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Enterraste tu rostro en la mullida almohada de tu cama, ahogando tu llanto para que las otras tres chicas que tenías como compañeras de cuarto no te escucharan sollozar una de tantas noches. Habían pasado aproximadamente dos meses desde que estás en la academia privada, y todo era horrible.
No horrible en cuanto a la institución y sus personas, de hecho, las monjas fueron bastante amables al igual que tus compañeras de clase o cuarto, lo que fue horrible fue el proceso de adaptación ─por el cual todavía estabas pasando─ a pesar de la amabilidad de todos en el lugar, no pudiste encajar tan bien como te gustaría, no tenías las mismas amistades que en tu antiguo colegio, tal vez solo estabas siendo muy quisquillosa por el hecho de que necesitabas un poco más de tiempo para tomar más confianza con las personas de aquí, pero sentiste que no era igual.
Echabas de menos a tus amigos, tu antigua rutina, hornear junto a tu madre y una larga lista de cosas que parecía no tener fin. Lo que más te molestó fue la privación del móvil, solo os dejaban usarlo en fin de semana, pero lo peor fue comenzar a darte cuenta de que dos de tus mejores amigos habían dejado de responder a tus mensajes, Hanma y Kisaki, pareciera como si hubieran desaparecido de la faz de la tierra, sin dejar rastro ni pista, pensaste que podías continuar manteniendo el contacto con ellos, aunque fuera mínimamente, pero parece que estabas muy equivocada.
¿Habían borrado tu número? ¿Por qué lo harían? ¿Estaban enfadados contigo? No entendías el por qué de sus acciones, fuiste tan paranoica que incluso pensaste que habían muerto por culpa de una de sus afiliaciones con criminales. Aunque descartaste esa opción cuando uno de tus otros amigos dijo que vio a ambos un día como si nada.
Así que eso era todo, tu relación con ellos se fue a la mierda por el deseo egoísta de tu padre por hacerte seguir un 'buen camino' alejada de 'corrupción y maltrato'. Entendiste que tal vez te querían fuera del panorama en el que se movían, fue una de las posibilidades que barajaste, pero si ese fuera el caso, estarías más que enfadada, entenderías su situación ya que también querrías alejarte de los peligros de estar relacionada con delincuentes, y a pesar de que por ese camino también terminarías perdiendo el contacto, definitivamente hubiera sido menos doloroso que simplemente ignorarte.
Pero ya no había nada que hacer, lo único que te quedaba era reconstruir tu vida social desde cero, porque a pesar de continuar hablando con tus otros amigos, no podías aguantar estar tan apartada aquí donde ni siquiera te dejan salir de la institución, y no podías cerrarte en banda a hacer nuevas amistades porque no podías vivir sin relacionarte un poco más que pequeñas charlas, necesitabas personas con las que compartir preocupaciones y alegrías como antes que no estén alejadas de ti.
Y realmente comenzaste a reconstruirte poco a poco, superando la puñalada de aquellos dos, hiciste nuevos amigos, tus notas comenzaron a volver a subir, aunque no fue todo un camino de rosas, experimentaste ─aunque a distancia─ el divorcio de tus padres, gracias a dios porque realmente no querías volver a tener contacto con tu padre, pensaste que al cumplir sus deseos ─obligación─ de irte a la escuela privada cambiaría su dura actitud hacia ti, pero fuiste demasiado inocente al pensar que algo cambiaría.
Tu madre sólo quería lo mejor para ti, así que fue ella la que comenzó con la separación, por suerte o desgracia, dependiendo del caso, la corte favorece a las mujeres cuando se trata de custodias de hijos, así que no terminaste el año tan mal, al menos ni tú ni tu madre volverían a aguantar la pasivo-agresividad de tu padre.
Tu vida comenzaba a tomar unos tintes más coloridos, eras feliz, aunque muy al fondo de tu mente, esos dos permanecían ahí, pero ¿qué necesidad hay de borrar buenas memorias? Aunque ya no tienes la misma relación, o directamente no tienes, no podrías olvidarlos así como así, y a pesar de haberte alejado de una manera brusca, esperabas que rectificaran sus acciones y vivieran una vida feliz.
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─Bueno ¿no es esto emocionante?
Hanma sonrió de oreja a oreja al ver la pistola que su compañero se guardó dentro de la indumentaria de Tenjiku, completamente deleitado ante la retorcida mente de Kisaki, cada vez le gustaba más este chico y sus métodos.
─Cállate, no hay nada emocionante en matar a alguien.
─Oh por supuesto que no, ¿no disfrutaste golpeando a Emma? La sonrisa de aquel momento me hace pensar lo contrario.
Kisaki miró con recelo al contrario, no diría que estaba orgulloso de matar a alguien, sólo fue la excitación del momento, la adrenalina de haber cometido tal acto, a pesar de unos días de reflexión no estaba especialmente feliz de terminar con la vida de alguien, al menos él mismo, preferiría no ensuciar sus manos, pero si era estrictamente necesario lo haría sin pensar.
Hanma solo pudo encogerse de hombros ante el silencio de su amigo, encendiendo otro cigarrillo mientras se recargaba en la pared de hormigón medio derruido de aquel edificio abandonado, sus ojos viajaron hacia el cielo estrellado de la noche, esperando a que el resto de miembros de Tenjiku se reunieran para tener una rápida reunión antes de la pelea de mañana, había estado tanto tiempo esperando esto, otra vez lucharía a puño limpio contra Toman, esperaba poder batirse nuevamente contra Draken, fue el único entretenido.
Su mente se apagó durante unos minutos, completamente sin pensamientos mientras miraba como algunas nubes ocultaban la majestuosidad de la luna, cosa que le trajo algunos recuerdos amargos a su memoria, tú, la última vez que se despidió de ti fue esa noche donde te encontró temblando de frío,y siempre tuviste esta costumbre de salir a dar paseos nocturnos, siempre tuvo curiosidad por saber por qué admirabas tanto la luna y siempre le respondías lo mismo, 'es bonita y es mucho más tranquilo de noche que de día, ¿necesito más excusas? Simplemente me gusta'.
Chasqueó la lengua haciendo una mueca, incluso podía escuchar tu voz revoloteando en su cabeza, que molesto, quería pensar eso, pero la verdad es que nunca pensaría que fuiste molesta en lo más mínimo, solo estaba enfadado consigo mismo pero no había nada que pudiera hacer, no tenía remedio ni podía retroceder en el tiempo.
─Espero que al menos seas feliz con alguien mejor que yo.
Pisoteó el cigarrillo ya consumido, murmurando, él podría ser la luna y a pesar de que a ti te gustase ese satélite, en su interior siempre pensó que te merecías un sol, mucho más brillante que él o su futuro.
