08

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La noche llegó y la hora formar también lo hizo, Yibo esperaba ansioso a que todo terminara y así poder ir a la oficina del capitán y hablar con su Ge. Estaba ansioso, demasiado, el capitán no había dicho nada de no ir a su oficina por el problema que hubo, así que eso lo ponía aún más nervioso.
Cuando el teniente Ma les dio el permiso para irse a sus literas, no lo dudo ni un segundo y desvió su camino hacia la oficina del pelinegro.

Al llegar, y con sus manos algo temblorosas por los nervios, tocó la puerta y cuando recibió un "Adelante", respiró hondo y entró. Cerró la puerta con cuidado detrás de sí, caminó hasta quedar frente al pelinegro e hizo una pequeña reverencia con su cabeza.

— ¿Qué haces aquí Wang? — preguntó Xiao Zhan arrastrando las palabras y sin despegar la vista de sus papeles.

— Usted... Usted ayer me dijo que podía venir — el mayor detuvo lo que estaba haciendo y lentamente comenzó a alzar la mirada.

— Eso es muy cínico de tu parte venir a aquí luego de lo pasó Wang Yibo. ¿Crees que te lo mereces? Te di una oportunidad, una simple condición, que te portes bien, llego y te estás agarrando a golpes con otro cadete.

— ¡Yo no fui el que empezó señor, simplemente no iba a dejar que me vea la cara! — se defendió con desesperación.

— Primero me bajas el tono. Cuida cómo me hablas — señaló con el dedo.

— Lo siento.

— Vete — dijo por último.

— ¡¿Qué?! ¡No, señor por favor, no volverá a suceder! ¡De-déjeme hacer esa llamada por favor! ¡Deme otra oportunidad!

Podía notarse la desesperación en su mirar.

— ¿Fui bastante claro  usando hablé, no? Una sola queja que reciba de ti y me ibas a conocer. Yo no doy segundas oportunidades por simple y sencilla razón de que solo es  necesario defraudar a una persona una vez como para hacerlo dos veces. De ahora en adelante no esperes una buena actitud de mí hacia  ti, ni concideraciones. Ahora vete, porque soy capaz de mandar a llamar a todo el pelotón y hacerlos entrenar hasta la mañana siguiente.

— Capitán... — llamó Yibo con su voz baja.

— ¡WANG YIBO! — gritó golpeando su escritorio.

Zhan lo miró fijamente con un semblante que ya no era serio, era de enojo. Pero muy al contrario de querer espantar al castaño, solo logró ver cómo sus ojitos brillaban.

Levantó su mano señalando la puerta con su índice.

— Largo — ordenó, aún así, Yibo no se movió. Iba a continuar hablando, entonces el sonido de una llamada telefónica entrante lo interrumpió.

Miró a un costado y se dio cuenta que no era el suyo, levantó su vista y vio como el menor miraba ilusionado el dispositivo a un lado de su mano. Sabía lo que estaba pensando, tomar el teléfono y salir corriendo, por lo que rápidamente tomó el aparato antes de que el menor lo hiciera y se separó del escritorio haciéndose para atrás.

— Capitán Xiao. Por favor.

De acuerdo, el brillo en los ojos del menor no era gracias a las luces de su oficina, eran sus lágrimas acumulándose.

"Ya probaste tu teoría Xiao Zhan. Dale el teléfono"

Se reclamó para luego suspirar y entregárselo al menor, quien desesperado lo tomó y contestó.

— ¡Joanne-Jie!... ¡¿Co-cómo está Ge? ¿Está bien? ¿Qué dijeron los doctores?!... — y cuando obtuvo la repuesta que deseaba oír, pudo respirar tranquilo y sonreír. — Lo-lo  siento... ¿Mensaje? No he visto ningún mensaje...

Yo No Sigo Ordenes Capitán • [ZhanYi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora