con los ojos llenos de lágrimas y las saludó, haciendo que sus hermanitas lo aplaudan y griten su nombre.

Luego, se dirigieron al festejo del cumpleaños del chico, donde habían más invitados.

Primero estaban las Faberry, quienes se habían casado hace nueve años y tenían a unas hermosas mellizas de seis años, llamadas Beth y Shelby.

Mientras que Rachel seguía siendo la jefa de cirugía cardiotorácica, Quinn se había convertido en la capitana de la estación veintidós, dejando como teniente a Finn.

Finn y su esposa, seguían teniendo una hermosa relación, y además de tener a Lucas, también tuvieron hace cinco años a una preciosa hija, llamada Tina.

Emily y Hanna se casaban dentro de poco. Si bien estaban comprometidas hace algunos años, nunca pudieron casarse por distintos motivos que tuvieron a lo largo de su relación, pero dentro de dos meses se casarían. Ellas tienen un hijo de cuatro años llamado Ezra.