Yo No Sigo Ordenes Capitán • [ZhanYi]

10

Luego de haber estado un par de horas sentado frente a escritorio, salió de allí demorándose otro par de minutos, antes de volver a entrar con una bolsa en sus manos, camino hacia la muy pequeña sala que tenía y dejó la bolsa sobre la mesita sacando un recipiente plástico. En el momento que iba a sentarse en uno de los sillones para poder degustar su almuerzo, la puerta de su habitación de descanso, se abrió dejando ver a un desorientado castaño.

— Es bueno que despierte. Ven, vamos a almorzar — habló, sacando el otro recipiente con comida de la bolsa.

— Señor... ¿Qué hacía allí adentro? —  preguntó sentándose frente al mayor.

— Yo te llevé. Me olvidé decirte que en los días libres para los cadetes los dormitorios se cierran. Así que te traje aquí, aparte de que te quedaste dormido en el piso y no podía dejarte allí tirado, eres mi responsabilidad y si algo te pasa... Me cortan la cabeza.

— ¿Mi padre? — Zhan negó con una media sonrisa.

— El coronel... Tu padre no es algo a lo que deba temerle, aunque sea uno de los hombres más ricos del mundo... — volvió a negar. — He conocido a gente mucho peor y vivido experiencias horribles. Él no es nada... Aunque, es amigo del coronel y si se lo pide al coronel, podría morir.

— De todos modos no se preocupe. Si algo me pasará ellos no moverían ni un dedo por mí. Yo no soy nada de esa familia — dijo tomando los palillos para comenzar a comer.

"¿Por qué dice esas cosas?"

— Igualmente niño. No-

— Señor... — llamó deteniendo todas sus acciones. — ¿Podría no decirme así de nuevo, por favor? —  pidió con su mirada perdida en algún lugar del interesante suelo.

"¿Qué tiene de malo que lo llamen niño?"

— Mhn... Termina de comer y ve a cambiarte. Tenemos que salir.

— ¿Salir?

— Avísame si quieres quedarte aquí solo — Yibo negó rápidamente procediendo a comer, acción que hizo que las comisuras de la boca del pelinegro se curvaran ligeramente hacia arriba.

Xiao Zhan salió de la oficina dejando solo al menor para que se alistará mientras él iba al estacionamiento. A los pocos minutos, Yibo salió de la oficina con su mochila al hombro, cuando se encontró con que el capitán estaba caminado hacia él. Vio como el mayor se detenía y le hacía una seña con la mano indicándole que avanzara, y así lo hizo hasta llegar a su lado.

— ¿A dónde vamos señor? — preguntó mientras caminaba a sus costados.

— Ya vas a ver — llegaron al estacionamiento, se comenzaron a dirigir exactamente a un Jeep negro muy, pero muy hermoso.

— Wao — expresó el menor mirando anonadado el vehículo que tenía frente a él, esto hizo reír al pelinegro.

— Mochila — dijo quitándole la mochila para ponerla en el cajón.

— ¿Le permiten usar esto? — preguntó Yibo aún sin poder dejar de admirar el Jeep.

— ¿Cómo no van a permitir me usar algo que es mío y que he comprado con el sueldo de mi trabajo?

— ¡¿Es suyo?! — y Zhan asintió sonriendo.

— Sube.

— Será un honor — susurró pensando que no había sido escuchado. Por el contrario, el mayor suprimió una carcajada.

Zhan conducía muy cómodo, pues el ambiente que había entre ambos era muy calmo y relajado, no había tensión y eso era estupendo. Miró a su lado y pudo ver como Yibo comenzó a sonreír al ver el hermoso paisaje que la naturaleza les estaba regalando.