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Capítulo n. 4,

P A T I N A J E

Fue muy inusual en ti caminar por callejones casi intransitados, oscuros y tenebrosos, pero tenías una buena razón para hacerlo, encontrar el escondite de la pandilla de Hanma, Valhalla

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Fue muy inusual en ti caminar por callejones casi intransitados, oscuros y tenebrosos, pero tenías una buena razón para hacerlo, encontrar el escondite de la pandilla de Hanma, Valhalla. Si bien podías habérselo preguntado a tu queridísimo amigo, se hubiera negado a llevarte ahí, ya no solo porque no te gustasen las peleas, si no porque podías encontrarte con algún imbécil y no quería causar problemas internos. Otra opción que fue rápidamente descartada fue preguntarle a Kisaki, pero si se lo contabas, seguramente se lo diría a Hanma.

Así que, con algunas pistas por conversaciones entre aquellos dos, sacaste una zona por la cual merodear, pero era demasiado grande, no iba a ser tan fácil hacerte con la tuya. Al parecer la suerte te apuñaló directamente cuando notaste como un chico caminaba delante de ti, la cosa era que reconociste la chaqueta característica de Valhalla, comenzaste a seguirlo con la esperanza de que fuera a su guarida.

El pequeño problema es que no eras nada buena disimulando, menos cuando te creías una 'spy girl' siguiendo a un mafioso malvado, él no tardo en darse cuenta de que lo seguías, irritado por tu comportamiento se giró para enfrentarte, a pesar de que te escondiste en una esquina de la calle, pudo verte claramente.

─Seas quien seas, sal ahora mismo, sé que me estás siguiendo.

Te llevaste las manos a la boca como si fuera a causar algún efecto, pasaron unos cuantos segundos en silencio hasta que asomaste la cabeza por la esquina, sobresaltándote al ver al chico justo a un palmo de tu cara, él chaqueó la lengua con el ceño fruncido.

─Maldita sea ya tengo hasta acosadoras...

─¿Eh? ¡N-no espera! ─Te agarraste a su chaqueta porque se estaba marchando, era tu única oportunidad para llegar a la guarida─ Solo quiero llegar a Valhalla.

Tus palabras hicieron que se detuviera, mirándote como si estuvieras loca, a lo que sonreíste tímidamente rascándote la nuca. 

─¿Por qué alguien como tú estaría buscando un lugar así? no tiene sentido.

Se dio la vuelta dispuesto a irse, pero nuevamente le agarraste para detenerlo, ahora corriendo para quedar justo delante, evitando que pudiese avanzar más.

─Solo estoy buscando a alguien de allí, por favor, por favor, déjame acompañarte.

Te miró por encima del hombro, cerrando los ojos a la par que se encogía de hombros, apartándote del camino sin ser brusco.

─Haz lo que quieras.

Inmediatamente lo tomaste como una respuesta positiva, prometiendo no molestar mucho, aunque siendo tú, no muy fan de los silencios, terminaste hablando y sacando algo de información sobre el tipo, su nombre era Baji, él trato de ignorarte lo máximo posible, pero fue imposible, al final incluso terminó agradándole tu compañía.

No tardasteis mucho en llegar, e impresionada fue poco a cómo te quedaste al ver el sitio, pensabas que iba a ser como una ratonera llena de basura, pero en verdad tenía un aspecto bastante decente. Te quedaste tan embobada mirando a las máquinas arcade que ni siquiera notaste que Baji se había ido, no porque quisiera, si no porque tenía su rito de iniciación. 

Sin tomarle mucha importancia seguiste caminando aún sumida en tus pensamientos hasta que alguien tiró fuertemente de tu antebrazo, jadeaste por la sorpresa pero tu expresión se calmó instantáneamente al ver al chico que buscabas en un principio, aunque él no parecía tan contento de verte allí, pues tiró de ti de manera brusca hacia donde nadie pudiera veros.

─¿¡Qué haces aquí!?

─¿Sorpresa?

Recibir una mirada tan potente por parte del chico hizo que tu sonrisa disminuyera, agachaste la cabeza como si fueras un cachorro siendo regañado, disculpándote en un murmullo porque Hanma te había dicho en reiteradas ocasiones no venir nunca donde su pandilla estuviera. No quería que lo vieras siendo la clase de monstruo que es. 

─Y bien ¿por qué has venido?

Suspiraste desbloqueando tu teléfono para ir a la cierta página web, tendiéndole tu móvil al contrario para que pudiera leerlo por sí mismo, sostuvo el aparato en sus manos mientras se desplazaba leyendo brevemente por encima, cuando terminó te devolvió tu teléfono mirándote con una ceja levantada y los brazos cruzados.

─¿Quieres ir a patinar?

Asentiste aún mirando al suelo, notando como su cuerpo se acercaba a ti, te tomó de los hombros, posando sus dedos sobre tu mentón para alzar tu vista, os observasteis por varios minutos hasta que rompió el silencio.

─Está bien.

Aceptó de manera desinteresada tu petición, pero en verdad fue porque parecías bastante ilusionada con ir, seguramente porque durante el fin semana anterior no pudiste a causa de tu estado anímico, además de que se había sentido mal el haberte tratado así, pero no se podía arriesgar a que te pasase algo en sitios como estos.

Celebraste durante todo el trayecto a la pista, que no quedaba tan lejos, corriste cuando viste la puerta, sin esperar a tu compañero ya estabas dando vueltas por la pista de hielo mientras él sólo se había puesto uno de los patines. Fue gracioso ver como por orgulloso terminó besando el hielo nada más avanzar un par de metros, con una cara amarga dejó que lo tomaras de la mano para guiarle un poco, aunque por dentro simplemente estaba disfrutando de la sensación de tener las manos unidas, sin querer una pequeña sonrisa se escapó de sus labios.

Pero fue borrada rápidamente cuando una persona se interpuso en vuestro camino de repente, hizo que perdieras el equilibrio, al estar dados de la mano, ambos terminasteis cayendo, Hanma te miró preocupado sin embargo tan solo reíste por la tonta caída, haciendo que él suspirara aliviado.

Vuestro tiempo se acabó eventualmente, en este momento te encontrabas en el pasillo esperando a que el chico terminara de cambiarse, ojeaste un tablón de anuncios de mientras.

Apúntate ahora! Concurso para novatos con poca experiencia."

Te quedaste tanto tiempo mirando que ni siquiera notaste que Hanma estuvo ahí durante unos buenos minutos hasta que te sacó de tu trance.

─¿Qué estás mirando?

─A-ah, no es nada, vámonos.

─Seguro, si tú lo dices.

Observó por unos segundos el cartel que mirabas, notando como ahora estabas todavía en tu propio mundo, agarró el bolígrafo que colgaba de una cuerda para escribir tu nombre, posando su mano sobre tu hombro para empujarte fuera y acompañarte a casa.

𝗠𝗼𝗻𝘀𝘁𝗲𝗿 𝗔𝗺𝗼𝗻𝗴 𝗠𝗲𝗻┃Shuji HanmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora