Capítulo n. 7,
D E S A H O G O
Otra vez, la luna brillaba en todo su esplendor al igual que las estrellas, a pesar de que la brisa era tranquila tú no estabas para nada acorde al bonito ambiente nocturno que tanto te gustaba disfrutar. Te empezaron a doler las manos y los brazos porque no paraste de caminar hasta que no te sentiste tan mal, aún así lo único que disminuyó fue tu paso porque tu rabia seguía dentro de ti.
No sabías a donde ibas, reconocías las calles por supuesto pero no estabas yendo a un lugar en concreto, te dejaste llevar cada vez acercándote más a las voces de lo que parecía ser un grupo de chicos, no querías meterte en problemas, era lo menos que querías hacer pero viste a un grupo de tres golpeando a otro tipo que parecía indefenso. Tenías mucho que liberar, tu mente estaba completamente nublada cuando te acercaste al grupo.
No parecieron notarte, más concentrados en pegar patadas al rubio tirado en el suelo que a tu presencia, te apoyaste con tu pie bueno, haciendo que tus muletas chocaran entre sí, ahora llamando la atención de los otros tres adolescentes.
─¿Huh? ¿Quién diablos-
El cuerpo del chico se estampó contra el suelo del muletazo que le pegaste, tu respiración estaba entrecortada por el simple hecho de haber hecho aquello, tus mejillas se empaparon de lágrimas, de todo lo que llevabas aguantando y de disculpa por haber golpeado a aquel tipo impulsivamente.
─Mierda- yo no- ¡lo siento, lo siento!
Retrocediste al ver a los otros dos caminando hacia ti, tu pensamientos comenzaron a ir y venir, no podías enfrentarte a dos, tampoco es que quisieras, pero ya te habías metido en esta situación, así que no vacilaste cuando le diste con la muleta en la espinilla a uno de ellos, retrocediste cojeando para golpear al otro, pero pudo parar tu ataque con facilidad.
─No voy a dejar que una puta lisiada me golpeé, no me valen tus disculpas de mierda.
─¡Oye! ¡Yo soy tu contrincante!
Al parecer el rubio que estaba siendo pateado tuvo el coraje de salir en tu defensa, abalanzándose sobre ambos chicos, pataleando y mordiendo como un crío, pero no eras nadie para criticar los métodos de lucha de nadie, al menos lo sostuvo el suficiente tiempo como para que pudieras golpearlos solo para dejarlos inconscientes como el primero al que le diste un muletazo.
─¿E-estás bien?
─Eso debería preguntártelo yo a ti ¿no? Eras tú el que estaba recibiendo una paliza...
Ambos descansasteis en un banco cercano, lo suficiente alejado como para que esos tres tipos no pudieran buscaros, por suerte había un pequeño mercado abierto las veinticuatro horas, así conociste a Takemichi y le ayudaste a curar sus heridas, después de una charla de unos minutos se marchó advirtiéndote de que era tarde y tú también deberías regresar a casa.
No querías irte, a pesar de tener una chaqueta, bueno, después de todo este tiempo no te habías dado cuenta de que en tu momento de furia saliste a la calle con el pijama, por lo menos no fuiste la única que no se dio cuenta, los adolescentes tampoco parecieron fijarse en eso, lo cual agradeciste. El problema es que comenzaste a temblar por el frío de la noche, aún así decidiste abrazarte a ti misma queriendo aclarar tu mente un poco más y seguramente llorar otro poco para desahogarte.
─Espero que esto te ayude a no meterte con las personas que no debes.
Hanma escupió a la persona que había terminado de golpear, bueno, más como al grupo entero de hombres y mujer, por supuesto, no haría discriminación hacia las personas que habían herido a alguien importante para él, después de todo, él era un monstruo y podía tomar las represalias que quisiera cuando quisiera.
Encendió un cigarro admirando lo silenciosas que habían quedado las calles después de los jadeos y lloriqueos de aquel grupo, una sonrisa de completa satisfacción decoró su cara.
