Capitulo 16

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Al otro día Santana se despertó y se encontró atrapada entre los brazos de la rubia, lo que la hizo sonreír. Y aunque deseaba quedarse todo el día así, abrazada a ella y contemplando su belleza, tenía que ir a ver si Nico se despertó.

Se levantó despacito para no despertar a Britt y fue hacia la habitación del chico, quien recién se despertaba.

—Hola, Tana— sonrió mientras se estiraba.

—Hola campeón— sonrió y se acercó a desordenarle el pelo— ¿Cómo dormiste?

—Bien ¿Y vos?

—Súper— respondió recordando que durmió con la rubia— ¿Queres desayunar acá o vamos a algún lado?

—Mmm salgamos.

—Okey, entonces salimos. Dúchate y vamos.

—¿Puede ser después?

—No no— respondió riendo— Anda a bañarte—estaba por salir de la habitación pero antes agregó— Y hoy tenemos una invitada.

La latina salió de la habitación del chico y fue directo a la suya, donde encontró a la rubia quien recién se despertaba, estirándose para poder levantarse.

A Santana le asustó lo que esa imagen le generó.

Ella nunca se había enamorado, entonces no sabía cómo se sentía estarlo.

Pero sentía que quería ver esa imagen cada día de su vida, y dormir con ella cada noche en sus brazos.

Mierda.

—Buen día dormilona— se apoyó en el marco de la puerta para seguir contemplando la vista— ¿Cómo dormiste?

—Buen día— respondió sonriendo cuando vió que la latina se acercaba a ella y se sentaba a su lado en el borde de la cama— Perfectamente. ¿Vos?

—Perfectamente también ¿Cómo no hacerlo si dormí con mi doctora preferida?— dijo sonriendo y la rubia se sonrojó.

—¿Nico despertó?

—Si y quiere ir a desayunar, así que te aconsejaría levantarte— le acarició la mejilla y luego le dió un beso en ese mismo lugar— Me voy a bañar rápido así cuando salgo podes hacerlo si queres.

La rubia solo asintió y la latina se fue a bañarse.

Britt se quedó acostada mirando el techo y pensando en lo bien que duerme al lado de Santana.

Estar con ella la hacía sentir muy bien y cuando miraba a sus ojos oscuros se quedaba totalmente hipnotizada y se olvidada de todo lo demás.

Pero había un problema, y es que ella se estaba por casar con un hombre que siempre la apoyó y cuidó, pero que no ama, por que si lo amaría, no lo hubiera engañado.

Se acordó la cara que puso la latina anoche cuando contó que habían cancelado la fecha de matrimonio y sonrió como tonta.

Sabía que Santana se sentía de la misma forma para con ella. Y es que no solo entre ambas había una fuerte atracción y deseo, sino que también se podía ver que se tenían un gran cariño.

—¡Britt!— entró Nico corriendo y saltó sobre ella en la cama riendo— ¡Sabía que eras vos la invitada que dijo Tana!

—Hola campeón— contestó riendo mientras lo abrazaba— ¿Te pone contento eso?

—¡Si! por un momento pensé que era la tía Quinn, pero mejor que seas vos, te extrañaba.

—¿Tía Quinn, eh?— rió— Yo también te extrañaba.

encuentro en el fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora