𝒴 || ❝ you are the music in me. ❞
𝗟𝗔 𝗩𝗜𝗗𝗔 monótona de Yuki se ve
levemente alterada, con un par de
cambios en su círculo social y su
forma de vida cuando, como si
fuera por obra del destino es soco-
rrida por e...
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octubre, año 2005
—¿Para qué me citaste aquí?
—Sí, buenas noches para ti también.
El adolescente de cabellos tan negros cual hébano de una ventana dejó que una risa que podía llegar a rozar lo tan llamado refinado escapara de sus labios antes de que su espalda hiciera contacto con la pared de ladrillos que se encontraba junto a él, para de esa forma poder tener su completa atención en la muchacha que yacía de pie frente a sí mismo con su espalda bien erguida, sus manos entrelazadas frente a su cuerpo y lo que parecía ser una guitarra dentro de su respectivo estuche colgando de sus hombros gracias a las correas del objeto.
Los ojos grises del delicado rostro de la chiquilla ubicada frente a su cuerpo lo observaban atentamente sin decir palabra alguna en ese preciso momento: probablemente estaba esperando a que el adolescente decidiera dejar de lado aquella mala costumbre de no saludar correctamente y se dedicara a decir aunque fuera un mísero "hola", o podía ser también que estuviese reuniendo valor para poder decir lo que sea que fuera tan importante como para haberlo llamado en ese preciso instante, justamente antes de una reunión importante que tenía con su pandilla: la Tokyo Manji.
Aquella que, para su desagrado, no era lo mismo que hasta hace dos meses. En tan solo dos meses había cambiado completamente el ambiente tan familiar y tan cálido que Baji Keisuke podía sentir en ese círculo que consideraba una familia, pues con la partida de cierta persona todo se había ido a la mierda, y él lo sabía. Claro que lo sabía.
—Creo que es momento de dejar esto hasta acá.
Y a pesar de que él mismo hubiese estado pensando en ello hasta hace unos pocos días al darse cuenta de que las cosas ya no eran como antes para él y para Hanagaki Yuki, las palabras tan directas de la chica con ojos grisáceos frente a su persona le habían caído tan abruptamente cual balde de agua fría en medio de un resfriado: así de mal le había sentado aquella declaración, pues lo había tomado en un mal momento para sí mismo.
El silencio los envolvió otra vez por un corto período de tiempo, ya que Baji no encontraba en ese preciso momento las palabras correctas para responder ante el petitorio femenino: quería respetar su decisión a base de que él también estaba de acuerdo con ello, más aún así, le hubiera gustado disfrutar aunque sea un poco más de y con ella. Dejar que esos últimos días de paz que parecían rodearlo, pudiera pasarlos sin preocupaciones extras y junto a las personas que más necesitaba y apreciaba en ese momento: su buen amigo Chifuyu, su madre, y su amante Yuki. Para él no era un secreto que tiempos oscuros se avecinaban hacia la ToMan tarde o temprano, que el foco principal de la pandilla que había formado junto a sus amigos cambiaría radicalmente, y que aquella "nueva era para los delincuentes" que él junto a su amigo Mikey habían anunciado, no sucedería según lo planeado.
