XXVI. Interpretación

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"Podrían tener los ojos cerrados hasta el final de los tiempos

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"Podrían tener los ojos cerrados hasta el final de los tiempos..." fue la sentencia del narrador, pero la vida humana ha cambiado muchísimas veces el supuesto destino escrito. Esta no sería la excepción.

Cuando eres una gran bestia mutante el mundo es un lugar demasiado pequeño para luchar. Quizá el primer contacto de las parejas no habría tenido un desenlace catastrófico, sino fuera por el problemático trauma que Gamma (Luis) había desarrollado con el color blanco, menos si el pelaje de Omega (Elian) no fuese de un tono níveo. Alpha (Marco) estuvo a punto de matar a favor de su compañero pero, al toparse con Delta (Oskar), tomó una vía más razonable; aunque sólo en apariencia.

Antes de verse por primera vez con estos otros seres y todavía con contados pasos fuera de su refugio, cubiertos hasta el cuello por la naturaleza verde, Omega mantuvo los ojos cerrados debido a la molesta luz; sintiendo el correr del viento. Su envidiable altura actual le permitía olisquear ráfagas con olores únicos. Movió las orejas y arrugó la nariz, apesta. El olfato sensible, recién desarrollado, percibió el aroma que perturbó su sueño; con la cabeza metida bajo pesadas rocas jamás habría podido conocer tal hedor.

Te molesta. Alpha, dentro de su cabeza, nunca preguntaba; simplemente sabía.

¿Qué son? ¿Seres como nosotros? ¿Por qué no duermen? La metamorfosis de Omega por fin completa, tenía la misma estatura que Alpha cuando lo rescató del laboratorio, a pesar de ello deseaba seguir hibernando. Se metió bajo el cuello de la pantera frotándose, el calor de su cercanía lo volvió adicto, salir de su cómodo sueño se le hizo complicado.

Parecen peligrosos, huelo sangre y muerte en su dirección, él también cerró los ojos y se apretó contra el lobo, olvidando por un momento a los otros, para perderse en el olor de Omega. Quédate aquí.

Tú solo podrías con ellos pero destruirás demasiado, comenzó a moverse hasta que pudo hacer contacto visual, déjame tratar de ayudar. Amaba como los orbes azules sobresalían del negro del pelaje de Alpha y la pantera veneraba tenerlo observándole.

Si no quieren ayuda, nos encargamos de ellos, mostró los colmillos blancos, sin hacer ruido, le dio un suave mordisco; a manera de demostrar profundo cariño. La sola idea de tener que dejar su descanso para enfrentarse a problemas, era agotadora. Lo harían lo más pronto posible y volverían.

Ruidoso, ambiente lleno de olores extravagantes de personas desconocidas, sonidos que parecían sacados del mismo infierno. Los sentidos desarrollados eran difíciles de controlar, Gamma y Delta no tuvieron ni 5 minutos para recuperarse de sus evoluciones, antes de salir al mundo exterior de nuevo.

Tanto soldados, como científicos, tenían miedo de que una escena similar a la que Gamma demostró segundos después de su creación volviese a repetirse, pero que en este caso fuesen sus cuerpos los que decoraran el suelo teñido de rojo. Amaro se regodeaba de sus preocupaciones.

Encontrando a Omega |•COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora