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MANJIRO & YUKI

junio, año 2003

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junio, año 2003

  Probablemente la manera en la que Yuki conoció a Manjiro fue la forma más convencional en la que una persona común y corriente como ella, una joven en su pre-adolescencia con una vida que calzaba dentro de lo cotidiano y lo normal, haya podido calzar con un delincuente juvenil como lo era Sano Manjiro, un niño buscaproblemas que peleaba para defender su propiedad o si alguien deseaba buscar pelea con él: no se molestaba en demostrarle a cualquiera que era mucho más fuerte de lo que una persona pensaría de él al verlo por primera vez.

  Iban a ser las ocho de la noche. Lo suficientemente tarde como para que el cielo comenzara a tornarse oscuro y los faroles de las calles se encendieran, permitiendo que la luz de la luna no fuese la única acompañante que brillaba para iluminar el camino de las personas que circulaban por las calles a estas horas. Yuki junto a su mejor amigo Atsumu, ambos con trece años, abandonaban la residencia de su amigo Ryo, lugar en el que se habían juntado para realizar un trabajo en grupo de la escuela que les había tomado más tiempo del debido, y los padres del mayor no se encontraban aún en casa como para despachar a sus amigos hacia sus respectivas casas.

  Como consecuencia de esto, ambos aún iban con el uniforme de su escuela: siendo temporada de primavera casi verano, era usual que sus uniformes no fueran tan abrigados como de costumbre, por lo que a modo de consecuencia, no llevaban alguna chaqueta para resguardarse del frío de la noche que los envolvía, creyendo que podrían regresar a sus hogares más temprano. Pero no fue así, y ahora ambos se encontraban frotando suavemente sus brazos descubiertos con sus manos para tratar de transmitirse algo de calor debido a la fría ventisca que solía haber durante las noches en esas épocas.

  Los días estaban llenos de calor. Pero las noches eran muy frías.

  —¿Crees que logremos tomar el último tren? —cuestionó el joven de cabellos azabaches mientras observaba a la lejanía las vías del metro que pasaban por el centro de la calle principal. Aunque se veían cercanos, realmente les faltaban unas buenas cuadras de caminata para llegar. Y si corrían la suerte suficiente llegarían a tiempo, antes de que el último tren que los llevaría hacia el centro de Shibuya, pasara.

  —No estoy segura. Debería pasar en menos de... —su frase quedó a la mitad cuando empezaron a escuchar a la lejanía la bocina que emitía el tren, avisando que estaba llegando a la estación. Un pesado suspiro emanó de los labios femeninos cuando el vagón principal apareció en su campo de visión, como si fuera una luz en medio de la oscuridad recalcándole que aquella era su meta, ese era el lugar que debía de alcanzar.

  Pero al cual lamentablemente, no llegarían a tiempo ni aunque corrieran para llegar a la estación.

  —Y... nos tocará tomar el bus otra vez —refunfuñó el muchacho mientras hacía un pequeño puchero con sus labios.

𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐔𝐒𝐈𝐂 𝐈𝐍 𝐌𝐄 || baji keisukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora