Yo No Sigo Ordenes Capitán • [ZhanYi]

05

Caminaba tranquilo por la orilla de  aquel hermoso lago, el tarde era espectacular, los colores en cielo eran algo deslumbrante, más su ánimo no lo era.

Se agachó tomando una pequeña roca plana y redonda, y la lanzó hacia el agua haciendo que esta salte tres por la superficie antes de hundirse.

— Oye niño ¿Qué haces aquí? — miró a la persona dueña de esa dulce voz.

Un chico algo mayor con una camiseta blanca, otra camisa de cuadros verde con blanco y negro por encima, junto con unos jeans negros rasgados en las rodillas y botas de igual color, quería ver su rostro pero el cubrebocas le impedía observarlo de manera correcta, sin contar que su cabellos negro y liso cubría una parte de sus ojos.

— No puedes estar aquí solo, podrías resbalar ¿Dónde están tus padres? — preguntó mirando a los alrededores

— Están demasiado ocupados como para venir por mí — contestó con una evidente cara de desagrado.

— ¿Cómo te llamas? ¿Viniste con alguien mayor? Ya  casi es de noche, es peligroso que un niño pequeño ande por aquí ¿Quieres... que te lleve a tu casa?

— Gracias pero no, yo puedo irme solo y no soy un niño — dijo lanzando la última piedra.

Tomó su mochila la cual había dejado a un lado en el piso y cuando intentó dar media vuelta, su pie resbaló. Si no fuera por el fuerte tirón en su brazo, tal vez hubiera caído al agua, pero en cuanto abrió sus ojos, sintió como para de brazos lo abrazaban con fuerza, observó con atención y notó que, se encontraba sobre aquel chico.

— ¡¿Estás bien?! — escuchó y rápidamente se alejó quedando arrodillado en el suelo mientras el mayor comprobaba si no se había hecho ningún daño.

— ¡Hey! ¿Me escuchas? ¿Te duele algo?

Negó, poniéndose de pie.

— ¿Cómo te llamas? Enserio es muy peligroso vayas por allí tú solo... Vine con mis amigos, armamos un camping aquí cerca, vamos para llamar a tus padres y que vengan por t-

— Gracias, pero yo puedo solo.

Un pequeño Yibo de diez años miraba atentamente la figura de aquel chico, iba a seguir hablando cuando una nueva voz apareció.

— ¡Bodi!

— Ge-ge- 

— ¡Deja de hacer esto, no tienes idea de lo preocupado que están tus papás! — dijo acercándose. 

— ¿Ellos se preocupan? — preguntó con sarcasmo, y el hombre suspiró.

— Vamos a casa... Usted debió haberlo cuidado, muchas gracias, esta zona es algo peligrosa de noche. Disculpe si este chico dijo algo que lo ofendió — dijo haciendo una reverencia.

— Oh no, no, no. Yo lo vi solo y como usted dijo es peligro aquí cuando oscurece, así que me acerqué.

— Muchas gracias, vámonos Bodi.

El agua fría chocando contra su cuerpo lo hizo despertar de golpe su pacífico sueño, se levantó asustado con el frío comenzado apoderarse de su cuerpo y haciendo castañear sus dientes.

— ¡YASH!

— ¡ARRIBA WANG, YA NO ESTAS EN TU CASTILLO! — Zhan quien sostenía una cubeta de metal en sus manos, la dejó caer haciendo el ruido que logró sacar de casillas al castaño.