𝒴 || ❝ you are the music in me. ❞
𝗟𝗔 𝗩𝗜𝗗𝗔 monótona de Yuki se ve
levemente alterada, con un par de
cambios en su círculo social y su
forma de vida cuando, como si
fuera por obra del destino es soco-
rrida por e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
mayo, año 2002
Un anochecer de verano cerca de la costa realmente terminaba por ser algo bastante agradable, sobretodo si tenías la oportunidad de vivir un momento como aquel con un grupo de amistades, donde pre-adolescentes que solamente buscan diversión y se despreocupan de sus vidas estudiantiles pueden ser felices. Aquel era el caso de Hanagaki Yuki en ese entonces, quien había decidido realizar una escapada junto a su grupo de amistades de la escuela media, su primer año allí, todos apenas conociéndose a principios de año si es que tenían la suerte de aquello, mientras que el resto se veía obligado a formar amistades desde cero.
Cinco jóvenes apreciando la puesta de sol a un costado de la carretera, con la playa a tan solo unos metros: un aparato reproductor a su máximo volumen con algo de música del momento, un par de gaseosas y frituras los acompañaban para disfrutar de esa escapada de tarde-noche que estaban teniendo. Probablemente serían regañados por sus padres después, porque los peligros para volver a casa solos eran tremendos, pero corrían la suerte de que era verano; las familias tendían a tener paseos hasta tarde, por lo cual, las calles estarían concurridas hasta altas horas.
—Esto es como estar en el paraíso, ¿a que sí? —consultó el más joven del grupo, un muchacho llamado Oliver, quien había venido de intercambio desde los Estados Unidos por dos años debido a sus sobresalientes en primaria, y había sido bien recibido por aquel grupo que apenas y se había formado. Su comentario recibió la razón por los cuatro restantes, quienes disfrutaban de las vistas como si fuera la joya más preciosa que pudieran apreciar en sus vidas, como si aquel momento no fuese a repetirse otra vez.
—Es asombroso... y es mejor aún poder compartirlo con todos ustedes. Es como un sueño hecho realidad —comentó ahora Kaji, quien era el mayor del grupo aunque poseía la misma edad que los demás: un muchacho de cabello rubio casi platinado que se había vuelto bastante popular, y que llevaba un piercing en la nariz "ilegalmente", pues solía esconderlo de sus padres, quienes le darían la regañada de su vida si supieran que su adorado hijo se realizó una perforación en la piel.
—Que dramático eres, ni que fuera la última vez que podamos hacer algo como esto, ¿eh? —le siguió divertida la única chica entre los presentes, bebiendo un poco de su gaseosa de naranja, para luego dejar caer su cuerpo hacia atrás en aquella pequeña colina de césped, manteniendo sus ojos en el degradé que formaba el cielo ya ausente de luz solar, pudiendo apreciar el punto en el que los colores anaranjados con los azulados de la noche se mezclaban.
—Como sea, ¿para qué querías que nos juntáramos con tanta urgencia, Oliver? —decidió preguntar esta vez Ryounosuke, a quien sus amigos decidieron apodar Ryo ante la longitud de su nombre, un joven de cabellos castaños que se dejó crecer de un largo hasta la altura de los hombros, utilizaba gafas redondas de marco azul y poseía la piel más bronceada que los de su grupo. También conocido como el muchacho más guapo de la clase 2 de primer año según los rumores, los cuales fueron corroborados por la perspicaz Yuki al ser alguien bastante silenciosa fuera de su círculo de confort.