─¿Ya has terminado?
─Trabajo hecho, mmh, creo que hay un veinticuatro cerca de aquí ¿vienes?
Kisaki negó ante la propuesta del chico, ya había pasado mucho tiempo buscando información y chantajeando gente para encontrar a los tipos que te rompieron la pierna, quería seguir con otras cosas, simplemente seguir con la destrucción total de Toman. Hanma se encogió de hombros despidiéndose con un vago movimiento de mano, llegó a la tienda, compró otra cajetilla de cigarros junto con algunos dorayakis.
Pensaba marcharse a casa, dando por acabada la noche, una bonita noche si se lo preguntas, recordar los gritos de sus victimas le hacía sonreír como si fuera el recuerdo más feliz que podría tener, la clemencia solo podía mejorar su estado de ánimo. Estado de ánimo que se fue a la completa mierda cuando sus ojos captaron una figura conocida tiritando en mitad de la noche con los ojos llorosos, por mucho que su mente tratara de empujar esos pensamientos, su corazón se estrujó al verte así.
Se acercó con pasos acelerados y silenciosos, quitándose la chaqueta blanca tirándola para que tapase tus muslos, inmediatamente se encontró con tu mirada, se enfureció al verte así.
─¿Alguien te ha hecho algo?
─¿Hanma? ─te sorprendió verlo ahí, pero simplemente no le diste mucha importancia, siempre aparecía en los momentos más aleatorios─ No, no... yo me metí con unos tipos, les pegué con las muletas hasta dejarlos inconscientes, me siento tan mal.
─¿Que tú qué?
Se sentó a tu lado riéndose a carcajadas al escuchar tu pequeña aventura nocturna, hombre, escucharte hablando sobre que te arrepentías de golpear a unos tipos fue increíble, sin duda le gustaría verte pateando algunas personas, para él sería jodidamente caliente verte hacer eso, mentiría si lo negara.
La charla te ayudó a liberar tu malestar, aunque claramente tuviste que contarle sobre tu castigo y lo peor de todo, tu mudanza, no sabías si se le afectó o no, porque su cara siguió impasible cómo siempre, lo cual te entristeció un poco, tal vez él no te echaría de menos como tú a él, pero tenías que vivir con eso.
Te acompañó a casa porque te estabas muriendo de frío, sí, el idiota se burló de ti por salir en pijama, pero al menos fue considerado y te cargó en su espalda para llegar más rápido, no querías despedirte de él y no querías entrar a casa porque viste que la luz del salón estaba encendida, pero tenías que afrontar tus actos, así que te despediste con un abrazo apretado y abriste la puerta esperando lo peor.
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𝗠𝗼𝗻𝘀𝘁𝗲𝗿 𝗔𝗺𝗼𝗻𝗴 𝗠𝗲𝗻┃Shuji Hanma
FanfictionShuji Hanma x fem!reader Donde cruzas caminos con un delincuente sin saber cuando serán correspondidos tus sentimientos. ⁿⁱⁿᵍᵘⁿᵃ ᵈᵉ ˡᵃˢ ⁱᵐᵃ́ᵍᵉⁿᵉˢ ᵐᵒˢᵗʳᵃᵈᵃˢ ᵉⁿ ᵉˡ ˡⁱᵇʳᵒ ᵐᵉ ᵖᵉʳᵗᵉⁿᵉᶜᵉ, ᵃˡ ⁱᵍᵘᵃˡ ᵠᵘᵉ ⁿⁱⁿᵍᵘⁿᵒ ᵈᵉ ˡᵒˢ ᵖᵉʳˢᵒⁿᵃʲᵉˢ ˢᵒⁿ ᵈᵉ ᵐⁱ ᵖʳᵒᵖⁱᵉᵈᵃᵈ, ᶜʳᵉ́ᵈⁱᵗ...