¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Te atragantaste con el agua que estabas bebiendo, escupiendo el líquido de manera exagerada, incluso mojando un poco a Kisaki que estaba sentado a tu lado, las fuentes deberían tenerte envidia por semejante espectáculo.
─¿¡Que has hecho qué!?
Azotaste la mesa inclinándote hacia la cara de Hanma, que tenía una sonrisa de autosuficiencia imborrable, el muy miserable acababa de confesar que te había apuntado al concurso de patinaje sin tu permiso, lo peor es que era hoy por la tarde-noche, así que tampoco estabas muy preparada aunque quisieras ir.
Realmente no te disgustaba la idea por muy repentina que fuese así que terminaste aceptando, sin embargo decidiste no contarle nada a tus padres sobre esto, los querías mucho pero no querías tenerlos como paparazzi tomando fotos de cada movimiento que hicieras, además de que si estos dos se encontraran con ellos la cosa no saldría muy bien, no sería la primera vez que tus padres se encuentran con Kisaki o Hanma, digamos que es mejor que no estén en la misma sala por mucho tiempo.
El resto del día estuviste bastante impaciente, los nervios a flor de piel a pesar de que no era nada serio, pero para ti era como si te judgaran en silencio, cosa que realmente harían cuatro jueces, aunque no fuese nada profesional no importaba, ibas a estar nerviosa como si fuera el examen más importante de tu vida. Eras una completa explosión de nervios cuando se trataba de estas cosas.
Trataste de relajarte lo máximo posible, escuchando música, tomando alguna rara infusión que tenía tu madre por ahí, haciendo cosas que pudieran distraer tu mente hasta que unos toquecitos en la ventana llamaron tu atención, era la hora de irse, asentiste hacia el chico que golpeó tu ventana, saliendo por la puerta como una persona normal, saludando a tus amigos que te acompañaban.
Eran tan buenos amigos que no pararon de decirte cosas para que estuvieras más nerviosa, ambos terminaron con un buen golpe en la cabeza cuando ya empezaron a hartarte, esto junto con algunas quejas de tu parte sorprendentemente logró que algo de tu ansiedad disminuyera. Tal vez encontraste un buen remedio contra tus nervios el golpear a personas, más en concreto a aquellos dos idiotas.
Ya no hubo vuelta atrás cuando entraste en los vestidores, mirando por última vez a los chicos con una pequeña sonrisa. Sin dudar mucho cambiaste tus zapatos, mirando como un par de chicas y otro chico hacían lo mismo que tú, seguramente también apuntados al concurso.
No tardasteis mucho en salir a la pista, y que decir, mientras estabas moviendo los pies tan solo podías concentrarte en hacer las pequeñas acrobacias de manera decente, te olvidaste por completo de los jueces o de como tus amigos grababan esperando una caída graciosa, pero te fue bastante bien, los demás participantes también lo hicieron genial, pero al parecer se tendría que celebrar otra vez, ya que una chica y tú habían quedado en la misma posición como ganadoras, realmente pensabas ceder el premio pero te gustó tanto la experiencia que decidiste que venir otro día no estaría tan mal, solo por la experiencia.
Estos pensamientos fueron los contrarios a tu rival, que más que disfrutar estaba furiosa por no haber conseguido el primer puesto, más bien al ver como alguien tan mediocre como tú había llegado a su nivel ─que tampoco era la gran cosa, pero tenía muy subido los halagos de los demás─ pretendía salirse con la suya y ganar ese premio costara lo que costara.
─Vaya, ha sido una pena no verte en el suelo.
Te mofaste de Hanma recordando que él mismo se cayó el otro día, provocando que Kisaki se burlara de él, empezaron una pequeña discusión que te hizo reír por lo bajo, negando de manera divertida regresaste a los vestidores para cambiarte, tus amigos no tenían solución cuando empezaban sus tontas peleas verbales.
Tarareaste aquella canción que tenías atascada en tu cabeza hasta que alguien te sacó de tu mente con unos chasquidos de dedos, al alzar la mirada te encontraste con la chica con la que empataste, tenía una sonrisa amable durante los primeros minutos en los que hablasteis sobre vuestra experiencia participando, pero tomó una expresión más seria, todo tu cuerpo se tensó al escucharla por última vez, con una sonrisa cínica mientras que lo que parecían sus amigos entraban en la sala.
─Realmente eres una chica linda, una pena que solo yo vaya a obtener el primer premio.
Su cara estaba a escasos milímetros de la tuya, sin tiempo a reaccionar levantó tu mentón, cerrando el espacio que os separaba a ambas en un beso bastante duro para ti, tus labios no se movieron ni un solo palmo tan solo cuando sentiste el sabor metálico en tu lengua, te había mordido al separarse de ti, aún con una sonrisa en la cara.
─Hacedlo.
Te apresuraste a esquivar las manos que trataban de atraparte, pero fue en vano pues todavía no habías terminado de cambiar tus zapatos, todo fue tan rápido e inesperado que apenas sentiste el dolor en tu pierna hasta que te quedaste sola en la sala, tu cerebro asimiló el estímulo mucho después del suceso, pero fue igual de doloroso.
Lágrimas se escaparon de tus ojos de manera descontrolada, impregnándose en tu camisa mientras tratabas de aguantar el insoportable dolor en tu pierna, que apenas podías mover. Sin aviso tus amigos entraron ─aún discutiendo levemente─ al ver que tardabas demasiado en salir, la escena les dejó completamente descolocados, sobre todo cuando tu mirada estaba oscurecida como si tus ojos no tuvieran vida.
